En la avenida Matamoros a unos pocos metros de la Calle 40, hay un letrero que dice “Tamales de dulce”, justo afuera de la cochera de una casa. Si uno se asoma, podrá ver a dos abuelitos laguneros vendiendo tamales de piña, mismos que son muy solicitados por su rico sabor.
Al acercarse, amablemente te atienden con una sonrisa de oreja a oreja que cautiva a sus compradores, a quienes ya conocen en su mayoría.
Hace unos días, una imagen de ellos se viralizó en redes sociales, en donde se pedía ayuda para ellos, sin embargo, El Siglo de Torreón los contactó, ahí en su lugarcito de venta, a través del programa Historias de Laguneros, en donde compartieron las razones por las que ofrecen sus delicias, que en parte, no son económicas.
Sus nombres son Cecilia y Hernaldo, oriundos de la Comarca Lagunera. Son unos, “abuelitos jóvenes”, así se hacen llamar y usted, al seguir leyendo, sabrá por qué.
“Voy y compro mi masa y mis hojas al mercadito de Abastos. Mi esposo y yo los preparamos. Les ponemos piña picada, nuez, arándanos, canelita molida y con mucho gusto los preparamos porque queremos estar activos”, mencionó.
Y justo con tales palabras, revelaron que ven la venta de sus tamalitos como una manera de estar activos, de sentirse útiles a la sociedad.
“Nos divertimos haciendo nuestros tamalitos y esto nos ayuda a convivir y socializar con las personas. Vendemos viernes y sábados de 5:00 de la tarde a 8:00 de la noche y hacemos dos kilos cada día”, comentó la abuelita.
Don Hernaldo manifestó que llevan casi dos años ofreciendo sus tamales, aunque en su mayoría, no les compran vecinos, sino personas que arriban de otros sitios de la Comarca Lagunera. “El año pasado comenzamos a vender”, contó.
Mientras frotaba sus manos y poco a poco se mostraba contenta de compartir su historia y la de su esposo, la señora expresó de qué manera se les ocurrió emprender su actividad.
“Iba a unas clases de tejido y les llevé tantitos tamales a mis compañeras, les gustaron tanto que me pidieron muchísimos. Luego, le comenté a mi esposo que vendiéramos tamales dos días y sí resultó. Nos entretenemos, sin que sea un gran esfuerzo, porque a nuestra edad tampoco podemos hacer muchos, y es que todos los días nuestra salud se va deteriorando”.
En ese sentido y atento a todo lo que le preguntaba “El Defensor de la Comunidad”, Don Hernaldo comentó que accedió ofrecer la entrevista con el fin de dejar un mensaje a la gente de encontrarle a cada día, un motivo para ser feliz, sin importar la edad, que a final de cuentas, es tan solo un número.
“Disfruten todo lo que hagan. Sean felices con lo que hagan y así se acaban los problemas. La edad es un número nada más, porque uno mismo luego se queja diciendo, ‘Ay ya tengo 70 años’, y se sienten ya sin ganas de realizar nada. Un día me dice un doctor, ‘¿Y usted cuantos años tiene?’ y le contesté, ‘Pues apenas 82”, entonces me comenta, ‘¿Como apenas?’, así que le conteste de nuevo con humor: ‘Para los 115 años que quiero vivir, pues me falta mucho’”.
Las vivencias que pasan cada fin de semana con su venta de tamales, los incentiva a seguir aprendiendo y Doña “Ceci” reafirma ese deseo de transmitir a las personas a que siempre se encuentren activas.
“Esto es una experiencia muy bonita. Invitamos a personas, igual de menor edad que nosotros (ocho décadas), a que hagan algo, porque eso es vida”, explicó y añadió que ella trae el mejor ejemplo. El de su madre (qpd), quien pese a su avanzada edad, vendía galletas, refrescos o bolis en el Bosque Venustiano Carranza.
“No se dónde tomaba tanta energía mi mamá, pero no lo veía como un trabajo. Ella era feliz, irse al bosque a vender no le era una carga y así debemos de ver las cosas porque si todo lo hacemos con gusto ni nos cansamos ni nada y nosotros le agradecemos a Dios que nos permita seguir con vida y realizando cosas”.
Hernando y Cecilia destacaron que sus dos hijos, uno vive en Saltillo y el otro en Parras, están siempre al pendiente de ellos. Ante de terminar de contar su historia lagunera, el abuelito dio un emotivo mensaje.
“Traten de hacer el bien, de trabajar. Hay que esforzarse por salir adelante y no le hagan mal a nadie. Busquen la paz”.
Abuelitos emprenden negocio de tamales en Torreón (EL SIGLO DE TORREÓN)