Quiero Palomitas
El lenguaje nos permite ir desarrollando no solo un concepto para entendernos, sino para llamar esto que vivimos como realidad, pero también para ir instrumentando narrativas capaces de centrar nuestra visión en una extensión de esa realidad o un cambio en la percepción.
Posiblemente, ese era el concepto que quiso presentar Jacques Audiard en su nueva película Emilia Pérez; sin embargo, el intento se quedó en una mera posibilidad. Y es por eso que hay que recurrir a las palabras para designar en qué consiste esta narrativa instalada en una nueva dimensión del siglo XXI.
Para eso retomemos el concepto de Pastiche, el cual según la Real Academia es la "imitación consistente en tomar varios elementos de algo y combinarlos de forma que parezca una creación independiente".
Este fue uno de los recursos que los artistas, sobre todo en los 90's trataron de explotar con la idea de generar una respuesta positiva o negativa en el público, pero nunca pasar por desapercibido.
De ahí que, según el criterio, puede ser que esta película la veamos como la gran obra maestra (la Academia y sus nominaciones al Oscar) o que reciba la desaprobación en redes no solo de un sector sino de casi todo un pueblo (nosotros).
Pero que es lo que en algún momento puede ser considerado como valiente en esta película, es el tema de llevar el concepto de la trans humanización no solo del cuerpo sino de las formas, en donde el narco ya no obedece a la retórica patriarcal, sino que transgrede en función de romper con los paradigmas, por eso no es esta película un capítulo de alguna narco serie, no es elevar a la narrativa de la narco cultura a una justificación de matar porque yo vengo de un lugar de pobreza, sino que es aceptar la probabilidad de acabar con lo que ha sido tomado como sentido y estrujarlo hasta la médula.
Sin embargo, el director se queda en algo imperfecto, en donde podemos ver fallas en el guion, en la dirección y en el tiempo de la narrativa, ya que la combinación de tantos géneros hacen que el espectador no otorgue licencia alguna, y no por una suerte de doble moral, sino que no hace eco con la realidad, sino que se ve que dicha historia la cual está contada en español (o una suerte que se entiende como español, de ahí la necesidad de subtítulos), que se da en el escenario de nuestro país (el cual es usado ahora como mera utilería no como algo que tenga personalidad) y también que el tema del narco y sus aristas sean vistos desde una óptica tan melódica que empalaga y no nos permite acabar de entender que fue lo que vivió Manitas para decidir cambiar de sexo, acaso fue el poder, o el decir que si quieres borrar todo rastro necesitas la transmutación, la cual te puede permitir sentirte por primera vez como un ser humano.
La historia tiende a ser una fábula fantástica en donde lo que agobia no es la falta de certezas, porque se vuelve en una imitación de la realidad, es verdad su interés no es documentar la situación de miles de mexicanas y mexicanos, sino que retoma estas formas para robarlas como artista, pero hay que borrar las evidencias del robo o se hará " bolas el engrudo".
Ahora el "Mexican Curious" fue tomado por el director francés para hacer una pieza musical que se queda en un ejercicio de “jamming” desentonado y exagerado, capaz de desmerecer, porque Zoe Saldaña fue la única que entendió que en este juego podía hacer diversas tonalidades y cumple con el objetivo, en tanto que Karla Sofía Gascón pudo conectar por momentos con su experiencia vital, pero en ocasiones se siente forzado, no es la mejor actuación de ella, pero desgraciadamente se cae al momento de sacar la pistola y no es ninguna alegoría con doble sentido.
Esta historia tendrá odio y amor, en una combinación muy actual en las expresiones artísticas, pero creo que a Jacques Audiard si le “faltó más barrio”, y es que no pido que México aparezca en los tonos sepia como nos ven el cine de Estados Unidos, pero tampoco somos tan faltos de poder como para que cualquier narrativa nos haga ver que la narrativa podría hacernos reconstruir una realidad que rebasa a cualquier ficción por más transgresora que sea.