Inspectores revisan las condiciones en que se expenden embutidos. (EL SIGLO DE TORREÓN)
La Coordinación de Regulación y Fomento Sanitario lleva a cabo la toma de muestras para el análisis bacteriológico y microbiológico en productos embutidos, con el fin de revisar el cumplimiento de la normativa y prevenir y descartar riesgos a la población.
José Luna Riojas, responsable de la dependencia de la Jurisdicción Sanitaria Número Seis, dio a conocer que a partir de esta semana se inició con la toma de muestras, como parte de las actividades permanentes que se llevan a cabo por el personal de inspección.
Según dio a conocer, se visitan los diferentes puntos venta, principalmente aquellos que son al mayoreo o que expenden en grandes cantidades, como las empresas distribuidoras de jamón, salchicha y otros productos de esta naturaleza, además de los establecimientos que se encuentran en los mercados de la ciudad, así como las áreas de salchichonería de tiendas de autoservicio.
Luna Riojas destacó que la toma de muestras se lleva a cabo por triplicado: la que la Coordinación de Regulación y Fomento Sanitario envía para su análisis al Laboratorio Estatal; otra que se entrega a la misma empresa y que puede canalizar a cualquier laboratorio particular, y otra más que queda en calidad de testigo, en caso de que existiera alguna diferencia entre los dos resultados.
Una vez que se conocen los resultados, la dependencia sanitaria procede al aseguramiento de los productos en caso de que se encuentre que el alimento está contaminado y no es apto para su consumo; en caso de que el problema sea de origen, se actúa contra la empresa que los produce.
Si no existe ninguna anomalía y los embutidos cumplen con todos los parámetros de calidad, de igual forma se da a conocer el resultado a la empresa o comercio.
Otro de los aspectos que se revisa son las condiciones en que éstos se ofrecen al consumidor, los utensilios que se emplean, las condiciones del lugar, y además, si vendedores traen cubrebocas, de manera que no exista ningún riesgo de contaminación en perjuicio del consumidor.
Este es uno de los múltiples giros que la Coordinación de Regulación y Fomento Sanitario mantiene bajo inspección y vigilancia permanente.
¿QUÉ DICE LA NORMA SANITARIA?
La Norma Oficial Mexicana NOM-213-SSA1-2018, establece las condiciones que deben reunir los productos cárnicos procesados y los establecimientos dedicados a su proceso, así como las disposiciones y especificaciones sanitarias y métodos de prueba.
Los establecimientos deben contar con un área específica, separada físicamente de las áreas de producción, en la que existan canastillas o casilleros para que el personal pueda guardar la ropa de calle y artículos personales.
La ropa de calle no debe entrar en contacto con los productos durante su elaboración, se debe usar ropa apropiada (por ejemplo, batas, overoles, uniformes, etcétera); además, al ingreso de las áreas de proceso, excepto en las cámaras de almacenamiento, refrigeración o congelación, debe existir un tapete sanitario o carcha sanitaria con solución desinfectante y equipo que garantice la limpieza del calzado, así como lavamanos, jabón, cepillos para uñas, solución desinfectante, toallas desechables o secador de aire, recipiente con tapa para los papeles de accionamiento no manual.
Además se debe contar con la señalización que indique a los trabajadores como se realiza el correcto lavado y desinfección de manos.
En cuanto a equipos y utensilios, se indica que todo equipo que entre en contacto directo con materia prima o producto en proceso, debe lavarse y desinfectarse antes del inicio y final de la jornada, además de lavar y desinfectar los instrumentos de corte, entre otras condiciones.
La norma también fija los requisitos para el ahumado de productos, transporte, expendio, higiene del personal y, desde luego, las especificaciones sanitarias sobre contaminantes y criterios microbiológicos en cuanto a presencia de unidades formadoras de colonias (UFC).