
FOTOS: Ramón Sotomayor
El artista multidisciplinario Rubén Maya se pasea por la galería de la Antigua Harinera, una nave industrial que ha tomado otra vocación en los últimos años en el sector Alianza, al poniente de la ciudad. Faltan unos minutos para que en este lugar sea inaugurada su exposición titulada Introspección del Ser, la cual creó durante la época de la pandemia por covid-19.
Oriundo de Huimilpan, Querétaro, Maya muestra toda una reflexión a través de tres piezas rectangulares de gran formato (40 centímetros por 20 metros) y otras 300 unidades circulares pequeñas. Hay en ellas un sentido de autorretrato, donde el artista ha sido capaz de activar su animalidad interna.
“En ese sentido, los personajes siempre están en una acción de mutación que, por ejemplo, si de la boca salen seres, pies o serpientes, es que está saliendo tu animalidad interna. En la Edad Media, cuando se plasmaba a un sapo saliendo de los labios, quería decir que estaba blasfemando. Entonces, con esa idea voy a hacer un sentido de gritar al encierro y todas esas cuestiones”.
Una vez que caen los últimos rayos solares del miércoles, acontece la inauguración. Las luces de la sala se apagan y dejan ver la pintura fluorescente que compone a las grandes piezas. Marcan todo el relieve, en alegoría con la luz interior del artista.
“El ejercicio es ver tu parte oscura, tu sombra, es ver tu interior y cómo te ves en apariencia. El tema general de toda mi obra es la sombra psíquica”.
Maya, además, actualmente imparte un taller en ese mismo centro cultural y no es la primera vez que visita la ciudad. Hace 20 años, recuerda, participó en una exposición colectiva que se montó en el Museo Regional de La Laguna (MUREL).