Un dicho muy conocido reza que “el que obra bien, le va bien”, dicen incluso que es una ley de vida, y ciertamente aplica en muchos casos, pues todos conocemos personas que en su diario comportamiento, parecen merecer la dicha que alcanzan en sus vidas. Traigo esto a mi columna, en relación al caso del utility cubano americano Juan Carlos (JC) Escarra, quien fue la gran historia de los entrenamientos primaverales en las Grandes Ligas, debido a que hace apenas unos años era chofer en la aplicación Uber, para hoy ser un flamante jugador de los Yankees de Nueva York, la franquicia deportiva más famosa y ganadora del planeta.
JC ha jugado beisbol competitivo durante una década, con su respectivo paso en la NCAA con las Panteras de la Universidad Internacional de Florida, para luego ser firmado por los Orioles de Baltimore y comenzar su periplo en las ligas menores. Jugó en Clase A avanzada con los Frederick Keys en la Liga de Carolina y luego de hacer en su carrera una pausa obligada por la pandemia, en 2021 llegó hasta nivel Triple A, con los Norfolk Tides, lo bajaron a Doble A con los Baysox de Bowie y de un día para otro, los Orioles lo liberaron, con lo que se fue a jugar pelota independiente con los Monarchs de Kansas City, en la Liga American Association, de donde se surte bastante la Liga Mexicana.
Luego de iniciar el año 2023 con los Buscadores de Miel de Gastonia, los Toros de Tijuana lo trajeron a jugar a México, y aunque no tenía malos números, decidieron cederlo al Unión Laguna, en un movimiento de última hora, en la fecha límite para que los equipos hicieran cambios. Mi amigo, el licenciado Cuitláhuac Cuéllar, se ilusionó bastante con el movimiento, y aunque JC no tuvo el mejor inicio con el uniforme Guinda, el veterano aficionado al beisbol mantuvo su fe en esa firma, aunque muchos otros pedían que se buscara un remplazo, en la última ventana de cambios.
JC empezó a batear y los aficionados laguneros empezaron a sonreír, se convirtió en un bate importante para que el equipo llegara a playoffs y escalara hasta la Serie del Rey, donde hizo ese famoso movimiento en el que pegó un jonrón en el Estadio Hermanos Serdán y se abrió el jersey para mostrar que abajo llevaba el uniforme negro, el de “la cábala”. Ese gesto reflejó el gran compañero que era Escarra, me tocó acompañar al equipo en cada juego de esa temporada, en casa y en gira, y veía la facilidad que tenía JC para sonreír y para hacer sonreír a sus compañeros, hablaba perfecto inglés y español, por lo que su comunicación era fluida, e irradiaba positivismo.
En ese juego 3, los muchachos ya tenían colocado el pantalón negro para salir a estirar antes del juego, y se llevaron la sorpresa de que los Pericos usarían su propio uniforme negro, el que nunca habían usado en casa, una jugada del “Güero” Gastelum que le salió, pues no hubo más remedio para los laguneros, que cambiarse de uniforme, luego de mucho renegar. Al término del juego 6, en Torreón, tuve la maravillosa oportunidad de entrar al clubhouse de los Guindas, escuché palabras de felicitación por el esfuerzo de llegar hasta la final y muchos deseos de revancha para lograr el objetivo al año siguiente.
Recuerdo perfecto que JC me dijo “acá nos vemos el año que entra”, tenía toda la intención de volver a La Laguna y de conquistar esa META pendiente; el beisbol lo llevó a otro lado y hoy está por cumplir su gran sueño, el de debutar en Grandes Ligas. Estoy seguro que si le preguntamos a cualquiera de los peloteros del Unión Laguna que convivió con Escarra, cómo era su compañero, todos tendrán palabras positivas. Su mamá me enviaba bastantes saludos en las transmisiones de juegos que hacíamos por streaming, e igualmente en nuestro programa Desde el Bullpen, es una señora siempre al pendiente de su hijo y con mucha pasión por el beisbol, así que al ver el video que postearon los Yankees, en el que JC le informa que subió al equipo grande mediante una llamada, no pude evitar el emocionarme al máximo.
Es la historia de JC, un ejemplo de superación, de crecimiento constante y de pasión por el juego; obviamente, sin esa tremenda calidad que tiene, no hubiera podido ser considerado para Grandes Ligas, a pesar de que fuera el pelotero más risueño del mundo, pero, sin embargo, aquí se demuestra que una sonrisa y una actitud positiva, claro que ayudan a llegar lejos. Felicidades a JC y a todos los “Escarristas”, como el buen Alex Hernández, de la Marea Guinda. Excelente fin de semana, y recuerden disfrutar la vida, hasta que caiga el out 27