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Trump apunta a Nicaragua, con plan de expulsión del CAFTA

ANDRÉS OPPENHEIMER.-

Ajuzgar por lo que me dijo un alto funcionario de Estados Unidos, el gobierno del Presidente Donald Trump está avanzando rápidamente en sus conversaciones con países centroamericanos para expulsar a Nicaragua del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Centroamérica (CAFTA). Eso podría ocurrir pronto, y ser muy bueno.

Mauricio Claver-Carone, el recientemente designado enviado especial del Departamento de Estado para las Américas, me dijo en una entrevista que "hay un acuerdo total entre todos los sectores del gobierno de Estados Unidos de que es ridículo que Nicaragua siga beneficiándose del CAFTA", y que Estados Unidos siga siendo el principal comprador de productos nicaragüenses.

Nicaragua es el país centroamericano que más se beneficia del acuerdo regional firmado en 2004, dicen los economistas. El acuerdo incluye a Estados Unidos, Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.

La suspensión de Nicaragua del acuerdo sería un duro golpe para la dictadura de Daniel Ortega, un aliado cercano de Rusia e Irán que, según algunos parámetros, es el autócrata más brutal de la región.

Según la organización de derechos humanos Human Rights Watch, más de 300 nicaragüenses fueron asesinados y 2,000 heridos por paramilitares de Ortega en las protestas antigubernamentales de 2018. Esa es una cifra enorme para un pequeño país de solo 6 millones de habitantes.

Comparativamente, es más del doble de la cantidad de personas asesinadas en Venezuela, un país de 32 millones de habitantes, en las protestas antigubernamentales de 2017.

Cuando le pregunté si la potencial expulsión de Nicaragua del CAFTA será algo que tomará meses o años en materializarse, Claver-Carone me respondió: "meses, definitivamente meses". Agregó que el "proceso" de expulsión de Nicaragua probablemente comience antes de fin de año.

Pero la decisión de expulsar a Nicaragua del acuerdo tendrá que ser tomada colectivamente por todos los miembros restantes del grupo, me dijo Claver-Carone. "Es un trabajo arduo, pero yo creo que hay buena disposición para hacerlo", señaló.

Una de las dificultades para llegar a un acuerdo de suspender Nicaragua es que Costa Rica y otros países centroamericanos temen que una debacle económica en Nicaragua desataría una nueva ola de migrantes nicaragüenses a sus territorios.

Suspender el acceso preferencial de Nicaragua al mercado estadounidense sería un gran golpe para la economía nicaragüense y para el régimen de Ortega, dicen los economistas.

"Tendría un impacto devastador en Nicaragua", me dijo Juan Sebastián Chamorro, un economista y ex candidato presidencial nicaragüense que ahora está exiliado en Estados Unidos. "Resultaría en una disminución significativa de las exportaciones de Nicaragua".

Sin el acceso libre de aranceles aduaneros a Estados Unidos que ofrece el CAFTA, la mayoría de las exportaciones de Nicaragua perderían competitividad. Las exportaciones nicaragüenses de café, tabaco, azúcar, textiles y piezas de cableados para automóviles, entre otras, serían mucho más caras de exportar a Estados Unidos que las de Honduras o El Salvador.

El subempleo de Nicaragua, que actualmente representa alrededor del 45% de la población, aumentaría al 55% si el país es suspendido del acuerdo de libre comercio, estima Chamorro. Ortega pagaría un alto precio político por ello, dijo.

En el caso de Nicaragua, los draconianos planes de castigos comerciales de Trump están justificados. No hay ninguna razón por la que Estados Unidos deba subsidiar al régimen de Ortega con condiciones comerciales preferenciales.

Sin duda, la mayoría de las medidas recientes de Trump en América Latina son increíblemente miopes y contraproducentes. Incluso el periódico conservador The Wall Street Journal ha calificado los aranceles de Trump a México y Canadá como el comienzo de "la guerra comercial más tonta de la historia".

El desmantelamiento por parte de Trump de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) privará a la oposición nicaragüense, venezolana y cubana de fondos vitales para mantener en funcionamiento a los grupos de derechos humanos en esos países.

Sin embargo, el plan de excluir a Nicaragua del CAFTA podría ser una de las pocas iniciativas de Trump en la región que tienen sentido.

¡Que siga adelante!

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