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'Trumpadas'

YAMIL DARWICH.-

En México, apenas tomamos respiro y descansamos de las ideas descabelladas de un presidente en desequilibrio mental/emocional, cuando nos amenaza, desde los EUA, otro populista engañador, que busca a toda costa posicionarse en la geografía política del mundo a base de "trumpadas" -neologismo aplicado al irracional con poder-.

Donald Trump, aún no ocupa la silla presidencial y ya inició una política basada en la preocupación y hasta temor; es el valentón de escuela -elevado a la ´N´ potencia- que todos llegamos a conocer, quien, con abuso de la fuerza, trata de imponerse, hasta que llegue un valiente que lo ponga en su lugar. Seguramente Usted conoce historias del tiempo de estudios en primaria y secundaria.

La preocupación estriba en el manejo del poder que administrará un hombre fuertemente criticado por su mal desempeño moral; baste recordar las diferentes demandas por abuso sexual y las muchas historias de escándalos económicos y políticos a lo largo de su vida.

"¡Hagamos otra vez grande a América!" frase mercadológica de gran venta, en una nación con habitantes que resienten el deterioro económico y, aún más, su calidad de vida y el incremento de la violencia.

La idea de grandeza ha sido introducida entre los ciudadanos del país del norte a través del tiempo, olvidando que América es todo un continente y quienes conocen de historia y geografía contravienen tal frase "matona".

Reclama: México es el causante de la drogadicción en nuestro país, olvidando perversamente que la violencia se apoya en las armas vendidas y producidas por empresas estadounidenses, cómplices de narcotraficantes -¡primero dinero!-. Tal problema de salud no existiría sin la presencia de otros corruptos norteamericanos.

Aún sin tener formalmente el poder, ya está alterando el orden mundial y sembrado inquietud:

Entre los mexicanos, con la amenaza de invasión -formal o en operaciones relámpago- si no atienden nuestras autoridades a sus despotricadas exigencias. Cambiar el nombre al Golfo de México, por Golfo de América, ignorando antecedentes y mapas históricos, denotando ignorancia y/o malicia.

Acusó a Puerto Rico de ser país sucio, olvidando el desalineo propio; a su vecino al norte, Canadá, invitándolos a ser un estado más de los EUA, alterando el orden político/social entre sus habitantes; Panamá, amenazada por su canal; a Dinamarca, con arrancarle una parte de su territorio "por ser de interés para la seguridad nacional de EUA.

En tanto, apoya a Israel y, en contraste, con cuidadosas declaraciones, agrede a Corea del Norte, China y/o Rusia, estados que pudieran responderle violentamente. "El diablo sabe a quién se le aparece" … ¿verdad?

¿Y Maduro, con su petróleo?

El poder con el nombramiento de presidente de la nación aún más poderosa del mundo, le permite tomar decisiones extremas, hasta irracionales, quedando la esperanza de que sus asesores le señalen las consecuencias de sus acciones. No olvidemos que las promesas de candidatos no siempre son acciones de electos ya instalados en el puesto.

Deportar masivamente a indocumentados es una propuesta justa a vistas de algunos norteamericanos que saben que ello les beneficia laboralmente; tendrían menos competencia de quienes reciben menor paga y derechos laborales; no consideran la necesidad de mano de obra capaz para desempeñar labores que ellos -incluso los afroamericanos- no aceptan. Pensemos en las actividades agrícolas, de construcción, trabajos mecánicos y de servicios -incluidos restaurantes y bares-.

Veamos cómo pudiera hacer coincidir intereses de la industria automotriz -de norteamericanos- con sus amenazas de incremento a impuestos de importación a los autos hechos en México. No ha mencionado cómo financiará la construcción de plantas productoras en territorio norteamericano -antes mexicano-.

Coincidimos en la necesidad de controlar todas las actividades ilícitas de los carteles mexicanos -incluya elaboración, transportación, distribución y venta de drogas-, pero no al costo de perder la soberanía nacional.

Las respuestas de nuestra presidenta a sus groserías han sido mesuradas e inteligentes, a la vez firmes y claras; sin embargo, deberá contrarrestarlo con hechos y para ello requerirá acabar con las cadenas de corrupción que existen entre narcos y gobernantes, todos criminales aliados, empezando por romper el cerco que maliciosamente construyó el presidente anterior.

Dado el caso, sufriríamos las consecuencias de las deportaciones de nacionales ilegales, pero habremos de encontrar soluciones con el apoyo de la iniciativa privada y sus empleos -de ahí la importancia de acabar con la locura se señalarlos culpables y hasta enemigos del trabajador-; tampoco podemos permitir el acomodo en nuestro territorio de extraditados de otras nacionalidades, defendiéndonos de aquello de considerarnos "el patio trasero de su nación".

Se vienen tiempos difíciles, sumando nuestras carencias nacionales en economía, justicia y respeto a los derechos individuales y, para enfrentarlos, es necesario contar con la voluntad sumatoria de todos los mexicanos, encabezados por una gobernante que, hasta ahora, se ha mostrado inteligente.

Sin duda saldremos adelante. ¿Usted qué piensa hacer?

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