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Inimaginable es la palabra que utiliza Lucy para describir el día que le dijeron que el cáncer de Allison no era operable.
Un monstruo dormido. Así describe Lucy Olvera a la enfermedad que atacó el cerebro de su hija Allison hace dos años.
Nadie pudo sospechar que un monstruo somnoliento habitaba en su cabeza y tampoco nadie pudo evitar que se despertara. ¿Qué era ese monstruo? Lo revelaría después una resonancia magnética.
“¿Un tumor? ¿En el cerebro?”, cuestionó incrédula Lucy al ser informada del diagnóstico de su hija de 11 años que previo a esa noticia se había desarrollado como una niña sana, que no se enfermaba, me dice, ni siquiera de la garganta.
Por eso, el que le dijeran que su pequeña que recién un mes antes había apagado las velas de un pastel por su onceavo cumpleaños, tenía cáncer en la cabeza para ella no era posible.
“Me duele la cabeza”, recuerda que le pronunció Allison un día cualquiera, sin saber que ese momento sería el inicio de una batalla contra el cáncer, una enfermedad que la misma Lucy había vencido ocho meses antes.
Inimaginable, es la palabra que utiliza Lucy para describir el día que le dijeron que el cáncer de Allison no era operable, el día que le aseguraron que su hija no podría recuperarse, como ella, con seis quimioterapias, porque al menos, le dijeron, necesitaría 75 y eso sólo para alcanzar un 20 por ciento de mejoría.
Inimaginable, también, fue el día que le dijeron que el tumor alojado en el cerebro de su hija era tan raro, que en la historia de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) No. 71 del IMSS de Torreón, donde fue diagnosticada, sólo habían existido dos casos símiles, y que con ella sumarían tres.
“Este cáncer ataca a uno en un millón”, recuerda que le dijo el oncólogo pediatra Enrique Eduardo López Facio, y ella, Lucy, sintió que su mundo se le venía abajo.
Cómo una niña deportista, que nadaba, que jugaba basquetbol, que tenía buenos promedios, que era empática y servicial podría merecer convertirse en esa fría estadística. Cómo Allison podía ser uno de los 300 mil niños y niñas que son diagnosticados con cáncer cada año en todo el mundo.
“Rabdomiosarcoma alveolar”, fue el nombre médico que le dieron al monstruo de la cabeza de Alli, ese que un día despertó para no volver a dormirse.
“El tumor no era operable porque se ubicaba en un área no favorable. Me dijo el doctor ‘haga de cuenta que es como un chicle que tiene pegado entre la garganta, la nariz y el oído, justo debajo del cerebro’”, comparte Lucy, quien se animó a contar la historia de su hija a este diario porque, me dice, es importante hablar de ese monstruo llamado cáncer infantil debido a que muchas veces ataca a los niños y niñas de manera silenciosa, así como atacó a Alli y ante esto, enfatiza, los padres de familia deben estar alertas y actuar antes de que el monstruo despierte.
Según el oncólogo pediatra Enrique Eduardo López Facio el cáncer infantil es la primera causa de muerte en niños de 1 a 17 años en Coahuila. Asimismo, el mismo especialista otorgó el dato que de cada 10 niños y niñas que acuden a consulta, 7 llegan en estadios avanzados, es decir en etapas donde el cáncer ya se ha extendido o diseminado.
Lucy dice que lo de Allison no pudo detectarse a tiempo porque no hubo alarmas, nada les indicó que el monstruo la rondaba, nada… hasta que se le presentó el dolor en la cabeza, que primero trataron como una infección en la garganta, y después como un problema en una muela.
Al someterla a una endodoncia, Allison recibió anestesia, fue esta, según Lucy, su madre, la sustancia que despertó al monstruo, porque en ese momento, identifica, los dolores se le intensificaron, pero no fue hasta que un neurólogo le mandó a hacer la resonancia magnética que supieron que era cáncer.
“Cuando me dicen, ‘tiene un tumor en el cerebro’, yo no lo podía creer. Dije ‘¿Cómo? si ella nunca presentó un rasgo de que algo anduviera mal’”.
El panorama para su hija, dice, nunca fue favorable, el doctor López Facio les habló de tres años de vida, pero Allison lamentablemente perdió la batalla a los nueve meses.
“Duró nueve meses porque su tratamiento fue muy agresivo. Cuando a mí me dio cáncer (de mama) me dieron seis quimioterapias, con mi hija me ofrecieron 75, de las cuáles soportó 35. Adelgazó 30 kilos en seis meses. Mi hija pesaba 85 kilos y la sepultamos de 45. Su tratamiento prácticamente la devoró”.
Además, me dice, a Alli se le quemaron los nervios ópticos y a la semana de su diagnóstico quedó completamente ciega. Aun así, Lucy narra que su hija nunca perdió la fe, siempre se mantuvo optimista, incluso, dice, trataba de alentar y ayudar a otros niños y niñas que como ella luchaban contra sus propios monstruos.
“Ella dejó mucha huella ahí en la clínica 71, siempre estaba preocupada por los demás, aún ciega, aún en su condición, nunca se quejaba, nunca estuvo enojada con la vida. Mi hija brilló en esa oscuridad”.
El 13 de enero del 2023 Allison abrió sus alas como una mariposa y emprendió el vuelo a la eternidad, así, tal cual como en la foto que su madre Lucy capturara meses atrás, antes de que el monstruo de su cabeza se despertara.
DÓNDE SE ATIENDE A LOS NIÑOS CON CÁNCER
El año pasado 12 niños perdieron la vida a causa del cáncer infantil en la región, así lo informó Humberto Gerardo Flores Muñoz, coordinador de Vigilancia Epidemiológica de la Jurisdicción Sanitaria No. 6 de Torreón, quien detalló que siete fueron a causa de leucemia, dos por tumores del sistema nervioso central, dos por cáncer de hígado y uno de riñón.
El problema, según el especialista, es que los cánceres en la infancia no son detectados a tiempo, y por ende, así como en el caso de Allison, se vuelven insalvables. Por eso hace un llamado a los padres de familia a que lleven a sus hijos de forma periódica al pediatra, así como a que estén pendientes de cualquier síntoma o alarma.
En ese sentido, reconoció que actualmente la región cuenta con “buena infraestructura de salud” para atender el cáncer infantil, por ejemplo indicó que en la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) No. 71 del IMSS de Torreón son varios los especialistas que abordan la enfermedad de una manera multidisciplinaria.
Uno de ellos es precisamente el oncólogo pediatra que atendió a Allison, Enrique Eduardo López Facio, quien informó, para este reportaje, que desde el 2020 dentro de la clínica 71 de Torreón está activo el Centro de Referencia Estatal para la Atención del Niño y de la Niña con Cáncer (OncoCREAN), el cual ofrece al paciente una atención homologada, oportuna y de calidad, con tratamientos especializados y de alta tecnología con las mismas posibilidades de curación sin costo alguno.
El programa es parte del IMSS, y, recordó el especialista, fue implementado por el ex presidente Andrés Manuel López Obrador con el objetivo de mejorar la atención de los pacientes oncohematológicos de todo el país.
“Aquí en Torreón no estaba establecido, claro que se atendían a los pacientes, pero a partir del 2020 se empezó a intervenir a través del programa OncoCREAN”.
Como dato, mencionó el especialista, de enero del 2023 a noviembre del 2024, el centro atendió a 188 nuevos casos de cáncer infantil. Y la estadística, dijo, se mantiene en 100 casos nuevos por año. “Podríamos hablar de un caso nuevo por cada 100 mil habitantes menores de 18 años”.
Para él, el panorama es preocupante, por ello, manifestó, que desde la instancias de salud públicas, pero también privadas, se realizan esfuerzos para lograr que en la región los diagnósticos sean oportunos, debido a que esto les permitiría a los médicos ofrecer mejores tratamientos para liberar a los niños y niñas del cáncer.
“Lo único que queremos es que los niños y niñas ya no lleguen en estadios avanzados”.
López Facio reconoció que el programa OncoCREAN mejoró la atención del cáncer infantil en la región. Además de que actualmente, dijo, ya son tres los oncólogos pediatras que trabajan en la atención en primera línea. Recordó que hace tres años él era el único.
HABLAR DEL CÁNCER INFANTIL PARA ERRADICARLO
Brenda Arizbeth Padilla Soria, otra oncóloga pediatra que atiende en la clínica 71, comparte en torno al tema aquí desarrollado que uno de los principales retos en la región es la falta de conocimiento entre los profesionales de la salud.
"Todavía muchos médicos desconocen del tema y los pacientes llegan en estadios muy avanzados. La realidad es que el cáncer es curable, pero cuando ya está avanzado, la palabra 'cura' se nos escapa de las manos", lamentó la especialista.
El retraso en el diagnóstico es otro factor que juega en contra de los pacientes. "Las historias de los pacientes son impactantes. Van de uno hasta tres médicos, pero hay casos en los que han consultado hasta diez sin obtener un diagnóstico certero. Es hasta que alguien sospecha que podría ser cáncer cuando se da el diagnóstico", explicó Padilla Soria.
Para mejorar la situación, consideró fundamental generar conciencia tanto en la población como en los médicos generales, quienes suelen ser el primer contacto.
"Si logramos que los niños lleguen en estadios tempranos, su pronóstico a largo plazo sería mucho mejor y, por qué no decirlo, podrían curarse".
Sobre los tipos de cáncer infantil más frecuentes informó que el más común es la leucemia linfoblástica.
"De los pacientes que recibimos, las tres principales patologías relacionadas con el cáncer son, en primer lugar, la leucemia linfoblástica aguda, en segundo lugar, los tumores a nivel del sistema nervioso central, y en tercer lugar, el linfoma".
Sin embargo, dijo, en la mayoría de los casos estos padecimientos se detectan en estados avanzados. Por ello enfatizó que la revisión constante de los niños y niñas es clave para la supervivencia.
"Siempre les digo a las mamás que deberían revisar a sus hijos de cabeza a pies todos los días. Así podrán notar si algo no está bien. Si no se sienten aptas para hacerlo, lo ideal es acudir al pediatra por lo menos una vez al año para una revisión completa", recomendó.
Entre los síntomas de alerta, mencionó la fiebre persistente que no cede con medicamentos o antibióticos, la aparición de ganglios inflamados que crecen rápidamente en el cuello, axilas o ingles, la pérdida de peso sin razón aparente y el dolor de cabeza frecuente.
Hoy en el Día Internacional del Cáncer Infantil, el mensaje que se trata lanzar a través de este reportaje es que la detección oportuna puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
En ese sentido tanto Lucy y los especialistas aquí entrevistados hacen un llamado a crear conciencia y a la educación médica para cambiar el panorama del cáncer infantil en la región.