Dentro de los recuerdos de adolescencia están cosas muy lindas como nuestro primer "crush" y esos recreos compartidos con tus personas favoritas. Quizá recuerdes a esa profesora que te contagiaba las ganas de saber más o el profe que explicaba de manera increíble lo que pensaste que nunca entenderías.
Pero seguramente también en tus recuerdos están los días en que menstruabas y no llevabas una toalla. Esa vez que tu compañera se manchó y había niños cerca mirándola con ojos burlones. O cuando ese profesor no te dejó ir al baño una vez más porque, según él, no era necesario ir tantas veces.
Quizá no te sucedió a ti, pero sí a alguna amiga cercana. Ahora imagina cómo hubiera sido diferente si durante tus periodos hubieras tenido a alguien de toda tu confianza que te pudiera guiar, informar y dar esa toalla sanitaria que no tenías (porque la olvidaste o porque no había en tu casa). ¿Hubiera sido distinto?
Eso nos gustaría: que todas las niñas y adolescentes de México contaran con una figura a la que pudieran acudir en sus escuelas durante sus menstruaciones.
Hoy les hablaré de una figura que nació en el Manual de Acción para Directivos y Docentes, "Menstruar en la escuela", que a su vez surge a partir del estudio realizado en 2024 por Mexicanos Primero y Fundación Femmex, "Menstruar en la escuela", que recaba los avances legislativos ?federal y estatales? respecto a la eliminación de la pobreza menstrual como barrera para ejercer el derecho a la educación en México.
¿QUÉ ES LA POBREZA MENSTRUAL?
Recordemos que la pobreza menstrual se refiere a la falta de educación completa y oportuna sobre la menstruación, la inaccesibilidad a productos para gestionarla y la carencia de infraestructura sanitaria. Si esto lo trasladamos a la escuela, el impacto es social y emocional, pero también afecta a su derecho a aprender. Una niña sin las toallas necesarias para estar tranquila y segura durante su jornada escolar es una niña que no pone atención a las clases, claro, cuando va a la escuela.
La falta de productos de gestión menstrual es una causa de ausentismo escolar y, por tanto, de que la brecha entre niñas y niños se haga más extensa: ellas se van quedando atrás.
¿QUÉ SE ESTÁ HACIENDO PARA REMEDIARLA?
Ante todo esto, existen programas gubernamentales que incluyen el abastecimiento de productos menstruales a las escuelas, pero no siempre son estregados a las estudiantes de manera adecuada. De hecho, hemos detectado tres formas de hacerles llegar los productos: a través de entrega de paquetes de toallas a cada estudiante (aunque hay poca claridad respecto a la periodicidad) entrega de paquetes de toallas a la persona encargada de cada grado escolar, y a demanda, es decir, que las niñas pidan una cuando la necesiten y se les entregue.
Para nosotras en Fundación Femmex, esta es la manera óptima. Así, consideramos que para realizarlo de mejor manera, lo ideal es a través de una persona encargada de las entregas, a ella le nombramos "Aliada de la luna" (es una sugerencia, podría llevar algún otro nombre que sea llamativo y amable) y su inclusión en las escuelas es una de las propuestas que podrán encontrar en nuestro Manual de Acción.
Para la selección de la persona, hay que buscar ciertas características, por ejemplo, que todas las alumnas tengan acceso a ella y que sea una persona con la que las estudiantes se sientan tranquilas y cómodas, gracias a su respeto hacia ellas y su empatía. La Aliada de la luna deberán de tener acceso a suficientes productos para gestionar la menstruación, pero también deberá de contar con información completa sobre el ciclo menstrual ovulatorio, las distintas opciones de productos existentes en el mercado, incluso podría ser una clave para comenzar a derrumbar mitos y tabúes respecto a la menstruación.
El Manual de Acción no se limita a esta figura, de hecho, gira en torno a todo lo que necesita la escuela para que las alumnas tengan una menstruación digna durante su estancia ahí. Algunas propuestas implican mayor trabajo, otras son más sencillas, como la implementación de La aliada de la luna. Parece pequeña, pero podría tener un gran impacto en este periodo de la vida de las mujeres.
Lo que buscamos con el manual es que ninguna niña o adolescente de México esté rezagada. Somos conscientes de que las escuelas tienen una gran responsabilidad, pero también una gran oportunidad de cambiar la vida de las personas que transitan por ahí. Con pasos pequeños podemos lograr impactar de manera significativa, ¿por qué no empezar ya?
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