La carta dice: "Presidenta, solicitamos la garantía de nuestro derecho a la autodeterminación. No vamos a dar el permiso para la presa Milpillas." Fechada el 17 de marzo de 2025, la misiva está dirigida a Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta de México, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, Secretaria de Gobernación, Efraín Morales López, titular de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Rosario Piedra Ibarra, Presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), David Monreal Ávila, Gobernador de Zacatecas, Rodrigo Reyes Muguerza, Secretario de Gobierno del Estado de Zacatecas, Maricela Dimas Reveles, Comisión de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas, Jan Jarab, Representante de la Oficina Regional ONU-DH. Y expone:
Nosotras y nosotros, comisariados ejidales de Atotonilco y El Potrero en Jiménez del Teúl y de Estancia de Guadalupe y Corrales en Sombrerete, miembros del Movimiento en Defensa del Territorio y del Río Atenco, nos sentimos sumamente agraviados y preocupados ante su insistencia en construir la presa Milpillas que ahora ha incluido en el Plan Nacional Hídrico 2024-2030 a pesar de que nosotras y nosotros hemos decidido en nuestras asambleas ejidales que no vamos a dar permiso para la presa. ¿Por qué no respeta la decisión del pueblo?
Hace casi 9 años nos organizamos en contra de un proyecto que pone en riesgo nuestras vidas y todo lo que conocemos, en una lucha por la defensa de nuestro territorio y nuestros derechos.
En esta lucha hemos enfrentado toda la fuerza del aparato estatal, en dos administraciones, una del PRI y ahora la de Morena, y ambos gobiernos estatales han querido imponer a toda costa la presa Milpillas. Le preguntamos: ¿Usted va a hacer lo mismo?
Pensábamos que su gobierno sería social y justo, que respetara nuestros derechos, pero la vimos en la Conferencia del Pueblo del 12 de marzo, donde se dieron fechas para licitación en junio y construcción en agosto. Y nosotras y nosotros no dimos ni daremos ningún permiso.
Nuestra decisión la hemos tomado analizando mucha información y posturas; piensan que somos ingenuos al querer hacernos creer que tendremos disponibilidad de agua, considerando que el Estudio de Factibilidad, realizado en el 2015 por el gobierno de Zacatecas y la Conagua dice que "habrá menor disponibilidad de agua, destinada al consumo humano y para el riego de terrazas fluviales a lo largo del cauce del río" (pág. 237) y que dicha situación "puede producir molestias e inconformidades sociales de las poblaciones humanas de localidades ubicadas aguas abajo del embalse" (pág. 284).
Otro dato importante es que en el Resolutivo de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), se presenta el cálculo del escurrimiento medio mensual del río (pág. 28); al sumar los cálculos mensuales, vemos que el río tiene un caudal anual de 44.7 millones de metros cúbicos (mm3/año) y el proyecto pretende desviar 41 mm3/año de agua, lo que representa el 92% del caudal; dicho cálculo no toma en cuenta el probable aumento en frecuencia y severidad de sequías conforme avanza el cambio climático.
Con la información disponible llegamos a una conclusión: no hay suficiente agua para que nosotras y nosotros, campesinas y campesinos de Jiménez del Teúl y Sombrerete conservemos nuestra forma de vida debido a que el 8% del agua que estaría disponible está lejos de ser suficiente; esto pone en riesgo nuestro derecho humano al agua.
Además, según datos de la Conagua, los cinco acuíferos en la región centro: Zacatecas-Aguanaval, Benito Juárez, Calera, Chupaderos y Guadalupe-Bañuelos, suman un déficit total de 261.3 mm3/año, por lo tanto, se requieren siete presas del tamaño de Milpillas para superar el déficit existente.
Nos oponemos rotundamente a ser el grupo social sacrificado. Para nosotras y nosotros, la presa desaparecería lo que somos.
Además, el proyecto ha estado lleno de irregularidades desde el inicio.
Ejemplo de esto se constata en la investigación que lleva a cabo la Función Pública por desvío de recursos, en el Sistema Integral de Quejas y Denuncias Ciudadanas bajo el número de expediente administrativo 209/PA/DE250.
¿Por qué construir una presa cuando se han dado otras opciones, como la tecnificación del campo o el mantenimiento de la red de agua en Zacatecas capital?
¿Y por qué han decidido que nuestro futuro y el de nuestras generaciones venideras no importa?
Nosotras y nosotros hemos logrado frenar la construcción de la presa Milpillas con organización regional y campesina en estos años, con procesos jurídicos que van desde quejas, demandas y denuncias en los tres órdenes de gobierno, en el Ministerio Público (folio: 344/2018 344 de 26/oct/2018), en el Tribunal Unitario Agrario (folio: 1710/2018), en la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (11/ene/2019), en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (folios: 96192/2018 y 96259/2018) y la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Zacatecas que emitió la Recomendación 10/2022 en julio del 2022 en relación con la queja CDHEZ/453/2018, misma que no ha sido acatada por el gobierno del estado ni en la reparación a nosotras y nosotros como víctimas, ni en los procesos administrativos contra funcionarias y funcionarios públicos.
Consideramos que la decisión de imponer la presa Milpillas nos está anulando como pueblos, como campesinos, como seres humanos.
Pedimos se reconsidere cancelar un proyecto que no representa una solución para el problema del agua en Zacatecas y que no ponga en riesgo nuestras vidas.
Primero los pueblos, por lo tanto, le pedimos estar del lado de los pueblos.
Atentamente: Movimiento en Defensa del Territorio y del Río Atenco, representado por los comisariados ejidales. Red Mexicana de Afectados por la Minería.
(Agregan firmas y sellos de los comisariados ejidales de El Potrero y de Atotonilco, ambos de Jiménez del Teúl, y de Estancia de Guadalupe y Corrales, los dos de Sombrerete)
Hasta aquí la carta.
@kardenche