Es innegable que en todo proceso educativo, del nivel básico hasta la educación superior, el trabajo en equipo juega un papel determinante en la formación de los alumnos; y que la labor de los profesores requiere cada vez más del trabajo cooperativo, por lo que es de importancia vital el colegiar todas y cada una de las actividades que el personal desarrolla. De aquí que las academias se convierten en el espacio privilegiado para desarrollar tan importante y necesario trabajo colegiado.
Organizarse en academias busca siempre el aportar y direccionar las funciones sustantivas que la institución, el personal docente y el administrativo desarrollan; además de complementar y evolucionar con nuevas alternativas a las demandas del alumnado y del sector social.
El trabajo de las academias con una nueva visión requiere de evolucionar y complementar nuevas y diversas alternativas que nos permitan atender las demandas de la población estudiantil con respecto a una realidad futura.
El propósito fundamental de las academias como órganos colegiados de decisión, es elevar la calidad del PEA (Proceso Enseñanza-Aprendizaje), bajo el modelo pedagógico de que se trate, lo que nos permitirá incidir en los altos índices de reprobación, reducir la deserción escolar e incrementar los promedios generales de aprovechamiento por asignatura y por grupo, lo que seguramente redundará en una mayor y mejor eficiencia terminal.
El área de interés que nos impulsa a resignificar el papel de las academias, es el de cumplir con el compromiso institucional de proporcionar todos aquellos elementos que garanticen el cumplimiento de la meta educativa con altos estándares de calidad.
Asimismo, el área general de preocupación de todos y cada uno de los actores que intervenimos en educación, deberá ser el de ofrecer a todos, las alternativas de capacitación y actualización que nos permitan estar a la vanguardia en los procesos formativos y productivos.
Respecto a la integración de las academias, como órganos colegiados del profesorado, constituidos por grupos académicos de áreas afines (de conocimiento, investigación, vinculación y desarrollo académico); es importante apreciar que se unen para resolver situaciones propias de la cátedra y de las situaciones problemáticas en el aula.
La academia como órgano técnico-pedagógico de consulta y de apoyo estará formada por el personal docente que comprende materias de estudio y contenidos programáticos, que se ubican en una misma área formativa.
La idea de transformar las áreas colectivas de trabajo docentes busca incidir en la relaciones institucionales que configuran las actividades de aprendizaje.
Es importante puntualizar que las funciones de las academias, deben a su vez colegiarse y transitar al menos por las siguientes:
Incorporar al personal docente a procesos de desarrollo y mejoramiento institucional. Es función de la propia academia el involucrar a todos en esta dinámica.
Reunir periódicamente, en sesiones de trabajo, a profesores y autoridades educativas. Es decisión de la academia y no sólo de los directivos la de reunir al personal.
Participar activamente en programas de desarrollo académico institucional (investigación, seguimiento de egresados, formación de profesores, tutorías académicas, etc.).
Informarse oportunamente de los cambios en los contenidos programáticos, así como de las modificaciones en la implementación y evaluación de los mismos.
Promover que en la práctica docente se incorporen valores universales, éticos, ambientales, etc. No hay mejor espacio, que trabajar en equipo estas dimensiones de la formación humana.
Fomentar el trabajo interdisciplinario con el fin de lograr la integración curricular. Todo proyecto de rediseño en planes y programas de estudio, si no es colegiado, no sirve.
Diseñar actividades prácticas que permitan al estudiante reafirmar y aplicar conocimientos. Las prácticas de laboratorio y de campo deben acordarse en las propias academias, con el fin de adecuarlas y fortalecerlas entre todos.
Auxiliar en el diseño y desarrollo de materiales didácticos. Es mucho mejor el esfuerzo en equipos de trabajo que en lo individual, si de desarrollar materiales se trata.
Diagnosticar las necesidades de recursos y de apoyo a la enseñanza, además de gestionar dichos recursos ante el área directiva o las instancias de Gobierno que sean necesarias. Nos escuchan mejor a un contingente académico que al profesor en solitario.
Avalar los perfiles de los aspirantes académicos, con el fin de colegiar el ingreso, promoción y permanencia del nuevo profesorado, así como fungir como jurado en la contratación del nuevo personal académico.
Como puede observarse, el trabajo en equipos de alto rendimiento en instituciones complejas como las nuestras, tienen un espacio privilegiado en las academias, aspectos que todo directivo debe conocer, promover y no temer, ya que gran parte de las decisiones fundamentales de las instituciones, deberá descansar en el trabajo de todos; hago una extensa invitación a todos mis compañeros maestros y directivos para que privilegiemos el verdadero trabajo en equipos.
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