El ex senador republicano por Carolina del Norte, (EU) Jesse Helms, falleció ayer a los 86 años de edad. (AP)
El ex senador de EU calificó, en los años 80 y 90 al Gobierno mexicano de corrupto y antidemocrático
y desconfió de su lucha contra el narcotráfico
El ex senador Jesse Helms, quien murió ayer a los 86 años, fue uno de los más poderosos políticos conservadores que personificó las tensiones y desconfianzas que suelen “enrarecer” las relaciones entre México y Estados Unidos.
Helms, murió la madrugada de ayer en Raleigh, Carolina del Norte, de causas naturales, aunque aquejado por enfermedades que lo mantuvieron en los últimos años alejado de la vida pública.
Desde su cargo como jefe de Relaciones Exteriores del Senado, Helms fue uno de los políticos que más influyó en el diseño de la política estadounidense hacia México en las últimas décadas y quizá el que más irritó las relaciones entre los dos países.
A lo largo de sus 30 años como senador (1973-2003), Helms fue un duro crítico de México, lo que lo condujo a protagonizar varios de los más sonados episodios de tensión entre las dos naciones.
Con frecuencia, en la década de los años 80 y 90, Helms calificó al Gobierno de México de corrupto y antidemocrático; desconfió de su lucha contra el narcotráfico y se opuso al envío de ayuda financiera a esa nación para aliviar sus cíclicas crisis económicas.
Sus pronunciamientos de directa intervención en los asuntos internos del vecino país, lo colocaban con frecuencia en las primeras planas de los periódicos mexicanos y era visto por muchos como el enemigo o la amenaza del exterior.
Durante el Gobierno del ex presidente mexicano Miguel de La Madrid (1982-1988), Helms protagonizó una serie de roces graves y algunos choques de frente con su Gobierno.
Bajo la dirección de Helms, el Comité de Relaciones Exteriores del Senado organizó en 1986 una serie de audiencias sobre México en las que se emitieron testimonios en contra.
En las audiencias, Helms promovió un análisis de la democracia en México, del combate al tráfico de drogas y de la corrupción de algunos de sus más importantes gobernantes.
En la serie de audiencias, Helms llegó a asegurar que existía información de que un primo del ex presidente Miguel de la Madrid estaba implicado en el tráfico de drogas, en una declaración que nunca respaldó con evidencias.
El disgusto del Gobierno de México fue tal, que la Administración del entonces presidente Ronald Reagan, tuvo que intervenir para apaciguar los ánimos y asegurar que no respaldaba las posiciones de Helms.
La Casa Blanca decidió que había que aliviar las tensiones creadas por las audiencias y Reagan extendió una invitación para que De la Madrid lo visitara en su rancho en California.
La elección del presidente Vicente Fox en México en 2000, que puso fin a los 70 años de gobiernos emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI), provocó un cambio en la visión de Helms respecto a México.
Helms saludó la elección de Fox y decidió visitar México junto a otros senadores en 2001.
En un artículo periodístico que escribió en ocasión de su visita, Helms dijo a manera de disculpa que sus actitudes nunca fueron anti-México, sino opuestas a las políticas del entonces partido gobernante PRI.
En ese artículo, Helms urgió a los gobernantes de ambos países a “poner sus ojos en el futuro, no en el pasado”.
Padre de Ley Helms-Burton
El ex senador republicano por Carolina del Norte, Jesse Helms, uno de los dos principales promotores de la Ley Helms-Burton por la que Estados Unidos endureció su embargo contra Cuba en 1996, falleció ayer a los 86 años de edad.
Helms, quien fuera presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, promovió junto al representante por Illinois, Dan Burton, la denominada Ley para la libertad y la solidaridad democrática cubanas, que entró en vigor el 12 de marzo de 1996.
La controvertida Ley provocó duras protestas de la Unión Europea (UE) y otros países, pues establece que cualquier compañía no estadounidense que tiene tratos con Cuba puede ser sometida a represalias legales, y prohibir la entrada de sus directivos a Estados Unidos.Helms también se opuso al Tratado del Canal de Panamá de 1977, y defendió la industria del tabaco en el Congreso, en parte porque la economía rural de Carolina del Norte depende del tabaco.
Fue conocido como el “Senador No” por su oposición a todo lo contrario a su visión conservadora.
Además de anticomunista y antiliberal expresó opiniones contra los homosexuales y lesbianas al culparlos de la propagación del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida) y contra programas de preferencias para las minorías conocidos como “acción afirmativa”.