Sahagún encargó a un santero cubano llamado 'padre Campos' la elaboración de una pócima que suministraba al presidente mezclada en el jugo, café o agua.
Marta Sahagún, esposa de Vicente Fox, presidente de México en el periodo 2000-2006, convirtió la Presidencia en un centro ceremonial, donde brujos y santeros realizaban actos de hechicería, magia y esoterismo, según el periodista y escritor José Gil Olmos.
Gil Olmos, autor del libro "Los brujos del poder" (Random House Mondadori, 2008), dijo a Efe que la residencia presidencial de Los Pinos se convirtió en una centro ceremonial donde se practicaban las artes de la adivinación y todo tipo de variantes de brujería, astrología, cartomancia y otras artes esotéricas.
Consultada por Efe, la oficina de la ex primera dama Marta Sahagún dijo no que iba a realizar comentarios sobre el libro, en el que se menciona que desde el mandato del presidente José López Portillo (1976-1982) todos los gobernantes mexicanos han tenido como asesores a brujos y adivinos.
El periodista, quien escribe actualmente para la revista Proceso, relató que Sahagún utilizó los servicios de numerosos brujos, chamanes y santeros cubanos para lograr un hechizo que le permitiera casarse con Fox, lo que sucedió en julio del 2001, un año después de que éste ganara las elecciones.
Para ello, según el libro, Sahagún encargó a un santero cubano llamado "padre Campos" la elaboración de una pócima que suministraba al presidente mezclada en el jugo, café o agua.
"Otro de los trabajos encargados por Marta consistió en poner sobre las fotos de sus enemigos una tarántula viva, la cual era ensartada a la imagen y quemada junto con ésta", explicó Gil, periodista de investigación, quien trabajó durante más de ocho años para el diario La Jornada de la Ciudad de México.
Los enemigos de Marta "fueron haciéndose a un lado en el camino que llevaría a Fox hasta la Presidencia de la República", explicó el escritor.
Asimismo, Gil dijo que no sólo Marta Sahagún recurrió a la magia y hechicería, pues en la campaña electoral miembros de su equipo, como el publicista Santiago Pando, realizaron numerosas ceremonias mágicas para alcanzar el poder.
Gil explicó que Pando es un creyente de los "mayas intergalácticos", una corriente esotérica que considera que los mayas son de origen extraterrestre y viajeros en el tiempo.
Pando y sus colaboradores organizaron actos simbólicos paralelos a los mítines y anuncios publicitarios para dotarlos de un contenido mágico, según el escritor.
Mientras Fox culminaba su campaña asesorado por expertos estadounidenses en propaganda, Pando organizaba ceremonias mayas para "abrir dimensiones, atraer energías positivas y ahuyentar las negativas", dijo el autor.
Desde López Portillo, los presidentes mexicanos han recurrido a brujos, en particular a los hechiceros de Catemaco, un pueblo místico en el estado mexicano de Veracruz.
Otros políticos han usado los servicios de chamanes y hechiceros, según el libro, que narra la afición a estas artes de la líder vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo.
Gil relata cómo en 1995 Gordillo recurrió a un brujo africano para contratar un hechizo que evitara que el entonces presidente Ernesto Zedillo la despojara de su poder sindical.
El libro cuenta que Gordillo se sometió a un hechizo en la comunidad de brujos de Bashadat, en Nigeria, donde se cubrió con la sangre y la piel de un león para que el espíritu del felino se apoderara de ella.
Según el autor del libro, testigos de este "hechizo" aseguraron que antes de regresar a México la magia hizo efecto pues el presidente Zedillo llamó a la líder sindical para alcanzar un acuerdo con el que Gordillo mantuvo su poder.
Sobre los anteriores presidentes mexicanos, el periodista recordó que muchos de ellos fueron practicantes del espiritismo, en particular Francisco I. Madero (1911-1913), Plutarco Elías Calles (1924-1028) y Miguel Alemán (1946-1952).