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¿Quién salva al basquetbol?

Claudio Martínez Silva

En los Juegos Olímpicos de 1968, México logró el sexto lugar en el torneo de basquetbol, la gran final se jugó entre los Estados Unidos y Yugoslavia, pero el “Deporte Ráfaga” de nuestro país ocupaba el segundo lugar en el Continente Americano, sólo superado por los vecinos del Norte.

Laster Lane dejó grandes enseñanzas al basquetbol de México, apuntalado entonces por jugadores como Manuel Raga, Carlos “Ahuja” Quintanar, Jorge “La Flecha” Zaragoza, Antonio Ayala, Óscar Asiáin, Ricardo “Rico” Pontviane y el “Mano Santa” Arturo Guerrero, en aquel entonces jugador suplente en el representativo nacional.

Estados Unidos era el número uno en territorio americano y México ocupaba la segunda posición, arriba de potencias como Brasil, Puerto Rico, Panamá y Cuba; eran tiempos de gloria para el basquetbol nacional, en base a una federación encabezada por Alfonso Roldán Picaso y Juan Manzo Hernández.

Pero el tiempo pasó y poco a poco los directivos del “Deporte Ráfaga” en México, se encargaron de hacer que bajara el nivel; vinieron tiempos de Julio Ortiz y posteriormente Jorge Toussaint, para convertir al representativo nacional en víctima de prácticamente todos los países del continente, porque en ese tiempo aparecieron derrotas frente a escuadras como Venezuela, República Dominicana e Islas Vírgenes. El basquetbol entró en crisis y lejos de aumentar su nivel, poco a poco el hoyo en que estaba hundido se hizo más profundo.

La historia de los últimos diez años

En los dos últimos lustros el basquetbol en México se convirtió en una historia de corrupción y pugnas impulsadas por intereses mezquinos de poder y sobre todo, económicos. Las autoridades deportivas dejaron crecer la situación y las consecuencias han sido nefastas para esta disciplina, la cual vive una de sus peores crisis de su historia.

Nelson Vargas, titular de la Conade y Codeme en México, pretende tomar el caso del basquetbol en sus manos y de manera decidida terminar con esa situación, la cual tanto afecta a esta disciplina en nuestro país.

Julio Ortiz Galarza asumió el mando de la Federación Mexicana de Basquetbol en 1988 y su gestión fue de cuatro años, hasta 1992, con un trabajo gris, de acuerdo a los resultados obtenidos por la Selección Nacional, dentro y fuera del país. La dinámica interna a lo largo y ancho de la República, fue nula, tanto en promoción como en el fomento deportivo, hasta traer como consecuencia la división entre las asociaciones estatales en el país.

En el ramo profesional, Julio Ortiz permitió se corrompiera el Circuito Mexicano de Basquetbol, el cual en ese entonces ya vivía momentos difíciles, que amenazaban seriamente con su desaparición, luego de diez años de vida; al frente del Cimeba estaba el arquitecto Antonio Terrazas Botas.

Inicia la era de Jorge Toussaint

En esas condiciones Jorge Toussaint Beltrán asumió el mando de la Federación Mexicana de Basquetbol, cuando la oportunidad se presentaba para cualquier persona con deseos de sentarse en la silla; el periodo casi fue de diez años, de 1992 al 2002. Toussaint aprovechó la ocasión para ser nombrado máximo jerarca del basquetbol en todo el Continente Americano, el puesto fue avalado por la Federación Internacional de Baloncesto y el directivo ocupa el cargo hasta la fecha.

Los problemas del Cimeba día con día eran mayores, con la corrupción como protagonista principal, y muchos equipos fueron víctimas, al darse la venta indiscriminada de franquicias, el manoseo de jugadores, manipulación del rol de juegos y hasta la venta del Juego de Estrellas a terceros. Rolando Muñoz, entonces presidente del Cimeba, manejó de manera fraudulenta las elecciones internas para el cambio de mesa directiva, lo que finalmente hizo que la bomba estallara. Nace así la Liga Nacional de Baloncesto Profesional, con directivos interesados en la superación y profesionalización de esta disciplina.

Ahora la lucha por el dominio de la Federación Mexicana de Basquetbol era entre el Cimeba y la LNBP, con un nuevo personaje en escena, el promotor Roberto González, que en forma conjunta con Julio Ortiz, trataron de desmembrar la nueva organización en la FMB, que trataba de fortalecer Jorge Toussaint Beltrán. Este personaje fue objetivo de severas críticas, las cuales lo obligaron a defenderse y dieron vida a nuevos enemigos en la lucha por dirigir los destinos del basquetbol en México.

Nace El Basquetbol Mexicano

Ante la situación en el seno de la FMB, surge la empresa denominada El Basquetbol Mexicano, encabezada por Roberto González, con José Espinoza y Enrique Garay en calidad de socios, los dos últimos, comentaristas del programa de televisión Los Protagonistas. La idea principal de esta empresa es la promoción de jugadores mexicanos del Cimeba en el extranjero, por lo que se veían perjudicados por el nacimiento de la LNBP, organismo al que se pusieron muchos obstáculos para su aparición.

El grupo en mención hace alianza con Ivar Sisniega, entonces presidente de la Comisión Nacional del Deporte, el cual aprovecha su investidura e impide la llegada de recursos a la FMB, durante su gestión de seis años. La empresa estaba lista para dar el golpe final a Jorge Toussaint, pero lo que se consigue es bloquear apoyos destinados a ayudar el desarrollo del basquetbol en México. La función de la Conade es hacer que lleguen recursos a las distintas federaciones y fortalecerlas, pero la intervención de Ivar Sisniega hizo mayor el divisionismo y los problemas en el organismo rector del basquetbol.

Al perder el control de la FMB y de la LNBP, la empresa El Basquetbol Mexicano desató una intensa guerra en contra de Jorge Toussaint y calificó a ese organismo como la “Liga de Toussaint”. Algunos medios informativos, encabezados por José Roberto Espinoza y Enrique Garay, perjudicaron a la LNBP, sobre todo ante los patrocinadores, vitales en el funcionamiento de cualquier liga profesional. La punta de lanza en este movimiento fue el comentarista Enrique Garay, a la causa se sumaron otros medios, electrónicos y escritos.

El Cimeba perdió seriedad

Después de muchos años de ser una liga seria y organizada, el Cimeba vino abajo en los últimos años, hasta convertirse en un circuito de dos o tres equipos sólidos y con verdadero nivel competitivo. Las temporadas 2002 y 2001 iniciaron con ocho equipos, de los cuales terminaron seis, por el retiro de dos antes de la mitad del calendario regular.

Los Aztecas del Distrito Federal fueron de los que desaparecieron, luego de quedarse sin aficionados en el Deportivo Oceanía, debido a sus acostumbradas derrotas por diferencias mayores de 40 puntos.

En la Comarca Lagunera se tuvo un ejemplo claro de la mediocridad, con el conjunto llamado “El Calor”, primero de Torreón y posteriormente de Gómez Palacio; dicha escuadra, al mando de Abel Ocegueda jugó en total 104 partidos, de los cuales apenas ganó dos, uno por default frente al Distrito Federal. Esa racha quedó en los récords del basquetbol profesional de México y para mala fortuna fue obra de un equipo de La Laguna.

La llegada de Enrique Basulto Farfán

A partir del presente año, Enrique Basulto Farfán se hace cargo de la Federación Mexicana de Basquetbol, en lugar de Jorge Toussaint Beltrán, el cambio fue promovido por Nelson Vargas Basáñez, titular de Conade y Codeme. Ya no era posible aguantar más y por consenso general, la presencia de Toussaint al frente de la FMB, ocasionaba un gran daño a este deporte. Nelson Vargas no se pronunció por candidato alguno y Basulto Farfán resulta electo democráticamente por la asamblea general.

Con este cambio se estima que las empresas de nueva cuenta apostarán por el basquetbol en México y en consecuencia regresarán los patrocinios para todos los niveles, especialmente el profesional, por ser el de mayor difusión en todos los medios.

Bajo la nueva estructura de la FMB, se forma la Comisión de Selecciones Nacionales, al frente de la que se nombra al gobernador constitucional de Sinaloa, Juan Salvador Millán Lizárraga, con la tarea de mediar y dirigir todo lo relacionado a la Selección Nacional de Basquetbol. Pero los problemas vuelven a aparecer, cuando la empresa El Basquetbol Mexicano, propiedad de Roberto González, es elegida para hacerse cargo de la comercialización; en el plano deportivo se nombra a Arturo Guerrero como entrenador en jefe del equipo.

Recientemente México sostuvo una serie de tres juegos amistosos frente a la Selección de Argentina, actual subcampeona mundial; el primero en México, D.F., posteriormente en Chihuahua, Chih., y un tercero en Culiacán, Sinaloa. Para el compromiso se convocaron jugadores de ambas ligas, Cimeba y LNBP, así como a Eduardo Nájera, miembro de los Mavericks de Dallas en la NBA. José Espinoza y Enrique Garay, en forma inmediata y a través de la televisión nacional, acusan a la LNBP de sabotear la Selección Nacional, por negarse a ceder los ocho jugadores convocados para el compromiso ante Argentina.

Directivos de la LNBP llamaron por teléfono al citado programa de televisión, para hacer las aclaraciones pertinentes, ante los teleespectadores de todo el país. Ahí se dijo que la LNBP jamás boicotearía a la Selección Mexicana y se hizo el compromiso de enviar a los jugadores convocados, sin que ese hecho haya sido una obligación, por no tratarse de una competencia oficial, además de que la temporada de la LNBP se encontraba en pleno desarrollo; por contar con el aval de la FMB y por ser solidarios con el deporte nacional, se accedió a prestar los jugadores, a cambio del seguro de vida y de gastos médicos para cada elemento, durante los días de la competencia y entrenamiento, además de los salarios correspondientes.

En el momento en que se dieron estos hechos, la Comisión de Selecciones Nacionales no había enviado los boletos para el traslado de los jugadores al Distrito Federal, sin que su titular, Juan Salvador Millán Lizárraga, estuviera enterado del problema. Finalmente se concentraron todos los jugadores convocados y se entrenó por espacio de cuatro días; México le ganó el primer partido a Argentina, pero los visitantes se llevaron los dos siguientes con ventajas muy considerables.

La calidad de Arturo Guerrero como entrenador quedó en duda, además del aspecto moral, porque fue claro que en el compromiso de tres partidos tuvo marcada preferencia hacia Eduardo Nájera y los jugadores del Cimeba. Guerrero defraudó a quienes depositaron en él la confianza para dirigir los destinos del representativo de México.

Todos los jugadores de la LNBP, al reintegrarse a sus equipos, manifestaron abiertamente su descontento por el trato recibido de parte de Arturo Guerrero, ya que sin importar el resultado deportivo, marcó clara preferencia hacia los jugadores que representan el grupo al que él mismo pertenece. Estos elementos manifestaron que no regresarán a la Selección Nacional, mientras el entrenador sea Arturo Guerrero y el promotor, Roberto González, ya que este último también los marginó en las presentaciones ante la prensa y en los de promoción social, tanto en el Distrito Federal, como en Chihuahua y Culiacán.

Varios jugadores se quejaron de que Roberto González no cumplió lo prometido, liquidarles los adeudos que tenía desde competencias anteriores, en los que fueron contratados para participar en la gira de Eduardo Nájera, patrocinada por una empresa de telefonía celular.

Apenas hace unos días los jugadores recibieron sus pagos de la serie contra Argentina y nunca se mostró el seguro de vida y gastos médicos de los convocados. El único caso en que se cumplió el requisito es el de Eduardo Nájera, por haberlo exigido la NBA y la directiva de los Mavericks de Dallas.

El papel de la FMB

Ahora es importante conocer el punto de vista de Nelson Vargas Basáñez, Juan Salvador Millán Lizárraga y Enrique Basulto Farfán; saber si están dispuestos a alimentar los intereses mezquinos del grupo que tanto daño ha hecho al basquetbol mexicano y que obviamente busca el control de la FMB, para manejar deportistas a quienes no formaron.

Por ahora la propuesta de los directivos de la LNBP parece estar encaminada a profesionalizar el basquetbol, más allá de ganar dinero en este momento; para el logro de todos los objetivos trazados se piensa que antes de juntar dinero se deben reunir voluntades.

Aparentemente, Nelson Vargas y Juan S. Millán ignoran muchas situaciones anormales del grupo que encabeza Roberto González, ya que sólo quien conoce el basquetbol de México, desde varios años atrás, puede hacer un juicio con detalles precisos, normalmente ajenos a la gente o afición en general.

El basquetbol es el segundo deporte más importante en México, pero no recibe difusión alguna por parte de los medios televisivos del país; en el plano regional, los equipos tienen una alta aceptación e interesan a los medios locales, por lo que el público los toma como auténticos representantes de sus ciudades, en las diferentes disciplinas.

Nelson Vargas, Enrique Basulto y Juan S. Millán parecen ser personas apropiadas y tener facultades para terminar con el cáncer del basquetbol y permitir su correcto desarrollo. Las facultades seguramente las poseen y es de esperarse que también cuenten con el talento necesario. Es importante que estos tres personajes se tallen los ojos y vean las cosas de manera objetiva, para guiar con mano firme y honesta los destinos de un deporte que en 1968 ocupaba el segundo lugar de América.

La Copa Libertadores de América

Por lo pronto, la Federación Sudamericana de Basquetbol está interesada en la LNBP para que su equipo campeón participe en la Copa Libertadores de América, tradicional competencia continental que en el basquetbol es de mayor antigüedad que la del futbol soccer. Se sabe además que el doctor Modesto Robledo, presidente de la LNBP para que el campeón de la actual temporada participe en el Torneo Intercontinental de Campeones, donde estarán los mejores de Europa, Asia, América y Australia.

Existe la intención, de acuerdo a los directivos de la LNBP, de hacer las cosas en orden, apegados a las instituciones deportivas y con el deseo siempre de estar dentro del deporte federado, con el reconocimiento de los máximos organismos rectores del basquetbol, como la FMB, la Copaba y la FIBA. Se pretende mostrar una visión de internacionalización sin precedente en México; en teoría suena atractivo y sólo será cuestión de que los deseos se aterricen en hechos.

Nelson Vargas Basáñez parece la persona indicada para extirpar el cáncer que ha aquejado al basquetbol en los últimos diez años; él deberá aportar voluntad y talento para consolidar el desarrollo de esta disciplina, tan lastimada por negros intereses y personajes. De conseguirlo, Nelson Vargas pasaría a la historia como un directivo ejemplar en el deporte de México, en caso contrario, será uno más de la lista, plagada ya de gente mediocre y decidida a vivir del deporte y no para éste.

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