Everest, ruta sur, 1998.
Visionaria, intrépida, pero ante todo poseedora de un gran amor por la vida y todo lo que ésta le ofrece es la coahuilense Karla Wheelock, una de las pocas personas que puede jactarse de haber llegado a lo más alto del mundo, y quien conversó con Siglo Nuevo acerca de su pasión por las cimas.
Karla Wheelock ha experimentado la emoción que la alimenta y empuja a conquistar día a día la cresta de su propia montaña. Hoy en día es reconocida como una de las más notables exponentes del alpinismo internacional, luego de conquistar las cimas más imponentes del orbe. Es también una mujer que triunfa en el mundo de los negocios, como asesora y capacitadora en importantes empresas e instituciones educativas en México y otros países. Además se consolida como escritora y conferencista, motivando a todo aquel que se cruza en su camino.
Entre sus máximos logros en el alpinismo resaltan haber sido la primera mujer latinoamericana en conquistar el Everest por la ruta norte (el 27 de mayo de 1999), considerada por los expertos como la más difícil de ascender. También fue la primera mujer iberoamericana en conquistar el monte Cho Oyu en los Himalayas sin oxígeno artificial, y la primera mujer iberoamericana en lograr el Gran Slam de alpinismo.
Dicho serial consiste en escalar las cumbres más altas ubicadas en cada uno de los siete continentes: Aconcagua (6,962 metros sobre el nivel del mar) en América del Sur; el monte Elbrus (5,642 msnm) en el Cáucaso ruso; el monte Everest (8,848 msnm) en Asia; la montaña Kilimanjaro (5,893 msnm) en África; el monte Kosciuszko (2,228 msnm) en Australia; el monte McKinley (6,198 msnm) en Alaska y el monte Vinson (4,892 msnm) en la Antártida.
Al respecto comenta: “Aunque conservo cuantiosas satisfacciones personales, la más importante para mí es el ascenso al Everest, al ser la primera mexicana y latinoamericana en subir por el lado norte. Para ello tuve una preparación particularmente intensa, aunque con un gran resultado. Aclaro que días antes de mi ascenso hubo otro por la ruta sur de la montaña, pero según los especialistas la norte es mucho más exigente”.
EL INICIO DEL ASCENSO
Los sueños de esta montañista por llegar a lo más alto se manifestaron desde que era pequeña, en su natal Saltillo. Recuerda que le pidió a su padre inscribirla en un grupo de boy scouts para dar rienda suelta a su gusto por la Naturaleza. Fue así, paseando por los cerros que rodean a la capital coahuilense, que poco a poco desarrolló el gusto por escalar, mismo que mantuvo activo hasta que tuvo la posibilidad de emigrar a la Ciudad de México para practicar a gran escala.
“El deseo de convivir con la Naturaleza, de plantearme retos, de llevar una disciplina, y el anhelo por saber cómo se veía todo desde arriba, fue sin duda lo que me empujó a esta actividad. Un alpinista está hecho de las ganas de ascender a lo más alto posible, de mantener un esfuerzo continuo, de trazarse pequeños objetivos encauzados a grandes conquistas”, apunta.
Antes de ir por un reto importante Wheelock debió acumular horas de montaña, para lo cual tuvo que subir numerosos cerros, sumar experiencias y cumplir con una importante preparación física, técnica y mental, capacitándose en áreas como Medicina, rescate en zonas remotas, Geología, comunicaciones satelitales y Meteorología.
EL MIEDO Y LA FE COMO HERRAMIENTAS
Pese a ser considerada una mujer valiente, decidida y acostumbrada a los fuertes retos que ofrecen las montañas, Karla afirma conocer el miedo y más aún, lo define como una alerta que la ha mantenido viva y la obliga a prepararse, pues aunque su objetivo es subir a las cumbres, también desea bajar a reunirse con su familia.
Su carrera no ha estado exenta de complicaciones. Entre los incidentes más críticos que le ha tocado experimentar recuerda los vividos en el Himalaya y Bolivia, donde se accidentó y pasó momentos muy difíciles al perder a algunos de sus compañeros de expedición. Ante situaciones así, Wheelock recurre a su fe: “Soy creyente. Estar en la cima no siempre te pone más cerca de Dios, creo que muchos han subido y ni siquiera lo sintieron, mientras otros que se quedaron en las faldas de la montaña lo tuvieron con ellos. Creo que Dios está con nosotros siempre y cuando le permitamos entrar en nuestro ser”.
PROFESIONISTA CON VISIÓN
Karla estudió la Licenciatura en derecho en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Autónoma de Coahuila y dentro de sus actividades profesionales figura haber colaborado como abogada en la Secretaría Particular de la Presidencia de la República durante el mandato de Carlos Salinas, además de desempeñarse en la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial, el Senado y en la iniciativa privada.
Sin embargo renunció a la comodidad de un sueldo seguro para enfocar sus metas y sueños a las montañas. En la actualidad además de continuar en el alpinismo es empresaria, imparte conferencias, cursos, talleres y participa en actividades organizadas por compañías de todo el país, dirigidas a la integración de grupos, el trabajo en equipo y la motivación.
La deportista asegura tener un gran compromiso y responsabilidad hacia los niños, los jóvenes y en sí con todo su país, por ello le gusta hablar con la verdad. “Por alguna causa los mexicanos nos enfocamos en decir que no sabemos trabajar en equipo, aun y cuando es algo que podemos hacer perfectamente. Hay quienes prefieren ver el aspecto negativo de las cosas, de ahí que este tipo de conferencias y talleres tengan amplia demanda”, señala.
LAS SIETE CUMBRES
En su afán por llevar un mensaje de superación y motivar a la mayor cantidad posible de personas, hace algunos meses Karla publicó un libro titulado Las siete cumbres, para el cual tomó como base sus vivencias durante el Gran Slam.
Sobre el volumen apunta: “Las reflexiones y aprendizajes que tuve en la montaña me inspiraron a escribirlo. Es una obra dirigida a aquellos que quieran subir su propia montaña”.
Cabe señalar que Wheelock cuenta con otro título editado, El tercer polo (ascensión al Everest), igualmente poseedor de una temática enfocada hacia la superación personal.
TODO POR LA CIMA
Karla es madre de dos niñas, Valeria y María, de nueve y siete años respectivamente. Considera que luchar cada día para sacarlas adelante es una gran responsabilidad y que es el alpinismo quien le ha dado la fortaleza para conseguirlo.
“Para triunfar se requiere determinación, preparación, entrenamiento y amor por la montaña; se debe amar la meta pero también los medios para llegar a ella; pocos están dispuestos a realizar todo lo necesario para lograrlo”, analiza.
Al referirse a los gastos que debe cubrir para cada una de sus expediciones, expone que en promedio la cantidad asciende a 10 mil dólares, los cuales hoy por hoy cubre con el apoyo de firmas patrocinadoras y del gobierno, si bien “en su momento he vendido lo que he tenido, he invertido mi sueldo, mi trabajo, mi vida. Vale la pena. Las cosas materiales se acaban o te las quitan, pero la experiencia de alcanzar la cima se queda contigo para siempre”, concluye.
Correo-e: [email protected]
FICHA PERSONAL
Nombre completo: Karla Susana Wheelock Aguayo
Lugar de nacimiento: Saltillo, Coahuila
Fecha de nacimiento: 14 de abril 1968
Sus padres: James Wheelock (f) y María del Carmen Aguayo (f)
Sus hijas: Valeria y María
Primera montaña escalada: Popocatépetl
Club: Club Alpino Mexicano
Deportes que practica: Alpinismo, ciclismo de montaña, basquetbol, atletismo, kayak y tenis