'Las decisiones fueron tomadas para establecer estrictos límites sobre los negocios en dólares que hacemos en México, cerramos sucursales donde creemos que hay alto riesgo de lavado dinero, expuso Thurston, quien estuvo al frente de HSBC México entre 2007 y 2008.
El ex presidente de HSBC en México, Paul Thurston, dijo que el banco decidió cerrar sucursales en México en zonas de "alto riesgo" y donde se considera se habrían “lavado” millones de dólares.
Al comparecer ante el Comité de Investigaciones Permanentes del Senado de Estados Unidos, Thurston explicó que además de cerrar sucursales en México, se cancelaron al menos 50 mil cuentas en las Islas Caimán para tener control de la situación.
"Las decisiones fueron tomadas para establecer estrictos límites sobre los negocios en dólares que hacemos en México, cerramos sucursales donde creemos que hay alto riesgo de lavado dinero, expuso Thurston, quien estuvo al frente de HSBC México entre 2007 y 2008.
Según la investigación del Comité, la filial mexicana de HSBC expuso al sistema financiero de Estados Unidos a alto riesgo de “lavado” de dinero al exportar hasta 4 mil millones de dólares en efectivo desde México.
Los máximos responsables de supervisar las transacciones del banco HSBC, para evitar el “lavado” de dinero de los carteles mexicanos de la droga, protagonizaron hoy un mea culpa ante el Senado de Estados Unidos para asegurar que, tras las lecciones aprendidas en México, se ha roto con las fallidas "prácticas del pasado" para cerrarle las puertas de su institución "a narcotraficantes, terroristas y otros criminales".
"A pesar de nuestras mejores intenciones y esfuerzos, HSBC ha fallado y no ha estado a la altura de las expectativas en distintas áreas", aseguró en un tomo humilde y comedido, David Bagley, el auditor en jefe del grupo HSBC en más de 80 países donde la institución tiene filiales.
"Para mi es muy penoso y vergonzante hablar de áreas en las que, en retrospectiva, fallamos", dijo a su vez Christoper Lok, otro de los altos cargos de HSBC.
En una audiencia que contó con la nutrida presencia de funcionarios de HSBC, legisladores y periodistas, Bagley contó con la ayuda de su colaborador y ex presidente ejecutivo de HSBC en México entre 2007 y 2008, Paul Thurston, quien refirió los muchos problemas que enfrentó la institución bancaria para operar en el problemático "ambiente de México".
En un tono que desplegó en busca de comprensión y, quizá, de la absolución por adelantado de la investigación que conduce el Departamento de Justicia, Thurston reconoció que el modelo antiguo de HSBC en México sólo exacerbó los problemas en las filiales que fueron aprovechadas por el crimen organizado para lavar ingentes cantidades de dinero.
"El ambiente de México resultó más desafiante de lo que yo había jamás experimentado", dijo Thurston.
"Los empleados del banco se convirtieron en blanco de sobornos, extorsión y hasta secuestro. De hecho, varios secuestros se produjeron durante mi administración", aseguró el ex funcionario de HSBC en México al asegurar que, tras lecciones aprendidas en ese país, se han tomado nuevas políticas y una nueva cultura de tolerancia cero hacia procesos de revisión y certificación de los recursos que hoy son objeto de una investigación criminal en Estados Unidos.
Apenas ayer, el senador Carl Levin, quien preside el subcomité de investigación en el Senado, difundió un informe de más de 300 páginas en el que se acusa a la filial de HSBC en México de haberse convertido en uno de los principales centros de “lavado” de dinero al servicio de los carteles de la droga.
"Entre 2007 y 2008, la filial de HSBC en México fue el más importante exportador de dólares a filial de HSBC en Estados Unidos, enviando 7 mil millones de dólares en efectivo, superando a los más grandes bancos de México y otras filiales de HSBC en el mundo", se señala en el documento elaborado por el subcomité senatorial.
Además, en una muestra de su disposición para cooperar con la investigación que conduce el Departamento de Justicia de Estados Unidos, los funcionarios de HSBC dieron a conocer las nuevas directivas para impedir el “lavado” de dinero y confirmaron el cierre de algunas sucursales de México en zonas de alto riesgo así como la de numerosas cuentas de dólares cientos de clientes en las Islas Caimán.
Durante la audiencia, representantes de organizaciones como Global Witness, se declararon poco convencidos del mea culpa protagonizado por los altos ejecutivos de HSBC y señalaron que, a pesar de las numerosas advertencias de las autoridades de Estados Unidos para poner un alto a la transferencia de dinero sospechoso de provenir de la venta ilícita de drogas, los funcionarios de HSBC prosiguieron con una práctica que hoy les ha puesto en la mira del Departamento de Justicia.
Precisamente, mientras los altos ejecutivos de HSBC comparecían hoy ante el subcomité de investigación del Senado, proseguían las conversaciones para llegar a un acuerdo negociado para sortear una investigación criminal contra varios ejecutivos de ésta institución bancaria que habrían sido cómplices de los carteles de la droga al ocultar grandes flujos de dinero entre México y Estados Unidos.