Francisco Toledo, el artista de nacionalidad mexicana mejor cotizado internacionalmente. ARCHIVO
Francisco Benjamín López Toledo, reconocido pintor mexicano que es considero uno de los artistas vivos con esa nacionalidad mejor cotizados a nivel internacional, es el personaje de la semana elegido por esta casa editorial a modo de homenaje y con motivo de la reciente celebración del cumpleaños 72 del pintor, que lo festeja en la cúspide de su carrera.
Toledo nació el 17 de julio de 1940 en Juchitán, Oaxaca. Desde pequeño demostró tener una especial habilidad para el dibujo, talento que su padre alentó, dejándolo decorar las paredes de su casa.
Su abuelo Benjamín lo llevaba con frecuencia a salidas campestres en busca de resina vegetal, mientras le contaba relatos populares, incentivos para su imaginación.
De acuerdo con una biografía, publicada por el sitio especializado "biografiasyvidas.com", a los 11 años, el joven Toledo se instaló en la colonial ciudad de Oaxaca, para ingresar a la escuela secundaria y cursar un taller de grabado con Arturo García Bustos.
Tiempo después viajó a la capital del país para ser parte del taller de grabado de la Escuela de Diseños y Artesanías. A los 19 años, en 1959, expuso por primera vez sus obras en la Galería Antonio Souza y en el Fort Worth Center, en Texas, Estados Unidos.
Entre 1960 y 1965, radicó en París, Francia, donde estudió y trabajó en el taller de grabado del artista británico Stanley Hayter (1901- 1988); durante su estancia en esta ciudad exhibió su obra en una galería parisina; un año más tarde en Toulouse y en la Tate Gallery de Londres, con catálogo escrito por el novelista estadounidense Henry Miller (1891-1980).
A su regreso a México, ya era dueño de una técnica pictórica depurada influenciada por ideas plásticas de artistas de distintas escuelas europeas, tales como Alberto Durero, Paul Klee y Marc Chagall. No obstante, la obra de Toledo, que no ha dejado de evolucionar, también se vio permeada por códices que recogieron los símbolos prehispánicos.
En 1977, las exposiciones del artista mexicano se realizaron en Tokio, Japón; Oslo, Noruega; Buenos Aires, Argentina, y Nueva York, Estados Unidos, en esta última ciudad decidió quedarse a radicar por un tiempo.
De regreso a su país, alternó su estancia entre Cuernavaca, la Ciudad de México y Oaxaca, hasta 1984, cuando se instaló en Barcelona y luego en París, para realizar pinturas, esculturas y grabados.
En la última década, el artista zapoteco se ha dedicado a promover y difundir la cultura y las artes de su estado natal, Oaxaca, donde actualmente reside, según información publicada en la biografía de Toledo, publicada en "oaxaca-mio.com".
Con el objetivo de difundir el arte, el artista oaxaqueño fundó Ediciones Toledo, que en 1983 publicó su primer libro, y en 1988 creó el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO).
Actualmente, la obra de Francisco Toledo es parte de las colecciones de los Museos de Arte Moderno de México, París, Nueva York y Filadelfia, en la New York Public Library, la Tate Gallery de Londres y la Kunstnaneshus de Oslo, entre otros.
Ha ilustrado varios libros y ha participado en numerosas exposiciones colectivas e individuales en ciudades como Nueva York, Londres, París, Ginebra y Oslo, entre otras.
Toledo se ha evocado a abordar lo "mexicano", desde una nueva perspectiva ideológica y estética. Desde un inicio fue considerado un pintor independiente que no se involucró con las temáticas nacionalistas, que representaban la Escuela Mexicana.
Aunque se le ha asociado al movimiento de la "Ruptura" surgido en los años 50, él sostiene que mantiene su carácter de pintor autónomo.