El deseo de ser ‘blanco’
El blanqueamiento de la piel se ha convertido en una moda para mucha gente dispuesta a comprar maquillajes, cremas y otros tantos productos que prometen aclarar la tez, incluso sin saber si funcionarán. ¿De dónde nace ese anhelo de ‘blanquearse’ de la noche a la mañana?
El mundo está lleno de contrastes e incluso incongruencias. Por un lado nos rodean con campañas que hablan de diversidad, de tolerancia, de decirle “no” al racismo, del amor por nuestras raíces indígenas, de sentirnos orgullosos de ser “la raza de bronce”. Por otro, vemos que los cosméticos que ofrecen aclarar la piel se venden como pan caliente, y asimismo no han dejado de bombardearnos con publicidad, películas y programas de televisión que promueven como prototipos de belleza a hombres y mujeres de piel blanquísima.
Esto no es un fenómeno exclusivo de México. Tan solo en Jamaica, donde el 80 por ciento de la población es negra, domina la publicidad con modelos rubios.
Asimismo, el deseo de aclarar la tonalidad de piel no es exclusivo de la gente negra ni morena; hombres y mujeres de cualquier variedad de color expresan que les gustaría tener un cutis más claro. Con frecuencia la razón es la inseguridad en la propia apariencia. Y es que incontables individuos llegan a ser víctimas del racismo por no ser blancos o no tanto como marca la moda. Es una realidad que en un sinnúmero de situaciones se favorece a las personas por su físico. Un ejemplo común en nuestro país, es que en no pocas empresas se evalúa la tonalidad de la piel para aceptar o no a alguien en empleos relacionados con atención al público, bajo el argumento de “proyectar una mejor imagen”.
Y la preferencia por una piel lo más blanca posible no es algo nuevo. Es conocida la historia de Porfirio Díaz, que era maquillado con polvo de arroz por su esposa para disimular su tono mestizo, sobre todo frente a la comunidad francesa, con la que Díaz se sentía muy identificado.
A LEER LAS ETIQUETAS
Arriesgar la salud por alcanzar un objetivo estético es algo que ha existido desde hace siglos. Hay escritos de la época victoriana en donde se documenta que algunas reinas se ponían plastas de maquillaje para cubrir las lesiones provocadas por las cremas que usaban, las cuales contenían derivados del mercurio para aclarar la piel.
Lo sorprendente es que a pesar de esas experiencias, se siguen fabricando productos dañinos. Recientemente, un periódico reportó que en Baja California se registraron casos de intoxicación por mercurio, por el uso de una crema aclaradora de nombre Agua Mary. Una vez detectado el problema la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) ordenó retirar el producto del mercado.
Es importante mencionar que el uso prolongado de cremas con mercurio (y sus derivados como bicloruro de mercurio, cloruro mercurioso, cianuro y sulfocianuro de mercurio) es peligroso, ya que su puede llegar a ocasionar desde debilidad muscular, fatiga y salpullido, hasta úlceras en la boca, hipertensión arterial y fallas en la memoria. Y a pesar de que esta clase de información cada vez circula más, el mercado no está libre de cosméticos aclaradores con esas u otras sustancias dañinas, si bien no son la mayoría.
LO QUE SÍ ES POSIBLE
Si estás decidido a ‘blanquearte’ a toda costa, hay algunos consejos fundamentales que te recomendamos tomar en cuenta.
-Si lo que deseas es decirle adiós a lo requemado de tu cutis, necesitas empezar cuanto antes a usar protector solar. Cubre tu rostro con sombrero de ala ancha, usa ropa con manga larga e incluso guantes. Bastan esos accesorios y paciencia para recobrar tu tono original.
-Si eres mujer y quieres verte más blanca puedes apoyarte en el maquillaje, pero ojo: éste debe ser sólo un tono más claro que tu piel, de lo contrario parecerás geisha. Por el mismo motivo, maquíllate no sólo en el rostro, sino al menos en el cuello y el área del escote (también hay maquillaje corporal).
-No te confundas con los productos de marcas prestigiosas que ofrecen ayudarte a recuperar tu tono natural de piel: no es lo mismo recuperar a forzar un color que no se posee. Al igual que con el maquillaje, estos productos deben usarse no sólo en el rostro, sino en todas las áreas expuestas al sol.
SI LO TUYO ES LO NATURAL
A tu alcance hay algunos elementos que pueden contribuir a recobrar tu color de piel y más aún, a hacer que se vea tersa y humectada.
-Aplícate con regularidad jugo de limón, ya sea directamente del fruto o bien diluyéndolo en un poco de agua. El ácido que contiene (cítrico) rompe la proteína de la melanina y estimula la eliminación de las capas muertas de la dermis, revitalizándola y dándole un color más claro. También puedes untarte jugo de pepino, su efecto es parecido al del limón y menos agresivo, incluso puedes dejártelo toda la noche, así como aplicarlo en el área de los ojos.
-Exfolia tu piel dos veces a la semana, así eliminarás las células muertas y toxinas. Lo puedes hacer mezclando azúcar con limón y pasando la combinación por tu cuerpo a la hora de la ducha; o en su lugar, avena con leche. Ambas opciones contribuyen a bajar la tonalidad de tu piel.
-Utiliza diariamente crema humectante, así tu piel tendrá mayor protección y frenará el oscurecimiento. Dale preferencia a las que contienen bloqueador solar.
-No te olvides de asolearte lo menos posible. Apóyate en todo lo que esté a la mano: sombrillas, gorros, etcétera.
MI COLOR: MI ORGULLO
El ser humano es inconforme; recordemos que mucha gente procedente de países donde el sol escasea muere por broncearse; mientras que en China hacen todo lo posible por resguardarse del Astro Rey. Pero de nuevo: no es lo mismo querer conservar tu tono, que anhelar ser más blanco.
Antes de emprender una campaña para “blanquearnos”, deberíamos reflexionar qué buscamos: ¿aceptación social? ¿Oportunidades de trabajo? ¿Encajar en los esquemas de alguien más? Y sobre todo, urge pensar: ¿por qué aceptamos entrar en el juego de una sociedad tan trivial que valora más el color de la piel, que al individuo debajo de ella?
Además, nuestro tono hace pareja con el resto de nuestro físico; cuando algo va en contra de su naturaleza se nota y se ve mal, ¿quién no recuerda a Michael Jackson y su terrible aspecto? La verdadera belleza nace de la autoestima. Hay que querernos como somos, blancos o morenos, negros o amarillos. Y sobre todo, no anteponer la “belleza” (entre comillas por lo subjetivo de su concepto), por encima de la salud.
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