El lápiz pudo desarrollarse gracias al descubrimiento de un depósito a gran escala de grafito. INGIMAGE
Durante un buen tiempo y aún en algunos casos de las épocas modernas, el lápiz es básico para expresarse, sin embargo, es importante saber que su invención es relativamente reciente, en comparación con la aparición de otros inventos tan necesarios para el hombre.
Fue en realidad otro descubrimiento el que hizo posible la fabricación del lápiz; ese descubrimiento, poco antes de 1665, fue el de un enorme depósito de grafito en Seathwaite, Fell, próximo a Borrowdole, en Cumbria, Inglaterra, el cual sigue siendo en la actualidad el de grafito sólido de mayor escala en todo el planeta.
Tras encontrar ese depósito, se descubrió que el grafito era muy útil para marcar a las ovejas y que gracias a su extrema pureza y solidez podía ser aserrado con mucha facilidad en barritas.
En un principio, el grafito era envuelto en cordeles o en cuero de oveja, pero Simonio y Lyndiana Bernacotti tuvieron la idea de un diseño de una herramienta que lo recubriera de madera, sin embargo su versión necesitaba ser perfeccionada.
Nicholas Jacques Conté, en 1795, desarrolló un método para endurecer el grafito que ya había sido pulverizado mezclándolo a su vez con arcilla para ser horneado posteriormente. Este método es el usado todavía en la actualidad.
Tales fueron los inicios del lápiz, un invento cuya idea ya estaba verdaderamente escrita en el destino del hombre para desarrollar y que sigue siendo importante para realizar muchas de nuestras actividades cotidianas.
^AC