Autor de 30 libros, entre ellos “Espiral” y “Espejo de mi muerte”, el vate, quien murió el 3 de octubre de 1993, se distinguió por abordar temas del tiempo, el amor y la muerte. (IMAGEN TOMADA DE INTERNET)
El médico cirujano y poeta mexicano Elías Nandino, a quien se recuerda hoy que se cumplen 20 años de su muerte, destacó por cumplir cabalmente con su par de profesiones y por ser impulsor de varias revistas que dieron a conocer a una nueva generación de escritores.
Autor de 30 libros, entre ellos “Espiral” y “Espejo de mi muerte”, el vate, quien murió el 3 de octubre de 1993, se distinguió por abordar temas del tiempo, el amor y la muerte.
Elías Nandino Vallarta, quien vino al mundo el 19 de abril de 1903 en Cocula, Jalisco, fue un médico cirujano que trabajó en el Hospital Juárez, en la Penitenciaría y en clínicas oficiales y privadas.
De acuerdo con la biografía del poeta disponible en el portal en Internet “poesiasemanal.com”, en su juventud se relacionó con el grupo de intelectuales “Los contemporáneos”, entre ellos Xavier Villaurrutia (1903-1950), quien influenció sus primeros poemas en los que dejó ver juegos de palabras y formas retóricas.
En los años 50, Nandino mostró profundidad y una sencillez que caracterizó sus poemas de vejez. Mientras que su última etapa literaria estuvo marcada por temas eróticos y metafísicos mezclados con un tono confesional, pero siempre irreverente.
Desde las publicaciones que fundó y dirigió, tales como: “México Nuevo” (1936-1937), la revista literaria “Estaciones” (1956-1960) y la editorial del mismo nombre, entre otras, el vate mexicano apoyó a los entonces nuevos talentos de las letras, entre ellos Carlos Monsiváis (1938-2010), José Emilio Pacheco (1939) y Elena Poniatowska (1932).
En 1979 fue merecedor del Premio Nacional de Literatura y el Premio de Poesía de Aguascalientes.
Su obra poética comprende los libros: “Espiral” (1928), “Color de Ausencia” (1932), “Eco” (1934), “Río de sombra” (1935), “Sonetos” (1937), “Poemas árboles” (1938), “Nuevos sonetos” (1939), “Nudo de sombras” (1947), “Espejo de mi muerte” (1945), “Poesía I” (1947), “Poesía II” (1949) y “Naufragio de la duda” (1950).
Asimismo, publicó “Triángulo de silencios” (1953), “Nocturna suma” (1955), “Nocturno amor” (1958), “Nocturno día” (1959), “Nocturna palabra” (1960), “Eternidad del polvo” (1970), “Cerca de lo lejos” (1979), “Conversación con el mar” (1982), “Costumbre de morir a diario” (1982), “Erotismo al rojo blanco” (1983), “Todos mis nocturnos” (1988) y “Ciclos terrenales” (1989).
