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Familias homoparentales

Tengo dos papás

Familias homoparentales

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Martha Acela Medina

Un modelo de familia poco aceptada, pero sin duda existente en la realidad actual, que ha ido ganando espacio como una alternativa dentro de la diversidad. El término homoparental se refiere a las familias cuyos progenitores son personas del mismo sexo.

El Distrito Federal fue la primera entidad federativa en México y América Latina en aprobar el establecimiento de la alianza entre dos personas del mismo sexo en 2009, incluyendo su derecho a la adopción, y dos años después, en noviembre de 2011, el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Coahuila, consideró la inconstitucionalidad sobre la prohibición a parejas del mismo sexo a adoptar, por lo que Coahuila también considera legal este derecho.

Sin embargo, las estadísticas que se tienen en nuestro país sobre estos casos son casi inexistentes, a diferencia de otras naciones de Europa y Norteamérica, que nos llevan muchos años de experiencia y resultados en este tema. En términos generales, existe una resistencia mayoritaria de la sociedad mexicana a este legítimo derecho de la personas de la comunidad LGBT (siglas que designan colectivamente a lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) a la adopción. Sin embargo, los argumentos que esbozan están basados en opiniones y premisas que fomentan la discriminación social, sin bases científicas comprobables.

IMPACTO PSICOLÓGICO Y EMOCIONAL

En las últimas décadas, los países desarrollados fueron los primeros en ir rompiendo paulatinamente paradigmas de creencias y condiciones del ser humano, que van desde la convivencia entre personas de diferentes razas y culturas, la aceptación de hijos provenientes de matrimonios divorciados y monoparentales, hasta la formación de familias homoparentales.

Estos cambios tardarán años en hacerse presentes en México y América Latina, aunque actualmente los pocos estudios realizados en Estados Unidos, Gran Bretaña y España, dan muestra de que los niños que han sido criados por familias homoparentales no han sufrido problemas psicológicos; además, tampoco se han encontrado diferencias emocionales ni intelectuales entre ellos y los que han sido criados por matrimonios heterosexuales.

Algunos críticos argumentan que la familia homoparental, que forma parte de la diversidad de estilos familiares que existen, no posee características que aumenten o disminuyan la funcionalidad o disfuncionalidad de su dinámica y las relaciones que se establecen entre sus miembros. Es decir, todas la familias están sujetas a cambios, adaptaciones y crisis del desarrollo, según la personalidad de sus integrantes, la edad de los hijos, la cultura familiar, el ambiente social, entre otras características.

De esta forma, en todas las familias existe el riesgo de que los hijos sufran problemas psicológicos, emocionales, de conducta -la normal rebeldía de la adolescencia-, bajas calificaciones, homosexualidad, o cuestiones más difíciles y tristes como las adicciones, trastornos de alimentación y trastornos antisociales que ponen en peligro la integridad de las personas.

Cabe destacar que se puede tratar de niños y adolescentes brillantes, inteligentes, sociales, amorosos, afectivos, educados y responsables, para llegar a ser adultos psicológicamente sanos y productivos.

¿CONFUSIÓN EN LA ORIENTACIÓN SEXUAL?

Cualquier tipo de familia, implica la etapa de la adolescencia en la que la personalidad de los hijos empieza a tomar forma, además de que las habilidades o dificultades para interactuar y socializar con el sexo opuesto se hacen notar, hasta que la confianza en sí mismo se fortalece, dando pie al desarrollo de la madurez.

Habrá niños o adolescentes que sufran confusión en la orientación sexual o identidad de género, que opten por una identidad homosexual, sin que la conformación de su familia sea relevante. Aunque en este tipo de familia sea lógico pensar que el tema de la orientación sexual será motivo de charlas constantes y con amplio criterio, no podemos descartar que exista cierta confusión cuando el hijo esté viviendo la adolescencia, sin que esto necesariamente repercuta en su decisión.

CONDICIONES DE DISCRIMINACIÓN SOCIAL

Desde siglos pasados, la discriminación ha formado parte de la cultura de las civilizaciones.

Hoy en día, la humanidad se encuentra en una disyuntiva en cuanto a las diferencias en las preferencia sexuales y la conformación de la estructura familiar, que es el centro de la sociedad.

Por cuestiones culturales, políticas e incluso religiosas, existe la discriminación a cualquier situación que tenga que ver con las personas homosexuales y con las familias homoparentales; por lo tanto, probablemente los niños criados en este contexto, sufrirán rechazo y el muy conocido bullying, ya que formar parte de una familia con estas características, significa ser parte de una minoría aún no aceptada socialmente.

OBSTÁCULOS A LA NORMALIZACIÓN

Hay quienes opinan que las personas homosexuales, independientemente de si tienen derecho o no a ser padres y a formar una familia, no tienen una vida con cualidades para enseñar a un niño a vivir con buenas costumbres, ni cuentan con herramientas para construir un modelo de familia en el que se establezcan límites, roles, comunicación, jerarquía y disciplina como en cualquier otra.

Además, existe una idea preconcebida -sin justificación- sobre la carencia de valores en las personas homosexuales. También hay quienes opinan que los niños pueden gozar de una familia y una vida favorables, si cuentan con personas adultas como padres, que estén al pendiente y cubran sus necesidades, de manera que su desarrollo se lleve a cabo de la mejor manera posible, mediante una comunicación enriquecedora y un ambiente cálido.

EVOLUCIÓN DE LA ESTRUCTURA FAMILIAR

Si en estos tiempos se considerara a la familia tradicional como el único modelo en el que los integrantes reciben lo idóneo para un desarrollo adecuado, ¿qué pasaría con los hijos de los otros modelos familiares? ¿Tendrían que irse a vivir a otro planeta debido a que no encuentran cabida en éste?

El mundo es dinámico, no estático. Las circunstancias de las personas son diferentes y seguramente éste sea uno de los aspectos que ha influido para que el concepto de familia tradicional vaya teniendo adecuaciones; así como una mujer soltera tiene un hijo para convertirse en madre soltera y formar una familia monoparental, para un hombre sería de la misma forma.

La sociedad ha ido conformándose de las circunstancias de quienes la integran, al tiempo que se realizan adaptaciones para que todos sus miembros tengan un lugar y obtengan pertenencia e identidad, ya que estos elementos son fundamentales para el desarrollo de cualquier individuo.

AVANCES EN MÉXICO

A pesar de las escasas estadísticas y las cuestiones legales que ya existen desde hace pocos años en la cultura mexicana, la nueva tendencia de género y familia que lleva roles implícitos a sus costumbres, no corresponde o es usurpada, es decir, no es aceptada con amplitud de criterio.

Por otro lado, existen personas y sectores minoritarios que están a favor de dichas condiciones, más aún si la sociedad se ve beneficiada con estas familias que pueden ofrecer estructura, identidad y amor a los niños, para que a su vez, ellos puedan lograr un buen desarrollo personal, con pertenencia social y laboral.

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