Kimaiyo deja el Maratón en el km 21

El poseedor del récord del Maratón Internacional Lala, el keniano Hillary Kimaiyo, poco pudo hacer para siquiera acercarse a su marca, ya que ni siquiera concluyó el trayecto y abandonó, a la altura del kilómetro 21 sobre la Avenida Madrid de la colonia Granjas San Isidro de Torreón.

El africano, que en el 2011 registró dos horas, 8 minutos y 17 segundos para imponer el registro aún vigente, había manifestado semanas antes su intención de ganar la competencia y de paso mejorar la marca para ganar el bono adicional establecido en la convocatoria.

Incluso, minutos antes de la prueba había publicado en redes sociales que no haría equipo con nadie y que estaba concentrado en realizar un menor tiempo. Se aventuró en publicar el periodo que haría cada cinco kilómetros.

Kimaiyo esperaba firmar 29 minutos y 40 segundos en los primeros 10 mil metros, para que el medio maratón lo cruzara en una hora y tres minutos. Su meta al concluir la carrera en el Bosque Venustiano Carranza era cronometrar 2:07.53 o 2:08.05.

Pero el haber corrido 15 días atrás un maratón en Metepec, Estado de México, con el clima caluroso del domingo en la Comarca Lagunera y el ritmo que implementaron su paisano Simon Kariuki y el mexicano Daniel Vargas fueron determinantes para que en primera instancia se rezagara y luego abandonara la prueba.

Y es que apenas tras la salida oficial, Kimaiyo dio un tirón que partió el grupo. Con su gran zancada encabezó un grupo de ocho corredores, entre los que se incluían Kariuki, Vargas, el ecuatoriano Miguel Almachi, así como sus paisanos Stephen Kibet Tanui, Samwel Njoroge, Stephen Chelal y el campeón Stephen Mburi.

Tras cruzar los primeros siete mil metros, sobre la Calzada J. Agustín Castro en Gómez Palacio, antes de arribar a Ciudad Lerdo, Kimaiyo junto a Kariuki, Tanui y Vargas se despegaron para puntear la competencia.

La debacle de Kimaiyo vino en el kilómetro 13, cuando empezó a rezagarse al salir de la Ciudad Jardín, donde ya no tuvo capacidad de reacción, dejando que se fueran solos Kariuki, Tanui y Vargas, sin que nada pudiera hacer.