Vive una pesadilla durante el parto

El día que esperaba que fuera el más hermoso de su vida, se convirtió en una verdadera pesadilla, para Santa, quien a las siete de la mañana del jueves 28 de agosto fue mamá por primera vez.

A sus 18 años, la joven madre esperaba con ilusión el nacimiento de su pequeño por lo que a lo largo de su embarazo, tuvo todos los cuidados necesarios para no tener complicaciones al momento del parto.

En sus visitas, siempre se manejó la posibilidad de una cesárea debido al tamaño de su bebé, a fin de evitar que no sufriera ni ella ni su pequeño.

Pero la pesadilla comenzó el lunes por la mañana. Unos dolores en la parte baja del vientre, la hicieron acudir al Hospital General de Torreón, para una consulta, pues ya contaba con 41 semanas de gestación, y la fecha de parto era el 21 de agosto, por lo que temía que algo estuviera mal. Al revisarla, le dijeron que regresara a casa, que aún era tiempo.

Al día siguiente acudió nuevamente para una revisión, "me decían que todo estaba bien, pese a que tenía los dolores me regresaron", dice con tristeza.

Fue hasta el miércoles que acudió nuevamente y los médicos le dijeron que ya estaba casi lista. "Pero entró una enfermera me dijo que no estaba nada de dilatación, y luego entró un doctor y dijo que sí, fue entonces que me mandaron a emergencia en donde estuve esperando por más de seis horas parada".

Después de su larga espera entró al área de tococirugía. La recostaron en una camilla, "yo pensé que me iban a hacer la cesárea porque así estaban planeado, pero no fue así", comenta molesta al recordarlo.

Ahí comenzó el calvario, pese a que se encontraba sangrando y los dolores eran insoportables, los médicos no la atendían, "unos estaban dormidos, otros noviando y yo estaba desesperada".

Y es que en un momento el bebé dejó de moverse, lo que la alertó aún más. Con desesperación trataba de ponerse de pie, pero no se lo permitían, "me decían, quieres que se te muera el bebé, y yo les decía que no, entonces me volvían a decir que no estaba lista".

Ya enojada y tratando de salvar la vida de su bebé, pidió que la dejaran ir, por lo que le hicieron firmar un documento en donde no se hacían responsables por lo que le pudiera pasar.

De inmediato fue trasladada a Cruz Roja Torreón, donde ya presentaba los diez centímetros de dilatación. "Yo sentí que me metieron la mano y me rompieron la fuente, y después me pasaron a quirófano", cuenta.

Santa nunca tuvo privacidad en esta área, pues se encontraba un grupo de estudiantes, a quienes les explicaban cómo era el proceso mientras la madre se encontraba soportando el dolor. "Yo les decía, ya no se mueve, y la doctora me decía es que tú no cooperas, y al momento que salía parte de su cuerpecito me lo metían otra vez, después uno y otro doctor me aplastaron la panza, me dolía mucho".

Al no contar con anestesiólogo y declararse incompetentes para tratarla, le hicieron firmar una carta para no hacerse responsables de lo que le pudiera pasar, pese a que ya se encontraba en completo trabajo de parto. "Tres horas estuve ahí", dice la joven madre, horas que para ella fueron interminables.

Salieron de la Cruz Roja rumbo al Hospital Universitario, en donde la atendieron de inmediato y en donde además, le descubrieron que tenía un guante adentro de su vagina, mismo que le impedía al bebé respirar.

En el hospital donde ahora se recupera, dicen que la salud de su bebé es delicada y no descartan la posibilidad de que sufra daño cerebral, ya que al nacer fue necesario revivirlo, pues no respiraba.

Por negligencia médica que pudo costar la vida de su bebé y de ella misma, no descarta la idea de presentar una denuncia en contra de la Cruz Roja Torreón y el personal que la atendió la madrugada del viernes 29 de agosto.