El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) presentó una denuncia tras constatar la destrucción en este sitio arqueológico, localizado en la Sierra de Australia. Durante la inspección, el personal del INAH detectó que se utilizó una sierra eléctrica para extraer una figura pintada en una placa de piedra, representando una mano. También se intentó sustraer otras dos figuras.