Todavía pesa el apresurado reconocimiento de la independencia de la católica Croacia por parte del Vaticano en 1992, que llevó a Serbia a acusar a la Santa Sede de haber sido, si no la causante, por lo menos 'parte interesada' en las guerras que se desataron.
Todavía pesa el apresurado reconocimiento de la independencia de la católica Croacia por parte del Vaticano en 1992, que llevó a Serbia a acusar a la Santa Sede de haber sido, si no la causante, por lo menos "parte interesada" en las guerras que se desataron.Foto: AP, Reuters 23 junio 2003
publicada el 23 de junio de 2003