Aún después de acaba la fiesta, las calles seguían rojas al irse muchos de los participantes a las regaderas que dispone el Ayuntamiento y que resultan insuficientes para quitar todo el tomate que hay en las ropas y cuerpos.
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Aún después de acaba la fiesta, las calles seguían rojas al irse muchos de los participantes a las regaderas que dispone el Ayuntamiento y que resultan insuficientes para quitar todo el tomate que hay en las ropas y cuerpos.
Aún después de acaba la fiesta, las calles seguían rojas al irse muchos de los participantes a las regaderas que dispone el Ayuntamiento y que resultan insuficientes para quitar todo el tomate que hay en las ropas y cuerpos.Fotos: EFE y AP
Miércoles 31 de agosto de 2011