Pirámides humanas semejando la monumental altura de las olas marinas, acrobacias tradicionales que aparecen en la mente del espectador y se vuelven poca cosa frente a la mirada perpleja que observa a seis hombres sobre una misma pelota gigante, son tan sólo el principio de una aventura insospechada y mágica que emprende cada espectador desde su butaca.
Pirámides humanas semejando la monumental altura de las olas marinas, acrobacias tradicionales que aparecen en la mente del espectador y se vuelven poca cosa frente a la mirada perpleja que observa a seis hombres sobre una misma pelota gigante, son tan sólo el principio de una aventura insospechada y mágica que emprende cada espectador desde su butaca.Foto: AP, Reuters 02 octubre 2003
publicada el 02 de octubre de 2003