Bastaron 90 minutos de futbol y dos goles de sendos jugadores griegos, Karagounis y Basinas, para que le euforia se tradujera en desolación, sorpresa y abatimiento, y en un estadio de Oporto, el de Dragón, 3.000 hinchas helénicos gritarán más que los cerca de 50.000 portugueses.
Bastaron 90 minutos de futbol y dos goles de sendos jugadores griegos, Karagounis y Basinas, para que le euforia se tradujera en desolación, sorpresa y abatimiento, y en un estadio de Oporto, el de Dragón, 3.000 hinchas helénicos gritarán más que los cerca de 50.000 portugueses.Foto:AP y Reuters 13 de junio 2004.
publicada el 13 de junio de 2004