Algunos fieles se tomaban la cabeza con la mano en señal de incredulidad. Otros lloraban desconsoladamente. Las ventanas del aposento del papa seguían encendidas después del anuncio.
Algunos fieles se tomaban la cabeza con la mano en señal de incredulidad. Otros lloraban desconsoladamente. Las ventanas del aposento del papa seguían encendidas después del anuncio.Foto:AP; REUTERS; EFE. 02 de abril de 2005
publicada el 02 de abril de 2005