Para ese entonces, el marichi ya había hecho su aparición y también los gritos de las emocionadas mujeres. “¡Torreón, Gómez, Lerdo, son un amor¡”, decía constantemente por la entrega del público.
Para ese entonces, el marichi ya había hecho su aparición y también los gritos de las emocionadas mujeres. “¡Torreón, Gómez, Lerdo, son un amor¡”, decía constantemente por la entrega del público.Foto: EL SIGLO DE TORREON 09 de julio de 2005
publicada el 09 de julio de 2005