En tanto, la fiesta ya se vive en las calles y plazas de Italia. Desde horas antes del inicio del partido, con las sonoras y coloreadas marchas de los seguidores hacia su lugar de encuentro; se prolongó durante el encuentro, con la llegada de las primeras lágrimas tras el gol casi inicial francés, la alegría del empate, y con la emoción y la incertidumbre del final.Foto: AP; EFE 09 de julio de 2006.
publicada el 09 de julio de 2006