Enmarcado por la tenue luz de la luna y por frondosos y melancólicos árboles, El Lago de los Cisnes del Ballet de Monterrey exhibió la armonía de los finos movimientos de las bailarinas que graciosamente movían sus tutúes, y de los bailarines que con fuerza y elegancia recorrieron el escenario del Teatro Nazas.
Enmarcado por la tenue luz de la luna y por frondosos y melancólicos árboles, El Lago de los Cisnes del Ballet de Monterrey exhibió la armonía de los finos movimientos de las bailarinas que graciosamente movían sus tutúes, y de los bailarines que con fuerza y elegancia recorrieron el escenario del Teatro Nazas.Foto: EL SIGLO DE TORREÓN noviembre de 2006
publicada el 06 de noviembre de 2006