Algunas empresas añaden químicos que estimulan las glándulas gustativas. (INTERNET)
La comida rápida como la pizza y las hamburguesas son un antojo muy común que las personas tienen incluso sin no son muy aficionados de este tipo de alimentos.
La razón por la que gusta tanto no tiene que ver realmente con el sabor, sino con sus ingredientes y la satisfacción que produce al cuerpo poder consumirlos.
Según el sitio Gizmodo, el primero es la azúcar, es decir, glucosa que permite al cuerpo tener energía. También las grasas, que fungen como una reserva energética. Y finalmente la sal, que regula los fluidos del cuerpo y controla los impulsos nerviosos.
Con el paso del tiempo y la evolución del hombre, el cuerpo ha aprendido a ‘pedir’ este tipo de alimentos y sentir una recompensa cuando los recibe; un impulso en el cerebro que se dispara cuando, por ejemplo, se consume droga.
Para generar una adicción más grande, muchas empresas de comida procesada también añaden químicos como el glutamato monosódico; potenciadores de sabor que estimulan las glándulas gustativas.
DA.