Los terremotos de 2012 en América Central habrían influido en la erupción y activación de algunos volcanes de la zona, según un estudio internacional que publica la revista Scientific Report, en el que ha participado el vucanólogo de Geociencias Barcelona (este de España) Joan Martí. (ARCHIVO)
Los terremotos de 2012 en América Central habrían influido en la erupción y activación de algunos volcanes de la zona, según un estudio internacional que publica la revista Scientific Report, en el que ha participado el vucanólogo de Geociencias Barcelona (este de España) Joan Martí.
El estudio, liderado por Gino González, estudiante de doctorado de la Universidad de Bari (Italia) y miembro de la ONG Volcanes Sin Fronteras, demuestra la relación directa que puede existir entre actividad sísmica y volcánica.
"En nuestro estudio demostramos cuantitativamente cuándo es posible que los terremotos desencadenen erupciones volcánicas", resumió Martí, que precisó que los seísmos influyen en la actividad volcánica, pero solo en casos "muy concretos", cuando el volcán ya está en un estado de preparación eruptiva muy avanzado.
"En el caso de un volcán en estado de reposo, la aportación de energía sísmica a su sistema no resulta suficiente para poder iniciar la erupción", añadió el vulcanólogo.
"No es una situación que se pueda dar de forma generalizada, sino en casos muy particulares, lo que indica la necesidad de disponer de un buen monitoreo volcánico en aquellos volcanes potencialmente activos", subrayó.
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Existen diferentes tipos de erupciones volcánicas, pero en todos los casos tienen un impacto en el planetaLos investigadores han analizado los seísmos ocurridos en Costa Rica, El Salvador y Guatemala entre agosto y noviembre de 2012, período en el que América Central sufrió tres de los mayores terremotos con una magnitud mínima de 7.3 en la escala de Richter.
Tras estos seísmos, la actividad volcánica de esa región se incrementó durante días e incluso años después y sucedieron erupciones de volcanes que llevaban décadas o centenares de años inactivos.
"Los volcanes y los terremotos están más unidos de lo que pensamos y esto podría tener implicaciones en la geodinámica global del interior de la Tierra", destacó Gino González.
La investigación también apunta que, al analizar los posibles efectos de un movimiento sísmico sobre un volcán, debe tenerse en cuenta no solo el tamaño del terremoto, sino también el tiempo de ruptura, su frecuencia dominante y la energía que irradia.
Según los investigadores, las conclusiones de esta investigación son importantes para poder reducir desastres porque si ocurren grandes terremotos y se conoce previamente el grado de actividad de los volcanes se puede predecir qué volcanes harán erupción a medio plazo.