Imagen: Cortesía Alejandro Alvarado
En el mundo de la fotografía existen innumerables géneros y estilos que abordan la belleza humana desde distintas perspectivas. Uno de los más fascinantes y con potencial para empoderar a quien es retratado es el boudoir, que busca resaltar la sensualidad femenina y que ha llevado al fotógrafo Alejandro Alvarado a recorrer México, por segunda ocasión, para consolidar sus propósitos artísticos.
Para entender el enfoque de Alejandro Alvarado es crucial comprender en qué consiste este género. El boudoir (término que significa “tocador” en francés) consiste en sesiones fotográficas en que las mujeres posan en lencería, en algún escenario íntimo (casi siempre una habitación), con el objetivo de resaltar su belleza de forma sutil. Sin embargo, va más allá de la mera exhibición física, pues una de sus características es que evita caer en lo vulgar. Según el fotógrafo, el objetivo de este estilo es “empoderar, redescubrir y destacar la seguridad que todas las mujeres poseen por naturaleza misma”. Se trata de una experiencia transformadora que trasciende la simple apariencia.
El boudoir se diferencia de otros géneros, como el comercial o la fotografía de moda, debido a que su base principal no son las poses estructuradas, sino la creación de un espacio que permita a las modelos sentirse cómodas y seguras. La confianza y la autenticidad son primordiales, lo que implica que el fotógrafo debe desempeñar un papel esencial tanto técnica como psicológicamente.
DESAFÍOS Y EMPODERAMIENTO
Con más de 15 años dedicados a su proyecto, Alejandro Alvarado ha recorrido un largo camino perfeccionando su técnica y enriqueciendo su perspectiva creativa. Cuando se le cuestiona sobre los desafíos de trabajar con mujeres “comunes” en lugar de modelos profesionales, destaca la importancia del equilibrio que lo dirige como mantra: “Tienes que trabajar la parte técnica de la fotografía per sé y la psicología de la mujer”.
Una de las claves para que las mujeres se sientan cómodas frente a su cámara es la confianza que Alvarado transmite. A lo largo de su trayectoria ha adquirido habilidades que le permiten guiar a sus modelos y mostrarles que están trabajando bien. Su objetivo es que, al ver las imágenes resultantes, ellas sientan satisfacción personal y se enamoren de sí mismas. Es un proceso de autodescubrimiento y reencuentro con el propio cuerpo que va más allá de lo superficial, por lo que puede convertirse en una forma de empoderamiento femenino.
Él les recuerda que una sesión de boudoir es un acto de amor propio y autenticidad. En sus propias palabras, el reto con cada mujer es “que vea, a través de mi lente, de mi ojo, lo hermosa que es y, de pronto, aunque esté en una depresión, al ver sus fotografías, que sienta satisfacción personal, que la parte visual pase a un segundo término y que la prioridad sea que la persona retratada se enamore de sí misma, que se descubra o se reencuentre”.
Para ello, actualmente Alejandro Alvarado está llevando su propuesta de boudoir a nivel nacional, en una gira que abarca todos los estados de México. Su enfoque ha resonado en mujeres de diversas culturas y entornos, por lo que sus sesiones disponibles se han agotado rápidamente en todos los lugares que ha visitado.
EL FUTURO
Alejandro fue uno de los profesionales en su área que se vieron afectados luego de que el fotógrafo Jorge Lara registrara como marca la frase “Boudoir en México” ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), en junio del presente año. Su primera acción tras obtener el registro fue enviarlo a Meta (empresa a la que pertenecen Instagram, Facebook, WhatsApp y ahora Threads) para solicitar que todas las cuentas en redes sociales donde apareciera la palabra boudoir fueran eliminadas, argumentando que el término podía ser empleado por otros para describir sus servicios, pero no como parte de la marca distintiva de nadie. Al abordar este tema que ha causado escozor en el país, Alejandro es claro en su postura:
“Yo fui uno de los afectados, me cerraron mis perfiles, pero pude conservar la página. Mi postura es que el registro de la marca es lo de menos, el problema es lo que se hizo después: escalar a un conflicto con medios y plataformas internacionales como Meta, donde no hay forma de explicarle las situaciones a un algoritmo, además de lo que implica querer lucrar con la situación”, manifiesta.
Y en temas a futuro, como el uso de la inteligencia artificial en la fotografía, se mantiene firme en su creencia de que esta tecnología no reemplazará la habilidad de los artistas de la cámara para transmitir emociones e inspirar a través de sus imágenes.
“No estoy en contra en cuestión de hardware, es una maravilla que cada vez tengamos mejores herramientas de trabajo, pero no creo que la inteligencia artificial llegue a tumbarnos ‘el jale’, como se dice comúnmente. No veo un riesgo, pero sí una oportunidad para potenciar una imagen, recordando que no es solamente lo que haces, sino qué haces con eso que creas, qué transmites, qué inspiras, qué motivas”, dice Alejandro, dejando en claro que, como en todo arte, su apuesta es dejar una huella perdurable en la industria y ser un faro de luz en el mundo de la fotografía.
SOBRE ALEJANDRO
Alejandro Alvarado es un fotógrafo con más de 25 años de experiencia. Originario de Ciudad Juárez, Chihuahua, su carrera incluye haber sido el fotógrafo oficial de Nuestra Belleza Juárez y Nuestra Belleza Chihuahua, además de haber formado parte del jurado en la final de este concurso. También ha invertido en su formación, tomando un curso de lenguaje corporal y dirección de poses con Lupita Jones, quien fuera la primera Miss Universo mexicana, en Guadalajara.
Su talento y dedicación lo llevaron a ser nombrado Fotógrafo del Año en 2016 por la revista Enfiéstate. Su influencia se extiende a la televisión, donde ha trabajado como fotógrafo oficial para Televisa Juárez, Televisa Chihuahua y el Canal 44. Además, tuvo la encomienda de capturar el retrato oficial de su presidente municipal.
En la actualidad, Alejandro Alvarado se encuentra en una gira nacional por más de 30 ciudades de México, llevando y promoviendo la cultura de la fotografía boudoir a través de los maratones que organiza en cada localidad.