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Reportaje

2024, el año electoral

Camino hacia el sufragio efetivo. Por primera vez en la historia de México, las principales contendientes a la presidencia nacional son mujeres: Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, ambas con una sólida carrera política.

Ilustración: El Universal

Ilustración: El Universal

HÉCTOR ESPARZA

En un intento por legitimar sus procesos frente al electorado, los dos bloques de partidos políticos en México que contienden por la presidencia del país, pretendieron someter su elección interna de candidatos al escrutinio ciudadano. No lo lograron, porque su genética tiende al control de los mecanismos de selección desde las cúpulas, convidando parcialmente a las bases.

Pero lo intentaron. Primero, la alianza formada por Movimiento de Regeneración Nacional, Partido del Trabajo y Verde Ecologista de México (MORENA-PT-PVEM) llamada Sigamos Haciendo Historia, utilizó encuestas para seleccionar al precandidato de entre seis aspirantes. El resultado favoreció a quien fuera jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo.

El excanciller de Relaciones Exteriores y quien pretendía la candidatura, Marcelo Ebrard Casaubón, denunció enfáticamente el desequilibrio en el proceso, durante y al final del mismo, debido al apoyo del aparato gubernamental hacia Sheinbaum, exhibiendo las viejas prácticas de la clase política mexicana que “carga los dados” al momento de designar candidato. Sus reclamos no fueron escuchados y al final tuvo que disciplinarse.

Le siguió en este intento de democratización el bloque integrado por los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática; una triada antes disímbola por representar posiciones ideológicas contrarias, pero que ante sus derrotas constantes en el plano electoral, decidió dejar a un lado la ideología y actuar pragmáticamente.

De la misma forma abrieron la convocatoria. Ocho personajes anunciaron sus pretensiones, pero poco a poco fueron abandonando la contienda, ya sea porque no cumplieron las dos primeras etapas de las tres que conformaron el proceso o porque también denunciaron inequidad, como el caso de Lily Téllez, quien el 28 de junio de 2023 declaró: “El fin no justifica los medios. La oposición no sólo debe ser freno del régimen autoritario, sino alternativa y ejemplo”.

En esta intentona de democratizar la elección interna se abrieron espacios para aceptar propuestas inefables como la de Francisco García Cabeza de Vaca, exgobernador de Tamaulipas acusado por la Unidad de Inteligencia Financiera del gobierno federal de pertenecer a una presunta red de lavado de dinero. Este político anunció a través de un video, desde el extranjero, su interés por ser candidato.

El proceso de elección de este frente no llegó a su tercera fase que suponía, además de la organización de cinco foros regionales para que debatieran los semifinalistas, someterse al escrutinio público mediante un estudio de opinión y una consulta ciudadana. Cada uno de estos resultados tendría un valor del cincuenta por ciento.

¿Qué pasaría si uno de los semifinalistas obtuviera la mayor aprobación en el estudio de opinión y el otro en la consulta ciudadana?, se le preguntó a Enrique de la Madrid Cordero, exsecretario de Turismo, quien fue aspirante a la candidatura y ahora forma parte del equipo de la precandidata Xóchitl Gálvez. “La decisión tendría que ser política”, respondió durante una plática con este reportero.

Al final ocurrió eso: imperó la decisión política y se omitió el paso finalísimo, que era la consulta pública. Con disciplina partidista, la priísta Beatriz Paredes Rangel aceptó retirarse de la contienda para dejar el camino libre a Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, quien ha participado en la política mexicana representando al Partido Acción Nacional y que ahora se muestra como la precandidata de la alianza que ha cambiado su nombre de Frente Amplio por México a Fuerza y Corazón por México.

El proceder de ambos bloques partidistas confirma lo escrito en las primeras líneas. En su ADN no madura la democracia plena; sólo se manifiesta una democracia de fachada, con participación limitada y control férreo de los procesos desde sus directivas nacionales.

Lo sobresaliente de este capítulo es que se postularon dos mujeres para contender por la presidencia de la república, suceso inédito en el país.

El único hombre que aparecía en el escenario era Samuel García, gobernador de Nuevo León, quien intentó transitar en este proceso electoral encabezando a Movimiento Ciudadano; sin embargo, los diputados locales del PRI y PAN le metieron zancadilla al enrarecer la designación del gobernador suplente. Esta escaramuza política le hizo cambiar su decisión y retornó a su cargo.

La presencia en la contienda federal de Samuel Alejandro García Sepúlveda y su esposa Mariana Rodríguez Cantú despertó la atención de los jóvenes asiduos a las redes sociales digitales. Incluso se especuló que de continuar con su candidatura podría superar en votos a Xóchitl Gálvez, a quien la mayoría de encuestas colocan en un segundo lugar, debajo de Sheinbaum Pardo.

Samuel ya no está, y si del 15 al 29 de febrero de 2024 no se registra otro precandidato, será la primera vez en la historia de este país que una mujer encabece el Poder Ejecutivo federal.

Foto: Archivo Histórico de Colima
Foto: Archivo Histórico de Colima

DOS SIGLOS DE AUSENCIA FEMENINA

El control masculino de la presidencia de la república ha sido absoluto en los dos siglos del México independiente. Desde la presidencia de Guadalupe Victoria en 1824 hasta la de Andrés Manuel López Obrador que terminará en 2024, no hubo una sola mujer en este cargo.

El dato tiene como antecedente la marginación política que enfrenta el sexo femenino en México. Las mujeres comenzaron a ejercer su derecho al voto desde hace apenas 70 años. A comienzos del siglo pasado se consideraba que tenían “ideas cortas” debido a su cerebro de menor tamaño y peso con relación al del hombre. Este fue uno de tantos argumentos absurdos para desplazarlas, no solo del plano político, sino de otras esferas de la vida pública nacional.

Esta marginación detonó la organización del Primer Congreso Feminista de México en enero de 1916 en Mérida, Yucatán, en el que se abordó el tema del sufragio de la mujer. Para rebatir la convicción de que el tamaño del cerebro determinaba las ideas, una de las participantes del congreso, la yucateca Francisca Ascanio, asentó: “La inteligencia depende de la rapidez y extensión de los actos de la memoria asociativa y ésta a su vez de la complicidad de los centros nerviosos. Una mujer puede ser de igual talento que el hombre o superior, según se encuentre desarrollado su cerebro” (Historia de las mujeres en México, Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, Secretaría de Educación Pública, 2015).

Aún así tuvieron que pasar casi 40 años para que las mujeres pudieran votar por primera vez en México desde aquel congreso, y más de 60 para que ocuparan un cargo de elección popular.

Fue en 1979 cuando se presentó una oportunidad para el sector femenino. Entonces Griselda Álvarez Ponce de León ocupó la gubernatura de Colima de aquel año hasta 1985. Griselda había nacido en el seno de una familia de abolengo y con participación activa en la esfera política de su estado. Su bisabuelo fue el primer gobernador de aquella entidad en 1857; el mismo cargo ocupó su padre en 1919, cuando Griselda tenía seis años de edad, y a los 66 años ella se alzó con el triunfo, cuestionado por cierto, ya que la maestra de profesión radicaba en la Ciudad de México y no en Colima, el estado que gobernaría. Las protestas respectivas no frenaron su toma de posesión y así la candidata del Partido Revolucionario Institucional, en alianza con el Popular Socialista, pasó a la historia como la primera mujer gobernadora.

La segunda en encabezar una gubernatura fue Dulce María Sauri Riancho, votada en 1991 en Yucatán. Enseguida Amalia García ganó la elección del 2000 en Zacatecas y en 2007 Ivonne Ortega obtuvo el triunfo electoral para Yucatán. En 2015, Claudia Pavlovich ganó en Sonora y, en 2018, Martha Erika Alonso Hidalgo en Puebla, aunque falleció en un accidente diez días después de tomar el cargo. Aquel año también resultó victoriosa Claudia Sheinbaum Pardo en la Ciudad de México.

En las elecciones del 2021 se incrementó el triunfo femenino en los estados: Marina del Pilar ganó en Baja California, Índira Vizcaíno en Colima, Evelyn Salgado en Guerrero, Layda Sansores en Campeche, Lorena Cuéllar en Tlaxcala y Maru Campos en Chihuahua.

En 2022, María Teresa Jiménez Esquivel asumió la gubernatura de Aguascalientes, en tanto Mara Lezama lo hizo en Quintana Roo. En 2023, Delfina Gómez se sumó a la lista de gobernadoras al triunfar en el Estado de México.

Y aunque en diversos momentos hubo candidatas a la presidencia de la república, no han conseguido hasta ahora este cargo.

La primera que lo intentó fue Rosario Ibarra de Piedra, en dos ocasiones. La activista fundadora del Comité Pro-Defensa de Presos Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos de México contendió en 1982 y 1988 representando al Partido Revolucionario de los Trabajadores. En ambos procesos quedó en la quinta posición.

Cecilia Soto fue la segunda mujer en contender por la presidencia nacional en 1994, respaldada por el Partido del Trabajo. En aquella ocasión también se registró Marcela Lombardo Otero por el Partido Popular Socialista, aunque no logró el uno por ciento de los votos.

Para el proceso electoral de 2006 participó Patricia Mercado por el Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina. En 2012, Josefina Vázquez Mota contendió por el Partido Acción Nacional; seis años después hizo lo propio de manera independiente Margarita Zavala, quien ante el abandono de su grupo político desertó de la contienda antes de las votaciones.

Ahora las precandidatas, hasta diciembre de 2023, son Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum, de 60 y 61 años de edad respectivamente, ambas mexicanas de nacimiento, madres, profesionistas y con experiencia política.

Foto: El Universal
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DEL CAMPO Y LA CIUDAD

Los dos aspectos que se están proyectando de la vida de las precandidatas son, de una, su esfuerzo por salir adelante frente a las adversidades sociales, económicas y culturales que padecen las mujeres en las zonas rurales del país; de la otra, su solidaridad en la lucha de los estudiantes, campesinos y obreros que padecen la opresión de los grupos de poder.

Ambas son universitarias: Sheinbaum es licenciada en Física por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con maestría y doctorado en la rama ambiental; Gálvez es ingeniera en computación por la misma casa de estudios.

Las dos tienen trayectoria política: Gálvez fue senadora de la república, jefa delegacional de Miguel Hidalgo y directora general de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, cargo creado en el sexenio de Vicente Fox. En tanto, Sheinbaum fue jefa de gobierno de la Ciudad de México (la primera mujer en lograrlo mediante elección), jefa delegacional de Tlalpan y secretaria de Medio Ambiente en el entonces Distrito Federal.

Quienes impulsaron al comienzo sus carreras en el ámbito político fueron Fox Quesada en el caso de Gálvez y López Obrador en el de Sheinbaum.

Uno de los canales de promoción de las figuras políticas es el libro. En los procesos electorales se editan obras biográficas, ya sea escritas por el protagonista o por algún autor o periodista cercano. La mayoría de estas obras son un recuento de los logros o aspectos positivos de la candidata o candidato en turno; pocos son los que desvelan el lado oscuro del personaje.

“Antonio Santos, su compañero en el Consejo Estudiantil Universitario (1986-1987), ha preparado una larga lista de las luchas en las que Claudia ha participado y la recuerda en la huelga de hambre que encabezó doña Rosario Ibarra de Piedra a las puertas de la Catedral Metropolitana; en los boteos para apoyar la lucha de la Coalición Obrera, Campesina Estudiantil del Istmo (COCEI) contra el fraude electoral en Juchitán, Oaxaca; en las acciones de apoyo a los huelguistas de la refresquera Pascual; en la solidaridad con la huelga del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM) y luego en el movimiento por el alargamiento del semestre; en el Paro Cívico Nacional de 1983 y muchas batallas más”, escribió el periodista Arturo Cano en su libro Claudia Sheinbaum: Presidenta (Editorial Grijalbo, 2023).

En tanto, de Xóchitl se ha enaltecido la imagen subversiva, basada principalmente en su lenguaje altisonante: Soy cabrona y media… (Was Editorial, 2023) es el título de la biografía escrita por Raciel Trejo, en la cual, describe la editorial, “encontrarás una historia de una mujer con una visión moderna, madura y forjada en las lides del poder, una candidata ganadora. Una mujer a todas luces disruptiva, con un actuar audaz, pragmático e irreverente, y con una dosis de liderazgo, que la han llevado a generar una visión muy clara de sus metas”.

La mejor forma de evaluar el proceder de ambas es siguiendo puntualmente sus acciones cotidianas. Para ello vale la pena echar un vistazo tanto al equipo de trabajo que han designado, como a las acciones que realizarán apegadas al calendario establecido por el Instituto Nacional Electoral (INE).

LOS EQUIPOS, VIEJOS ACTORES

Entre las operaciones destacadas de las precandidatas está el nombramiento de los equipos de trabajo, designaciones variopintas que pueden revelar la tendencia que habrá en la estrategia electoral.

Sheinbaum seleccionó primero a sus contendientes en la elección interna: a Adán Augusto López como coordinador político y a Ricardo Monreal de enlace territorial; en tanto Gerardo Fernández Noroña es el coordinador con organizaciones sociales y civiles. Mario Delgado, presidente nacional de Morena, dirigirá la campaña.

Tatiana Clouthier es la responsable de los portavoces y el diplomático Jesús Valdés Peña el coordinador de enlace con organizaciones internacionales y mexicanos en el exterior. Citlalli Hernández, además de ser la secretaria general del partido, fungirá como cabeza de las alianzas para coaliciones y la periodista Renata Turrent estará a cargo del enlace con los sectores académicos. Se suma a la lista la cantante Regina Orozco en la cartera de vinculación con la comunidad cultural.

Otros nombres sobresalientes son Juan Ramón de la Fuente, exrector de la UNAM; Arturo Zaldívar, exministro de la Suprema Corte cuestionado por la forma en que se retiró de este cargo; Javier Corral, exgobernador de Chihuahua descalificado por su sucesora del propio partido, el PAN; Omar García Harfuch, personaje que han vinculado con el policía García Luna, procesado judicialmente en Estados Unidos por narcotráfico; Lorenzo Meyer, historiador reconocido; Olga Sánchez Cordero, quien fuera la primera mujer en ocupar la Secretaría de Gobernación, y Rosaura Ruiz Gutiérrez, exsecretaria de Educación en el gobierno capitalino, entre otros.

Por su parte, Xóchitl Gálvez incluyó a sus hijos en el equipo de campaña para que le administraran las redes sociodigitales. Destacan además los nombres de Santiago Creel, exsecretario de Gobernación que abrió las puertas a los casinos en México; Josefina Vázquez Mota, quien además de ser excandidata a la presidencia nacional, dirigió una asociación que recibió más de mil millones de pesos para atención de niños migrantes, sin que se rindieran cuentas del destino de los recursos.

Maximiliano Cortázar se sumó recientemente para producir los mensajes de campaña; a él se le atribuye la guerra sucia orquestada en el proceso donde Felipe Calderón resultó electo; además de las recientes imágenes que aparecieron en la portada de la revista Siempre y durante una conferencia de Gálvez: la primera mostraba la silueta de Sheinbaum coronada con una banda repleta de esvásticas, la segunda fue la referencia que hizo Xóchitl de su oponente al exponer un gusano.

Otros personajes que le acompañarán son el matrimonio formado por Carolina Viggiano Austria y Rubén Moreira Valdés en la coordinación ejecutiva y la territorial, respectivamente, Armando Tejeda Cid como coordinador operativo, Ángel Ávila Romero como responsable de las alianzas, Consuelo Sáizar en el área cultural y Kenia López Rabadán como jefa de oficina.

Margarita Martínez Fisher promoverá el voto y Rolando Zapata lo defenderá. Jesús Ortega, del PRD, encabeza el comité de prospectiva, la panista Margarita Zavala Gómez del Campo el de sociedad civil, el priísta Enrique de la Madrid Cordero el de gobierno y Fernando Rodríguez Doval el de contenido. Ildefonso Guajardo estará a cargo de la cartera de relaciones exteriores, Blanca Alcalá de asuntos migratorios y Alexandra Rojo de la Vega de activismo social.

Foto: El Universal
Foto: El Universal

FECHAS CRUCIALES

Los nombres dados a las decisiones que están tomando los bloques partidistas, son una forma de darle vuelta a las prohibiciones legales respecto a las fechas de inicio de las campañas electorales. “Representante de los comités, diálogos por y para la transformación, mesas temáticas, responsable de la construcción…”, etcétera, son apelativos que rehúyen las asignaciones reales de los actores y sus acciones: candidato y campaña política.

Pese a ello, se marcaron tiempos oficiales para el proceso. En enero se deberán conocer las plataformas electorales de los partidos y al mes siguiente, en la segunda quincena de febrero, deberán registrarse las candidaturas definitivas.

Aunque los partidos comenzaron temprano a promover a sus cuadros políticos mediante anuncios espectaculares, pinta de bardas, presencia en foros masivos y entrevistas mediáticas, evadiendo en algunos casos el apartado de actos adelantados de campaña de la ley electoral, el periodo oficial de campaña será del uno de marzo al 29 de mayo de 2024. Después vendrá el “silencio electoral” conocido como veda, cuya duración será del 30 de mayo al primero de junio.

Entre los ejercicios practicados por el Instituto Nacional Eelectoral (INE) para generar mayor inclusión está el voto anticipado dirigido a quienes les sea difícil acudir a una urna el día de la jornada, el cual ocurrirá entre el 6 y el 17 de mayo. Las personas en prisión preventiva podrán emitir su sufragio del 13 al 20 de mayo; y el voto electrónico por internet que se ofrece a los ciudadanos en el extranjero, será del 18 de mayo al 2 de junio. Justo ese domingo se llevará a cabo la jornada electoral.

La lista nominal para la elección de 2024, es decir, aquellos ciudadanos que cuentan con credencial de elector vigente y que podrán emitir su sufragio, es de 97 millones 586 mil 691 personas, lo que representa casi el 76 por ciento de la población total de México (129 millones de habitantes para comienzos del 2023, segín el Instituto Nacional de Estadística y Geografía). En cuanto al género, el 50.6 por ciento son mujeres, el 46.9 por ciento hombres y el 6.1 se declaró como no binarios.

La edad que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) determina para considerar a una persona como joven, es de 15 a 24 años, por lo que 15 millones 177 mil 317 electores están en este rango, representando el 15.55 por ciento de la lista nominal.

En cuanto a los votantes en el margen de edad del actual presidente de la república y de las dos candidatas, que es entre 60 y 70 años, existen 18 millones 199 mil 096 ciudadanos que representan el 18.64 por ciento, casi tres puntos porcentuales más que los jóvenes.

Ahora bien, ¿los mexicanos en el extranjero harían la diferencia en las votaciones? Son 610 mil 307, es decir, menos del uno por ciento (0.62 por ciento), de los cuales la mayoría son hombres.

Se ha expresado constantemente que esta será una jornada electoral histórica por la magnitud de cargos en juego, y es que son más de 19 mil los que se disputarán. En los 32 estados habrá elecciones concurrentes, se votará por presidente de la república y por 128 senadores, de los cuales 64 se elegirán por el principio de mayoría relativa, 32 por el de representación proporcional y otros 32 de primera minoría.

También se renovará la cámara baja, compuesta por 500 diputados federales: 300 serán elegidos por el principio de mayoría relativa y 200 por representación proporcional. Asimismo, nueve estados renovarán la gubernatura.

En Coahuila se votará por 38 presidencias municipales, 76 sindicaturas y 402 regidurías. En Durango por 25 diputaciones locales. Ambas entidades son las únicas gobernadas por alianzas encabezadas por el PRI.

Coahuila destaca porque aquí el PRI cumplirá un siglo de gobierno de forma ininterrumpida; aunque los dos últimos sexenios han sido en coalición (ésta última con el PAN y el PRD), no ha dejado el poder. En el caso de Durango, el partido tricolor ha gobernado por 90 años, con alternancias breves del Partido Institucional Durangueño en los años treinta y del Acción Nacional en 2016, aunque el representante fue un priísta de cepa: José Rosas Aispuro Torres. En ninguno de los dos estados ha existido una mujer que conduzca el poder ejecutivo estatal.

En el caso de la elección para jefe de gobierno de la Ciudad de México, no está definido todavía por quién se inclinará el electorado, pues al momento las encuestan dan un empate técnico. En cuanto a las gubernaturas, la tendencia favorece a la alianza encabezada por Morena, ya que podría ganar siete de las ocho, y solo una quedaría en manos de la alianza del PAN.

CRIMEN ORGANIZADO, EL OTRO PROTAGONISTA

El panorama es más complejo para el senado, la cámara de diputados y alcaldías. En lo que respecta a las presidencias municipales, ronda una variante sumamente influyente y peligrosa: la presencia del crimen organizado.

Luis Carlos Ugalde, expresidente del Instituto Federal Electoral (IFE) y director de la empresa de análisis político Integralia, califica estas elecciones como de “alto riesgo” por la injerencia del crimen organizado. Los ataques a candidatos y personajes políticos continuarán “en las entidades donde dos o más grupos delictivos se disputan el control territorial”, mencionó el analista en septiembre pasado.

Otra casa analista, Lantia Intelligence, hizo el recuento de la violencia durante el proceso electoral de 2022: “Se registraron 322 eventos violentos que derivaron en 389 víctimas”, publicó la revista Expansión a principios de diciembre.

Por esta razón tanto el organismo electoral como el gobierno federal instalaron la Mesa de Seguridad Interinstitucional para el Proceso Electoral Federal 2023-2024, que vigilará los comicios.

Pero la realidad se empecina en llevar la contra. Guanajuato, Zacatecas, Chiapas, Guerrero, Morelos, Michoacán, Jalisco, Tamaulipas y Sinaloa padecen la violencia sin freno. Las masacres registradas evidencian la debilidad del estado, o la complicidad de algunos sectores de los tres niveles de gobierno, para frenar a los delincuentes. El riesgo está presente, coinciden diversos analistas políticos.

Aun así el proceso electoral sigue. Hay quienes aseguran que no habrá sorpresas, acaso para desalentar la participación ciudadana; sin embargo, lo más intenso está por venir.

En algunos foros se ha preguntado si México está preparado para ser gobernado por una mujer. La encuestadora Poligrama reveló que el 81 por ciento de sus encuestados consideró que sí, aunque lo más relevante es que son las mujeres quienes han dicho, con sus acciones, que sí están preparadas para gobernar.

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Escrito en: Xóchitl Gálvez México Elecciones 2024 Claudia Sheinbaum

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