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Reportaje

28J: La crisis en Venezuela, clamor por dar fin al régimen chavista

Las elecciones del 28 de julio podrían convertirse en un punto de inflexión en contra del presidente venezolano Nicolás Maduro.

Miles de venezolanos protestan en todo el mundo contra los resultados de las elecciones presidenciales. EFE Henry Chirinos

Miles de venezolanos protestan en todo el mundo contra los resultados de las elecciones presidenciales. EFE Henry Chirinos

CARLOS GONZÁLEZ

La Revolución Bolivariana enfrenta una de sus peores crisis políticas, económicas y sociales, tras las cuestionadas elecciones que celebró el régimen del presidente Nicolás Maduro en Venezuela el pasado 28 de julio.

El chavismo —actualmente madurismo— se encuentra aislado tanto dentro como fuera de las fronteras del país sudamericano con los estallidos sociales que se han vivido desde Caracas, Maracaibo o Ciudad Bolívar, hasta Madrid, Berlín o la propia Ciudad de México, en respuesta a los controvertidos resultados que dan por victorioso a Nicolás Maduro.

El presidente venezolano fue reelecto para un tercer mandato de seis años, de acuerdo con información polarizada del Consejo Nacional Electoral, cuyas autoridades, fuertemente vinculadas al régimen chavista, no han dado a conocer las actas de los comicios.

La oposición, liderada por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, candidato a la presidencia por la Plataforma Unitaria Venezolana, ha denunciado fraude e hizo públicas a través de internet el 80 por ciento de las actas en su poder, las cuales les daban la victoria en las urnas.

El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, controlado por el chavismo, confirmó la victoria que Maduro obtuvo el 28J. Caryslia Rodríguez, quien lideró el peritaje, dijo que basó su decisión en un informe realizado por expertos nacionales e internacionales “altamente calificados”, cuyas identidades y proceso de validación se desconocen.

Los resultados electorales han sido duramente cuestionados por gobiernos de América, Europa, África y Asia, donde los principales líderes de cada región han solicitado a Maduro transparentar el proceso.

Como respuesta, el presidente anunció acciones en detrimento de la diplomacia latinoamericana, pro- vocando la ruptura de relaciones con siete países de la región. Esta ha sido considerada la peor crisis en política exterior para América Latina.

Argentina, Chile, Perú, Uruguay, Costa Rica, Panamá y República Dominicana vieron finalizados sus vínculos con Venezuela cuando el mandatario tomó unilateralmente la decisión de retirar a sus embajado- res de las siete capitales de dichos países y ordenara la salida de sus homólogos de Caracas.

Venezuela, además, atraviesa una crisis migratoria sin precedentes. El país, de poco más de 29 millones 400 mil habitantes según el último censo, ha visto exiliarse a más de ocho millones de personas a diferentes naciones, siendo Brasil, Colombia, México, España, Argentina, Chile y Estados Unidos los principales destinos.

En opinión de Jorge Álvarez Fuentes, embajador de México en Egipto, Líbano y Nueva Zelanda, la situación que atraviesa el país sudamericano es extremadamente grave “porque estamos hablando de un proceso en donde la llamada Revolución Bolivariana está llegando 25 años después a un punto de quiebre”.

Puntualizó que “el chavismo está en una verdadera encrucijada porque el intento del presidente Nicolás Maduro para reelegirse por una tercera ocasión enfrentó a una oposición unida”. Dichas acciones sin precedentes por parte de la oposición nacen en una Venezuela donde “hay evidentemente un hartazgo en todos los sectores de la sociedad. El mejor reflejo es la crisis migratoria”.

Asimismo, señaló que ante las negativas del régimen de Maduro para negociar abiertamente, la presión internacional fue clave como apoyo para la masiva participación de los venezolanos en la urnas el 28 de julio y “ahí el importante papel de Brasil, Colombia y de México para ir cuidadosamente en el sentido de que se tiene que transparentar, se tiene que limpiar la elección”.

Por su parte, Lorenzo Meyer, profesor emérito del Colegio de México e historiador, recalcó que parte del conflicto deriva de que la sociedad venezolana no es homogénea. “Es una historia, políticamente hablando, realmente muy compleja y muy inestable… la estabilidad no es la característica de Venezuela”.

Aunado a ello, Meyer detalló que el interés que puedan mostrar algunos países de la región en la estabilidad política de Venezuela, está enteramente ligado a Estados Unidos. 

A mediados del siglo XX, la Unión Americana daba abierto apoyo y simpatía a la Venezuela de Rómulo Betancourt (1959–1964) por ser “un presidente encabezando un partido político democrático y que garantizaba la estabilidad”.

El equilibrio democrático se mantuvo hasta el mandato de Rafael Caldera, de 1994 a 1999, año en que Hugo Chávez asumió el poder en Caracas. Cabe recordar que este tuvo un intento fallido de golpe de estado en 1992, acción que lo llevó a ser encarcelado; sin embargo, fue el propio Caldera quien, tras asumir la presidencia venezolana, le indultó. Posteriormente Chávez se volvió líder opositor en el Movimiento Quinta República y ganó las elecciones generales de 1998 con el 56 por ciento de los votos.

Hugo Chávez fue derrocado en dos días por Pedro Carmona con el apoyo de las Fuerzas Armadas bolivarianas en 2002, y posteriormente el chavista Diosdado Cabello asumió el poder. En 2006, Chávez fue reelegido, al igual que en 2012; sin embargo, falleció al poco tiempo de asumir el poder en su tercer período presidencial. Nicolás Maduro gobierna Venezuela desde 2013, tras el fallecimiento de su antecesor.

En Medellín, Colombia, personas sostienen banderas durante una manifestación en apoyo a los venezolanos tras las elecciones. Imagen: Luis Eduardo Noriega
En Medellín, Colombia, personas sostienen banderas durante una manifestación en apoyo a los venezolanos tras las elecciones. Imagen: Luis Eduardo Noriega

LLAMADOS A LA MEDIACIÓN

Los líderes de la oposición en Venezuela sostienen que Nicolás Maduro se encuentra debilitado y, ante ello, María Corina Machado ha asegurado que Edmundo González asumirá el poder en enero, fecha en que se renovará la Presidencia de dicho país.

La presión contra el régimen madurista incrementó cuando Machado exhortó a connacionales expatria- dos y ciudadanos de al menos 100 urbes alrededor del mundo a manifestarse contra Maduro el 17 de agosto.

Las acciones de la oposición generaron reacciones por parte de los líderes del chavismo, entre los que destacaron el propio Maduro y el diputado y militar Diosdado Cabello, quienes han acusado a sus rivales de “prófugos de la justicia”.

Hoy por hoy, Machado y González —de acuerdo con declaraciones de ellos mismos— se encuentran resguardados en ubicaciones no confirmadas ante el temor de ser detenidos y convertidos en presos políticos, por lo que la interacción que tienen con la prensa internacional y simpatizantes se da a través de diferentes redes sociales.

Los llamados a protestar de los líderes opositores, en los que han sido convocados los millones de venezolanos que viven en diferentes partes del mundo, han tenido una respuesta esperada, según ha declarado Corina Machado en diversos comunicados publicados a través de sus redes sociales.

Efrén Soto, un chef internacional originario de Venezuela, quien vive en Torreón, Coahuila, desde hace más de 20 años, dijo que el sentir tras las elecciones venezolanas y los resultados que ha presentado el Consejo Nacional Electoral es de una inconformidad muy grande, pero la gente ha perdido el miedo y ha comenzado a salir a la calle para expresar su rechazo hacia la presunta victoria de Maduro, que considera un fraude. Esto pese a que en su país natal se vive en represión, se enfrentan dificultades para comprar medicamentos y para recibir seguridad social.

“La gente ya no tiene miedo y ya salió a la calle, el pueblo ya no tiene miedo de la dictadura”, expresó, mencionando que de momento se han abierto todas las posibilidades porque hay violencia, gente desaparecida, asesinatos y otros hechos que no han salido por completo a la luz pública.

Actualmente, Brasil, Colombia y México han tratado de mediar ante la crisis que prevalece en Venezuela. Las protestas masivas que se han desarrollado en las principales ciudades de la nación sudamericana han finalizado con la vida de al menos 25 personas, según datos oficiales del gobierno de Maduro, así como más de 400 acusados y procesados de los al menos mil 500 detenidos.

Jorge Álvarez considera que el comunicado conjunto emitido por las tres naciones tuvo que darse con un elemento de oportunidad “particular- mente comedido y cuidadoso, porque no quieres anular las posibilidades de una mediación”.

En esa misma línea, “también hay sectores en el propio espectro del chavismo que quieren una salida, que no sea blanco y negro, que no sea unos ganan y los otros pierden; tiene que haber una suerte de avance para sacar al país de la profunda barranca en la que se encuentra”.

Dicho espectro chavista busca “una salida negociada que permita, entre otros elementos, recon- ciliación, construcción de espacios de paz, diálogo y desarrollo”, pero recordó que eso es muy complejo en América Latina, como el caso de Gustavo Petro, presidente de Colombia, y sus continuas búsquedas de negociación con las facciones disidentes de las FARC, ELN y el Clan del Golfo.

El diplomático de carrera asegura que “lo que se juega en Venezuela también se juega en gran medi- da para un momento muy difícil de Cuba”, además de Perú, que anuncia la posibilidad de elecciones anticipadas, así como en Nicaragua.

“Estamos en un escenario en donde este elefante (por hablar metafóricamente) que es Venezuela, si cae, va a tener repercusiones e impactos en toda la región”.

Por su parte, Lorenzo Meyer recordó que la irrupción de Hugo Chávez en el poder marcó un antes y un después, pues considera que en el país sudamericano, al tener una división de clases marcada, afloró el peso de la población de clase baja. Por tal motivo, se cuestiona ante cuál sector venezolano cumplió las expectativas el comunicado conjunto de los tres países.

En el caso particular de Brasil, el actual presidente Luiz Inacio Lula da Silva es considerado un aliado histórico del chavismo, sin embargo, sus actuales posicionamientos públicos los ha llevado a cabo con discre- ción ante la volatilidad que enfrenta su país vecino.

Lula da Silva, en opinión de Álvarez Fuentes, ya no tiene ese vínculo con el régimen de Nicolás Maduro: “ya no reconoce al chavismo en el madurismo, no tiene esa cercanía, esa afinidad con un régimen que ha literalmente quemado todas sus naves y cuya legitimidad es hoy inexistente”.

Sostiene, en ese sentido, que el presidente del gigante sudamericano “asume ahora un peso específico para tratar de encontrar una salida, porque ya la propuesta está agotada hacia Maduro, asumiendo su condición de dictador porque no hay otra manera de ubicarlo”.

El 15 de agosto, los presidentes Lula da Silva y Gustavo Petro emitieron comunicados independientes con los cuales pretenden dar un paso más en la mediación de la crisis venezolana. Sin el posicionamiento de México, quien en un inicio ha- bía sumado esfuerzos con ambas naciones, los gobiernos de Brasil y Colombia llamaron a acciones drásticas para avanzar hacia una salida política.

El mandatario brasileño sugirió que Nicolás Maduro podría convocar nuevas elecciones con observadores internacionales como una posible solución a la crisis; asimismo, dijo que un “gobierno de coalición” podría ser otra de las posi- bles opciones pacíficas para zanjar la crisis.

Da Silva sostuvo en una entrevista radial que aún no reconoce a Maduro como ganador de los comicios y que su gobierno debe publicar las actas de las elecciones. “Le deben a Brasil y al mundo una explicación”, dijo.

El principal asesor de política exterior de Lula, Celso Amorim, en declaraciones a la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, dijo que Brasil no había propuesto formalmente una nueva elección en Venezuela. “Vamos a encontrar una solución que sea democrática, electoral y pacífica”, dijo.

Por su parte, el gobierno de Colombia divulgó a través de la red social X, antes Twitter, un plan detallado basado “en la experiencia del Frente Nacional colombiano”.

Según Gustavo Petro, dicho plan cuenta con algunos puntos críticos, los cuales serían el “levantamiento de todas las sanciones contra Venezuela; amnistía general nacional e internacional; garantías totales a la acción política; gobierno de cohabitación transitorio; nuevas elecciones libres”.

El posicionamiento de ambos líderes nació tras una conversación realizada el 14 de agosto, cuyos detalles no fueron dados a conocer.

En Washington, D.C., el presidente Joe Biden había apoyado en un principio la repetición de comicios en Venezuela, no obstante, la Casa Blanca aclaró que el mandatario de Estados Unidos había malinterpretado la pregunta.

La posición de Estados Unidos es la expresada, poco antes, por el portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, John Kirby, que rechazó que Washington esté dispuesto a ofrecer incentivos a Maduro para que abandone el poder. “Edmundo González es el ganador de las elecciones”, reiteraba Kirby, instando de nuevo al régimen venezolano a hacer públicas las actas electorales.

Ni Naciones Unidas ni el Centro Carter de Estados Unidos, que tuvieron pequeñas observa- ciones sobre el terreno electoral venezolano, reconocen los resultados del 28 de julio.

A través de una conferencia de prensa ante me- dios chilenos y argentinos, María Corina Machado reprobó los llamados a unas nuevas elecciones en Venezuela y consideró lo planteado por los gobiernos de Brasil y Colombia como una falta de respeto: “las elecciones tuvieron lugar y la sociedad venezolana se expresó en condiciones muy adversas donde hubo fraude y aun así logramos ganar”.

Asimismo, en un mensaje dirigido a Gustavo Petro, Machado habló sobre el camino diplomático que debería seguir su gobierno en relación con la crisis política que se vive en el país vecino, tras los comicios del 28 de julio de 2024.

“Si hay un país en el mundo al que afecta el des- enlace de este conflicto es a Colombia”, dijo. “Está clarísimo que, si Maduro se aferra a la fuerza, lo que podemos estar viendo en días o semanas es

la ola migratoria más grande que ha habido hasta ahora”, agregó la política de 56 años, que fue diputada de la Asamblea Nacional.

Con ello, dejó en claro que será vital que se respeten los resultados en los que González resultó ganador, según sus cifras, con siete millones 303 mil 480 votos (83.5 por ciento de los sufragios), frente a los tres millones 316 mil 142 del jefe del régimen. Instó a descartar de tajo que exista una cohabitación del poder o un nuevo proceso que lleve a los venezolanos a las urnas, como se ha propuesto por parte de líderes y organizaciones internacionales.

EFE
EFE

POSIBLE OLA DE MIGRANTES

Naciones latinoamericanas han acogido a la mayoría de los ocho millones de venezolanos que se estima han abandonado su tierra natal desde 2014, según datos de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Colombia encabeza la lista de países receptores, seguido de Perú, Chile, Brasil y Ecuador.

De acuerdo a analistas políticos y grupos venezolanos de la diáspora, podría avecinarse un nuevo éxodo de venezolanos dependiendo de la evolución que tenga la crisis política del país, donde tanto Ni- colás Maduro como Edmundo González sostienen su victoria del 28 de julio entre denuncias de fraude y cuestionamientos internacionales.

Según Ronal Rodríguez, vocero e investigador del Observatorio de Migración de la Universidad del Rosario en Colombia, regionalmente no se cuentan con los recursos para atender dicho fenó- meno, el cual se estima agudizará.

Ante el éxodo, cada país del continente ha adopta- do una política migratoria distinta. Perú exige pasa- porte y visa a los venezolanos que buscan ingresar a su territorio; Colombia emite documentos de identidad excepcional que les permiten estudiar, trabajar y acceder a sus sistemas de salud durante un período de 10 años, mientras que Chile endureció sus requisitos para la entrada de extranjeros. En el caso de México, también se comenzó a solicitar visa a los venezolanos.

En Colombia, donde suelen iniciar su travesía los migrantes, han sido los mandatarios locales de los departamentos (estados) fronterizos quienes han intentado coordinar una posible respuesta al aumento del flujo migratorio, por lo que mantienen una mesa activa con diferentes organismos.

Colombia ha otorgado documentos de identidad a más del 71 por ciento de los migrantes venezolanos. Sin embargo, aquellos que eventualmente salgan de Venezuela no podrían acceder automáticamente a ese permiso. Rodríguez explicó que para ello, el gobierno de Gustavo Petro tendría que extender su implementación, porque solo fue aplicable a quienes ingresaron antes de enero de 2021 sin documentación y hasta noviembre de 2023 con pasaporte sellado a su ingreso.

El académico advirtió que la situación sería más compleja para defensores de derechos humanos, periodistas o políticos que quieran buscar refugio en Colombia, por ser un proceso que puede tardar varios años y que no se ha actualizado a la dinámica migratoria actual.

En el corto plazo, agregó Rodríguez, se podría dar en Venezuela un éxodo de adultos mayores: padres

o abuelos de migrantes que ya están instalados en Colombia, Chile, Perú o Ecuador. “Varias personas ya están trayendo a sus adultos mayores, sobre todo para pasar los próximos meses hasta la posesión presiden- cial, inicialmente. Pero si la situación no mejora puede llegar a convertirse en un flujo permanente”, comentó.

En los últimos años ha aumentado el número de venezolanos que buscan llegar a Estados Unidos atravesando la selva del Darién, que une a Colombia y Panamá.

“Es una alerta humanitaria... con todo el drama que esto implica de exposición a riesgos e inseguridad personal, alimentaria, a la dignidad comprometida y a toda la vulneración que implica un tránsito hacia el Darién y también hacerse una vida en países receptores”, señaló la senadora colombiana del Partido Verde, Angélica Lozano.

Los países receptores se encuentran en una encrucijada entre encontrar soluciones humanitarias que atiendan a las familias venezolanas obligadas a abandonar su país y, por otro, a las de sus propios ciudadanos.

La convivencia no siempre ha sido pacífica y se han dado brotes de rechazo a los migrantes que buscan una oportunidad, ya sea de estadía en los territorios de Latinoamérica o en su peregrinar hacia Estados Unidos.

Según ACNUR, la mitad de los refugiados y migrantes de América Latina y el Caribe no pueden costear tres comidas al día ni tienen acceso a una vivienda digna y segura, por lo que muchos de ellos han tenido que recurrir a la mendicidad o el endeudamiento.

En el caso de México, el diplomático Álvarez Fuentes sentenció que “basta voltear un poco para encontrarte a un o a una venezolana buscando una oportunidad”.

“No tenemos que ir y pensar muy lejos, están entre nosotros y a ese pueblo hermano venezolano no solo hay que extenderle la mano, hay que hacer todo cuanto sea posible para que no se vaya al basurero de la historia”.

Pese a la crisis que aqueja al país sudamericano, el presidente Andrés Manuel López Obrador opinó el14 de agosto que los asuntos venezolanos deberían ser resueltos por los mismos ciudadanos de dicho país.

“Este es un asunto que corresponde a los venezolanos y lo que deseamos es que haya una solución pací- fica a las controversias, lo que ha sido nuestra política exterior siempre”, comentó el mandatario mexicano.

Con dichas declaraciones, el titular del Ejecutivo federal enterró su compromiso con la sociedad venezolana, quedando de manifiesto su protección a Nicolás Maduro.

Ante el agotamiento de prontas soluciones pacíficas y la presión internacional, el régimen madurista podría incrementar la represión ante los grupos opositores, a quienes ha calificado de traidores a la patria, lo que podría derivar en uso de las armas, según palabras del líder opositor en el exilio, Leopoldo López.

Sin embargo, también sostiene que Maduro sólo podría imponerse “por un arrebato de la fuerza de voluntad… la voz de los venezolanos se hará sentir con fuerza”.

Ante las constantes negativas de respeto a los procesos democráticos y el incierto desenlace de Venezuela tras las elecciones del 28 de julio, la crisis migratoria sólo agudizará y provocará estados de emergencia en diversos países de la región, no obstante, la presión internacional representa para los venezolanos, tanto en el exilio como dentro del país sudamericano, un faro de esperanza que buscan que prospere y devuelva a su patria una pronta estabilidad y respeto a los derechos democráticos.v

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