3 signos de que la leche en tu refrigerador ya no es segura de beber
Consumir leche en mal estado puede provocar diversos problemas de salud, por lo que es fundamental identificar las señales que indican que ya no es apta para el consumo, aquí te contamos tres señales de alerta.
¿Cómo saber si la leche ya no sirve?
La leche es un alimento básico en muchas dietas, pero puede descomponerse más rápido de lo que pensamos, especialmente si no se almacena correctamente. Las primeras señales para darte cuenta de que ya no es apta para consumo son:
Olor desagradable
Uno de los indicadores más evidentes de que la leche se ha echado a perder es un olor ácido o agrio. Este olor se produce por la fermentación de las bacterias presentes en la leche, que descomponen la lactosa y generan compuestos volátiles. Si al abrir el envase percibes un olor diferente al característico de la leche fresca, lo mejor es desecharla.
Cambio de textura
La leche en buen estado tiene una textura homogénea y ligeramente viscosa. Si notas grumos, separación de líquidos o una textura acuosa, es una señal clara de que la leche se ha deteriorado. Estos cambios se producen por la coagulación de las proteínas de la leche debido a la acción de las bacterias.
Cambio de sabor
Además del olor, el sabor también puede ser un buen indicador de la calidad de la leche. Si la leche tiene un sabor agrio, amargo o metálico, es probable que ya no sea segura para el consumo.
Tips para almacenar correctamente la leche
Sigue estas recomendaciones para guardar correctamente la leche y evitar acelerar su descomposición.
- Mantenla en refrigeración en una temperatura de entre 2° C y 5° C,
- Asegúrate de cerrar bien el envase para evitar que entre aire en el recipiente que favorezca el crecimiento de bacterias,
- No mezcles restos de un envase abierto con leche fresca, ya que puedes acelerar su deterioro, y
- Verifica la fecha de caducidad para que no exceda el plazo indicado de su consumo.
Recuerda que si detectas que tu leche está en mal estado es importante no consumirla, ni siquiera en pequeñas cantidades, ya que puede causar malestar estomacal, vómitos y diarrea.
Mejor deséchala adecuadamente, no la tires por el fregadero para evitar que obstruya la tubería; envuelve el envase en una bolsa de plástico y llévalo al contenedor de residuos orgánicos.