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La actividad física es un elemento que está presente en todas las etapas de la vida, pero es en la infancia donde se aprenden los hábitos que la persona pondrá en práctica toda su existencia, y estos a su vez serán un factor determinante en su salud, así como su estilo y calidad de vida. Las actividades físicas, además del juego, pueden involucrar deporte, que si bien es algo conocido por muchos, no es por todos realizado. Su práctica puede ser formal o informal, es decir, con los niños asistiendo a una escuela donde aprendan las técnicas para llevarlo a cabo, o a manera de juegos entre sus vecinos o personas cercanas a ellos.
El deporte ayuda en el mejoramiento de las aptitudes físicas y mentales, además de que promueve la formación de habilidades sociales, a la par que se fomenta una competitividad sana.
En los niños, el ejercicio físico, como parte de la rutina diaria, es elemento importante de la promoción de la salud. Su práctica puede ser de moderada a intensa, según las necesidades o las preferencias de la familia, pero siempre encaminado a un hábito saludable.
Los beneficios de que los más pequeños hagan deportes se pueden clasificar en físicos, cognitivos, sociales y emocionales.
BIENESTAR FÍSICO
- Existe estimulación en los tejidos óseos y musculares, lo que favorece su crecimiento.
- Aumenta la capacidad respiratoria y pulmonar.
- En conjunto con una sana alimentación, colabora a mantener el peso y los niveles de glucosa del niño en rangos saludables.
- Fortalece el sistema inmunológico.
BENEFICIOS COGNITIVOS
- Ayuda en el desarrollo de capacidades como la coordinación ojo–mano–pie.
- Mejora la percepción espacial.
- Estimula el equilibrio y la agilidad mental.
- Favorece la comprensión verbal.
- Estimula la memoria, los reflejos y la velocidad de procesamiento.
- Mejora el rendimiento escolar a través de dichas habilidades cognitivas.
DESARROLLO SOCIAL
- Promueve la responsabilidad: al adherirse a la disciplina de un deporte, desarrollará hábitos de responsabilidad consigo mismo y sus compañeros.
- Conecta con el respeto: uno de los fundamentos del deporte es la conducta respetuosa y cordial; el niño comprenderá que existen reglas que deben seguirse para formar parte de un equipo o una disciplina.
- Alienta el aprendizaje para realizar esfuerzos conjuntos: la consecución de logros en equipo favorecerá la participación de los niños en actividades comunes.
- Promueve el compañerismo a través de la empatía y los objetivos.
- Potencia el liderazgo y la comunicación.
BIENESTAR EMOCIONAL
- Aumenta la capacidad de concentración.
- Ayuda a reducir el estrés.
- Disminuye los síntomas de ansiedad.
- Brinda seguridad en las interacciones sociales o familiares.
- Impulsa el pensamiento optimista y positivo.
- Se fortalece la tolerancia a la frustración, pues se experimentan el éxito y la derrota.
- Adicionalmente, la práctica del deporte fomentará en los niños valores como la responsabilidad, la honestidad y la perseverancia.
PROPIOCEPCIÓN
La propiocepción es la capacidad que tiene nuestro cerebro de conocer la posición exacta de todas las partes del cuerpo en cada momento. El sistema propioceptivo procesa las órdenes que llegan desde cada parte del cuerpo y nos permite activar estados de alerta para prevenir un daño físico o responder a un estímulo. Se compone de receptores nerviosos, nervios aferentes —aquellos que transportan los impulsos nerviosos— y el sistema nervioso central (SNC) —conformado por la médula espinal y el cerebro, que se encargan de procesar la información recibida—.
La propiocepción actúa sobre los niveles de alerta del cerebro, regula el equilibrio, coordina los movimientos del cuerpo y nos permite reaccionar de manera inmediata para la prevención de lesiones.
La práctica de un deporte estimula en gran medida la respuesta del sistema propioceptivo; es por eso que podemos observar reflejos más desarrollados en deportistas que en quienes no lo son.Y es que la propiocepción no involucra únicamente movimiento, sino conciencia del cuerpo, sus funciones y limitaciones.
DEPORTE Y EMOCIONES
El deporte está vinculado con las expresiones artísticas y culturales del contenido psíquico de las personas. En los niños, por ejemplo, se da especialmente la intervención lúdica, que es el proceso en que, mediante el juego, logran descifrar sus necesidades, deseos y procesos inconscientes. Todo deporte se empieza a aprender de manera lúdica, de aquí que esté tan directamente relacionado con la naturaleza de juego del niño.
La expresión emocional a través del deporte está asociada al rendimiento. Es una realidad que los resultados pueden mejorar o empeorar dependiendo del estado emocional del infante, por lo que saber gestionar las emociones es un factor crucial para la actividad física y, sobre todo, las competencias. Brindar un espacio donde las emociones sean reconocidas, procesadas y habitadas es un elemento determinante en la práctica de un deporte, cualquiera que este sea.
La regulación emocional permitirá establecer relaciones sanas con los entrenadores y los compañeros, aumentará el rendimiento físico y se convertirá en una herramienta para que el estrés de las situaciones cotidianas sea liberado.
Al final, el deporte y el disfrute de este repercutirá en el sano desarrollo de nuestras infancias. Comprender la utilidad y la necesidad de que los menores lo practiquen resultará en una mejora en la calidad de vida de las siguientes generaciones y otorgará a los pequeños una gran dosis de seguridad y bienestar emocional.