Con actividades comunitarias, el Centro Cultural y Deportivo la Jabonera ha buscado impulsar el bienestar de poblaciones vulnerables en Torreón. Foto: Ramón Sotomayor
Padecimientos como la depresión, la ansiedad y el estrés afectan a millones de personas en México. En Coahuila se ha dado un paso importante ante este problema con la promulgación de la Ley de Salud Mental del estado, que busca garantizar el acceso universal a servicios de salud mental para la población, fomentar la prevención de trastornos mentales y eliminar el estigma asociado a ellos.
Sin embargo, las adicciones son una problemática creciente en la región que agrava significativamente la salud mental, creando un ciclo de dependencia que afecta tanto a los individuos que la sufren como a sus familias.
INTERVENCIONES EN CIUDADES COAHUILENSES
Es importante que los habitantes del estado sepan que se ofrece atención especializada en salud mental a través de los Centros de Salud Mental (CESAME), instituciones públicas que se encuentran en Saltillo y Parras de la Fuente. Estos centros están diseñados para proporcionar tratamiento integral a personas con trastornos mentales graves que requieren hospitalización. Se ofrece evaluación, diagnóstico y tratamiento médico a pacientes con esquizofrenia, trastorno bipolar o depresión severa, por ejemplo.
Saltillo ha desarrollado programas de intervención temprana en escuelas y universidades, donde se brinda orientación psicológica a los estudiantes, previniendo problemas emocionales graves. Además, el Colegio de Psicólogos de Saltillo ha impulsado campañas de concienciación para reducir el estigma de acudir a terapia psicológica.
Torreón, como uno de los polos industriales más importantes de la región, ha sufrido las consecuencias del estrés laboral y social. Los programas desarrollados en 2016 por la Dirección de Prevención Social del Delito demostraron la importancia de un enfoque proactivo en la salud mental. Se realizaron intervenciones en polígonos de alta incidencia delictiva, utilizando actividades culturales, deportivas y comunitarias como herramientas para mejorar el bienestar mental y regenerar el tejido social.
Un ejemplo notable fue la creación del Complejo Cultural y Deportivo La Jabonera, en el poniente de la ciudad, que se convirtió en un espacio para la convivencia comunitaria. Este lugar, junto con la Línea Verde y otros centros comunitarios, brindó actividades recreativas, deportivas y de desarrollo humano. Esto incluyó talleres enfocados en reducir la ansiedad y depresión en jóvenes, promoviendo la integración social y mejorando la calidad de vida.
Monclova, marcada también por su vocación industrial, ha visto una creciente demanda de servicios de salud mental debido a la presión en el sector manufacturero. En respuesta, se han implementado programas específicos para los trabajadores de las plantas, ofreciendo apoyo psicológico y creando ambientes laborales más saludables.
Piedras Negras, una de las fronteras más dinámicas del país, ha trabajado con migrantes y poblaciones en tránsito, creando proyectos de intervención psicológica para aquellos que enfrentan situaciones de estrés postraumático, tanto por la migración como por las condiciones adversas que viven en la región.
DIFERENCIAS ENTRE PATOLOGÍA Y MALESTAR COTIDIANO
El doctor Pablo Laera, psiquiatra y experto en salud mental, reflexiona sobre la importancia de distinguir entre una patología y el malestar que surge como parte de la vida diaria. Las patologías psiquiátricas, como la depresión mayor, los trastornos de ansiedad generalizada o la bipolaridad, requieren un diagnóstico formal y tratamiento especializado, a menudo con medicación y psicoterapia estructurada. Estos trastornos suelen tener un impacto significativo y duradero en la funcionalidad de la persona.
Por otro lado, el malestar de la vida cotidiana incluye emociones y situaciones que todos enfrentamos en algún momento: preocupaciones económicas, problemas de relaciones, agotamiento laboral, entre otros. Aunque estos padecimientos pueden ser intensos y desgastantes, no necesariamente cumplen con los criterios de un trastorno psiquiátrico. Sin embargo, si no se manejan adecuadamente, pueden desencadenar en un problema de salud mental más serio.
SALUD MENTAL EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR
El enfoque preventivo basado en el desarrollo humano aplicado en los estudiantes es una herramienta eficaz para reducir los niveles de ansiedad y depresión entre ellos. A través de una combinación de intervenciones terapéuticas, actividades culturales, talleres de habilidades blandas y experiencias motivacionales, los alumnos logran un notable incremento en su autoestima, su capacidad de manejar el estrés y su motivación para alcanzar sus metas.
En el ámbito educativo, el centro Mente Sana —que funciona de forma independiente— ha trabajado con los estudiantes del Tecnológico de la Laguna para brindarles herramientas que fortalezcan su bienestar mental. En carreras como Ingeniería Eléctrica, Electrónica y de Energías Renovables, los talleres de desarrollo humano han sido claves para ayudar a los jóvenes a entender mejor sus capacidades y áreas de mejora, lo que ha reducido significativamente sus niveles de ansiedad.
El doctor Mario Alonso Puig, experto en el desarrollo del potencial humano, nos enseña que “la mente humana tiene una capacidad asombrosa para regenerarse y fortalecerse cuando se le brindan las herramientas adecuadas”. Esta visión ha sido fundamental en los talleres impartidos en el tecnológico, donde las intervenciones están basadas en la autocomprensión y la resiliencia.
Las reuniones con expertos como la sexóloga Valeria Salazar, la práctica de yoga con Lorena Tort, la charla motivacional de Daniel “Chato” Noriega, las sesiones de respiración consciente con Sol Vivas y las actividades de convivencia y deportivas crearon un entorno propicio para el crecimiento personal y el desarrollo integral de los estudiantes, equipándolos no sólo para enfrentar los desafíos académicos, sino también para tener éxito en sus vidas personales y profesionales.