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El reglamento escolar

Cuando los lineamientos se ponen a prueba

El reglamento escolar

El reglamento escolar

GABRIELA MIÑARRO

Estas líneas tienen la intención de informar y evitar batallas que la mayoría de las veces pueden ser resueltas con procesos muy sencillos, siempre y cuando se detecten a tiempo, sobre todo cuando se cuenta con la información acertada.

El siguiente es un testimonio sobre cómo se vive la educación dentro de un colegio. Trabajar en la educación particular no sólo supone la vocación y la pasión que mantiene la orientación en el trabajo docente y directivo, ya que existen dependencias y protocolos que deben conocerse para atender acertadamente situaciones que se presentan en la convivencia diaria, dentro de la institución.

¿Por qué abordar esto? La principal razón es porque es de suma importancia tener en cuenta que, tanto las escuelas como los colegios, no son autónomos. Es decir, no se mandan solos. Tal vez en este momento estés pensando en el reglamento interno que firmas año con año, el cual es vital, ya que cada institución le da un perfil especial: cumplimiento de uniforme, corte de cabello, calzado, higiene, religión, aseo, puntualidad, etcétera.

Se recomienda ampliamente leer ese reglamento, ya que habla sobre las obligaciones y derechos de alumnos y personal que labora en la institución, de as sanciones por su incumplimiento, etcétera. Estos rasgos permiten conocer y comprender un poco más sobre el perfil del colegio.

PROBLEMÁTICA

En el transcurso de 22 años como docente, he visto el actuar de padres de familia al criticar y decir que no están de acuerdo con el reglamento. Comentan que es mejor fijarse en otras cosas más trascendentes para la educación de su hijo. Se puede entender el punto de los padres de familia a discutir, pero está faltando analizar cada una de las cláusulas y es que, en la gran mayoría de los casos que me ha tocado atender, el padre de familia discute sobre el tema basándose en sus creencias y necesidades, las cuales son muy válidas, pero no por ello el reglamento ya firmado se va a modificar; su objetivo es formativo.

El colegio establece un reglamento y son los padres de familia quienes deben ajustarse a él, al igual que el alumno. En pocas palabras, el docente suele encontrarse con el incumplimiento de lo firmado, incluso con amenazas a instancias mayores. Pésimo ejemplo, ya que los tutores fungen como figura de autoridad.

El tema es interesante, ya que es algo cotidiano para los docentes. Algunos padres que desaprueban algo sobre el colegio, desgraciadamente lo exponen en voz alta delante de los hijos para involucrarlos, por lo tanto, el resultado es enfocado de forma negativa, cuestionando al maestro dentro del aula y minimizando su autoridad, incluso de manera grosera.

¿Puede creerse que este tipo de acciones lleve a un resultado beneficioso para sus hijos y para la sociedad? Parte de la enseñanza de la mayoría de las personas profesionales en el quehacer educativo, consiste en apegarse a los reglamentos y los protocolos que exige la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Al tratar de hacer equidad en la escuela, algunos padres de familia responden con aceptación y agradecimiento, mientras que para otros, la institución está siendo injusta y ventajosa con sus hijos, incluso al grado de pensar que esta practica los favoritismos. Ante tal tensión, cuando la ruptura entre los padres de familia y la institución ocurre, surge un cuestionamiento: al llevarse a sus hijos a otras instituciones, ¿aquellas familias habrán encontrado ese lugar deseado donde las reglas y los lineamientos se ajustan a sus necesidades particulares?

La pregunta parece emerger de lo utópico, al tratar de responder si en verdad existe ese co legio u escuela con ideas romantizadas sobre las reglas escolares. Al menos en mi caso, siendo docente y madre de tres hijas, la respuesta es no. Lo que hemos vivido como padres de familia, mi esposo y yo, es tratar de ajustarnos a las reglas de donde estudian nuestras hijas y procurar cumplirlas. La realidad es así, siempre habrá reglas que no nos gusten, que nos parezcan extemporáneas, exageradas, muy ligeras o demasiado conservadoras, etcétera.

Por tal motivo, se recomienda revisar a detalle el reglamento de una institución antes de inscribir a los hijos y firmar un compromiso. El abanico es amplio, existen muchas opciones educativas con diferentes perfiles y reglamentos, cuyas reglas seguro pueden acercarse a dialogar con los valores familiares.

RECOMENDACIONES

La invitación es que escuelas y colegios establezcan con la familia una relación de confianza, de comunicación y de colaboración, para propiciar un entorno benéfico, crecimiento positivo y enriquecedor para todos.

Se convoca a reflexionar sobre este tema que se vive día a día. Padres de familia y maestros deben estar unidos, velar juntos por el bienestar y el crecimiento de sus hijos, para enseñar a seguir reglas, por muy simples que parezcan.

Mantener un trato amable y cordial es de suma importancia y también constituye un ejemplo ideal, así como comprender los límites de las interacciones y emplear el espacio y el tiempo correcto para ello. El flujo de información y apoyo debe ser mutuo, basado en la confianza, ya que mantener la comunicación es primordial y dará como resultado ganancias positivas para ambas partes, al crear una mejor sociedad y un mejor futuro para los alumnos.

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