Nosotros Eventos Salud Día de las Madres

ENSAYO SOBRE LA CULTURA

A DONDE VA VICENTE

Antes de comenzar, recomiendo ampliamente un libro titulado: "Los ojos de Mona". Autor Thomas Schlesser, en donde se analizan 52 obras maestras de la pintura que existen en los museos franceses. No es tanto la historia de la novela, que es muy secundaria, la relación de un abuelo y su nieta, que al parecer se está quedando ciega, sino el análisis que se hacen de los cuadros y de la lección que dejan. Para aquellos que tienen algún interés en la pintura es recomendable y accesible a todo tipo de personas, más si son adolescentes.

Hablaremos de pintura. Uno de los cuadros del que siempre se hablan es el de la Gioconda, de Leonardo Da Vinci. De los más caros del mundo, no tiene precio, que cuando se visita el Louvre todo mundo quiere estar frente a él. Es el único, creo, que está tremendamente protegido con un cristal antibalas, lo cual le quita visibilidad. Varias veces se lo han robado y ha sido recuperado. Hay mitos en su historia que se han ido construyendo por la tradición oral. El cuadro no se puede apreciar bien si lo ves en la lejanía, que es como casi todo mundo lo ve. Se aprecia mejor en un buen libro de pintura que es la mejor forma de estudiarlo al detalle.

Pregunta: ¿Por qué cuesta un cuadro? Una primera forma de responder sería: Por lo que lo deseas. Las personas a las que les gusta, están dispuestas a pagar por él, determinada cantidad. En una subasta, las personas ofrecen y eso es lo que le va dando valor a las pinturas. Como esto se ha convertido en un buen negocio, se le ha considerado una gran inversión que con el tiempo redituará porque seguramente su valor puede ser muy grande.

Entonces, un cuadro no cuesta por sus características materiales, ni por el tiempo invertido, tal vez importe la creatividad individual; pero lo que más influye es lo que alguien dice que cuesta; puede ser las subastas, la opinión pública, los conocedores o la publicidad. En términos actuales, dijéramos que hay influencer que van normando este tipo de cosas. Nada que ver con el objeto ni con el artista ni con la evolución histórica.

En el Prado, España, hay un cuadro igual; una copia que se hizo en la misma época. Ese cuadro ni está protegido por algún vidrio ni la gente se aglomera ni siquiera está cerca de su valor. Por el hecho de ser una copia, aunque sea magnifica, hace cambiar todo el panorama. El ser original es lo que importa, por lo cuál yo preguntaría, después de tanto robo, el del Louvre ¿es el original?

La gente dice que es el mejor cuadro del mundo. Otros se atreven a compararlo con la joven de la perla de Johannes Verner, y votan por la segunda. Sin embargo, ya existe una opinión que se nos impone y será difícil de criticar.

Insisto: ¿Por qué cuesta un cuadro? Traigo a la memoria a otro pintor: Vincent Van Goh. Su vida fue muy problemática. Según dice la gente, se suicidó; acabo de ver un magnífico documental que afirma que lo mataron. La genialidad de este es que es animación a base de pinturas, no de dibujos.

Al momento de morir, sólo había vendido un cuadro. Su hermano era corredor de arte, y ni así. Lo tenía que mantener. Los dos mueren y pasa el tiempo. Es descubierto y revalorado. Se le conoce como el padre, o uno de ellos, de la pintura moderna. Ahora todo mundo habla del colorido de su obra. Y el precio es altísimo. Bastó que alguien dijera: esto tiene valor para que lo tuviera; pero eso no benefició ni al pintor, ni a Teo su hermano. Más beneficio ha sacado el comerciante en el ramo, el corredor de arte, que lo trafica, a lo que permirta el cliente.

La única reproducción de un cuadro que yo he obtenido es el de la noche estrellada. Lo encuadre, y lo puse sobre la cabecera de mi cama. No me costó gran cosa, menos de quinientos pesos. Ahí está. Vale o no vale. Eso será cuestión de cada quien.

Aquí la reflexión es: ¿Cómo una persona pasa de ser un Don nadie, a un héroe cultural? De repente, alguien descubre su valor, dice, la gente lo cree, y todo el mundo comienza a reproducir el mismo mensaje que en el camino se distorsiona. La persona humana deja de importar: estaba loco, se cortó una oreja al pelarse con Gauguin; otro loco inadaptado, cuyos cuadros cuestan lo suyo.

La gente dice, y a la opinión pública se le impone lo que debe de pensar o lo que debe de comprar. Es el punto básico de la cultura de masas. La música que te venden, los productos, las modas. Muchas veces no tienen valor, pero como si lo tuvieran; otras, van en contra de los intereses sociales, como los narcocorridos y se consumen al por mayor, la gente lo acepta porque todo mundo le dice que lo debe de aceptar. No son solamente los medios tradicionales, ahora son los influencer y demás mensajes que te llegan por el celular del cuál, aunque lo quieras, no te puedes despegar.

Hace como cien años, Ortega y Gasset escribió la rebelión de las masas. Es un libro que sigue siendo actual. Otro recomendable es el hombre y la gente.

Entonces. ¿A dónde va Vicente? A donde le dice el influencer.

Y van a seguir haciendo consultas.

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 2308880

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx