Nosotros Eventos Salud Día de las Madres

LA COLUMNA DEL PERRO

EL PEOR PAPÁ DEL MUNDO

Cuando era niño, mi ilusión era tener un caballo en mi casa, y les decía a mis papás con mucha frecuencia que me lo compraran, a lo cual me respondían mis padres, especialmente mi papá que no me lo iban a comprar que no molestara, ante lo cual yo insistía una y otra vez, al cabo le damos de comer sopa y lo amarramos en el patio, terqueaba yo.

Como mi papá siempre me decía que no, se lo tomaba muy a mal pues al fin niño se me hacía todo fácil.

Ahora que soy un adulto y que veo a mi papá ya mayor, me acuerdo de mi gran coloso de los primeros años, cuando de niño pensaba, caray, qué fuerte es mi papá, si hasta es amigo de muchas personas, maneja la camioneta con una sola mano, aun en la noche o cuando llueve. Y ya después de adolescente joven pensaba de dónde sacará tanta sabiduría ese gran viejo, todo lo sabe qué grande es, a su lado, yo conquistaré el mundo y sus frutos… yo quiero ser como él.

Pero llego la adolescencia vieja, esa en la que de jóvenes todo nos parce mal, ante cualquier orden u observación que me hacías por mi proceder en ese entonces.

Qué poco inteligente es, llegué a pensar, que no entenderá que tengo mis propios problemas, con aquéllos mis primeros amigos y mis primeros amores. Qué exagerado te me hacías, me parecías un carcelero, me preguntaba si acaso no fuiste joven, o si tú no pasaste por los mismos apuros.

Y así me metía siempre yo refunfuñando entre tibias sábanas, en un techo seguro, después de cenar leche y pan, en esas noches de invierno impregnadas con el aroma propio de cada casa, es decir el olor de mi hogar.

Todavía recuerdo aquella noche que entre aplausos y dicha recibí de médico veterinario mi título, antes de salir de ahí, de ese recinto entre brindis y abrazos, como traté sentado frente a ti, de compartirte tantas cosas, que había aprendido para ganarme en la vida, y tú callado sólo decías qué bien, hijo qué bien.

Pero llegaron mis días, del inevitable enfrentamiento con la vida, y caray cómo me hiciste falta, cuando en mis días terribles pensaba en ese gran amigo, en aquel sabio que todo en un momento ponía en claro, y me decía adelante no te rajes. Y ahora viejo mío al verte sin armas, y con perlas de sudor viejo en tu frente, con todos mis años vividos, cómo quisiera tener ese milagroso "don" de con un abrazo, poder detectar lo negativo en la llegada de mis hijos.

Ahora te veo papá sentado y sin mucha actividad y eso me parte el alma.

Bendito seas papá y ojalá como mi héroe y mi sabio de aquellos años mozos, me perdones, porque creo jamás podré llegar a ser sabio y tener la fortaleza que tú has tenido.

Ahora sé que fuiste el mejor padre del mundo, con todos tus muchos defectos que son humanos.

Entiendo ahora de grande por qué no me compraste aquel caballo que siempre soñé tener, y entiendo que las muchas veces que me reprendiste, que me castigaste, y que me diste consejos que en aquel tiempo no entendí, fueron siempre para mi bien, y con el único fin de educarme y tratar de hacer de tu hijo un hombre de bien.

Y ahora para terminar una gota de filosofía:

Honrarás a tu padre y a tu madre.

REIMPRESION POST MORTEM

Leer más de Nosotros

Escrito en: M.V.Z. Francisco Núñez González PEQUEÑAS ESPECIES

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 2303641

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx