La primera de muchas
Nuestro país acaba de presenciar un hecho histórico: Claudia Sheinbaum Pardo es la primera presidenta de México. ¿Qué cambió para que eso fuera posible?
Hay quien dice que “es una moda” o que “el expresidente estaba de buen humor”. Esas ideas ignoran ingenua o deliberadamente la historia.
Érase una vez que filósofos y filósofas fraguaron los extraordinarios conceptos de igualdad y libertad. Con esos cimientos se escribieron lo que hoy llamamos derechos humanos, pero los señores con poder no tuvieron empacho en excluir a todas las mujeres. Y, claro, en ese mismo instante comenzaron las acciones de las mujeres por esos mismos derechos; es decir, por la igualdad.
Muy pronto los esfuerzos se centraron en conseguir derecho a votar y ser electas, y México no fue ajeno a ese proceso. Ante el primer Congreso Constituyente (1824), mujeres zacatecanas demandaron por escrito la ciudadanía.
Más de un siglo de acciones sufragistas se registran en el país, las más destacadas protagonizadas por el Frente Único Pro Derechos de la Mujer (1935-1938), que incluso amenazaron con quemar Palacio Nacional y se pusieron en huelga de hambre.
Y casi alcanzaron el objetivo, pero el presidente Cárdenas nunca publicó la reforma constitucional en el Diario Oficial, y no entró en vigor.
Con la frustración a cuestas, las sufragistas continuaron con diversas acciones hasta que lograron el derecho a voto para elecciones municipales (1947) y, después, el derecho al voto en todos los procesos (1953).
No obstante, en los siguientes 40 años los partidos políticos postulaban mujeres a cuentagotas, y eso no tenía pinta de cambiar.
Así que feministas del grupo De la A a la Z establecieron alianzas con legisladoras para impulsar cambios que les permitieran ocupar al menos el 30 por ciento de las Cámaras.
De 1993 a 2008 se impulsaron cuotas de género que obligaron a los partidos a postular más mujeres; pero estos colocaban obstáculos y trampas varias que impedían alcanzar la anhelada tercera parte.
El fraude a la ley que cometieron las élites partidistas en 2009, que derivó en la solicitud de licencia de 14 legisladoras para dejar la curul a sus suplentes, hombres en todos los casos, fue la gota que derramó el vaso.
Mujeres diversas y plurales nos unimos en la red Mujeres en Plural que, en alianza con redes locales, mujeres en distintos cargos de poder y algunos hombres solidarios, logramos cambiar las reglas del juego de manera fundamental.
Destaco en especial las reformas constitucionales por la paridad (2014) y por la paridad en todo (2019). En particular esta última es la que amparó la exigencia de paridad en la postulación de candidaturas a las gubernaturas y la postulación de mujeres a la presidencia.
La feminista Gloria Steinem dijo: “Nuestra victoria no es una narración personal, sino una carrera de relevos. Cuando la primera de muchas mujeres diversas gane el más alto de los cargos democráticos, subirá los escalones tallados por otras mujeres antes que ella”.
En efecto, Claudia Sheinbaum sube por los escalones que feministas, sufragistas y paritaristas hemos tallado.
Y eso es lo que celebraremos este 17 de octubre, que se conmemora el 71 aniversario del voto de las mujeres en México.