Lengua o lenguaje
Lenguaje es todo medio de comunicación creado por el hombre, decía la Guía para el Maestro de español de sexto grado publicada en 1974 por la Secretaría de Educación Pública. Era un voluminoso y luminoso libro para que los profes se adentraran en las extrañezas y las precisiones de la gramática estructural y las llevaran a los niños para que aprendieran con más racionalidad los temas de la lengua española.
El libro había llegado a mi incipiente y ávida biblioteca porque yo era un ávido e incipiente lector de obras que se adentraran y me adentraran en lo evidente, lo gris y lo oscuro de la palabra. Había coleccionado ya historias de la lengua española, manuales de fonética y fonología, obras sobre arte poético y volúmenes sobre lingüística, incluido el de Saussure —padre de la lingüística contemporánea—.
Sin embargo, no sólo la guía de sexto se integró a la aún escasa colección; se alinearon junto a su color azul todas las publicadas como parte de la reciente reforma educativa, es decir, de primero a sexto. Las guías del maestro llegaron a morar entre algunos volúmenes muy especializados y otros sabios y ligeros sobre nuestra lengua. Las seis me las había procurado durante mi paso como anónimo integrante del equipo de corrección de pruebas en la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuito.
En la sección de nociones de lingüística, siguiendo a Ferdinand de Saussure, las guías decían acerca del concepto de lenguaje que “la lengua no es el único sistema de comunicación: los animales tienen sus modos de transmitirse informaciones y los hombres mismos pueden ‘hablar’ con señas (mímica) o con sistemas más limitados, como las señales luminosas, los semáforos, etcétera”.
En las líneas citadas sólo queda sugerido el concepto de lenguaje; en el párrafo que las sigue se menciona para diferenciarlo del de lengua. Informa el texto: “La diferencia entre la lengua propiamente dicha y esos otros sistemas de comunicación está en que la lengua está compuesta de elementos articulados (el ‘lenguaje’ de los animales es inarticulado por naturaleza)”.
Antes apunté que el concepto de lenguaje aparecía en la Guía del Maestro al seguir a Saussure, conviene aclarar por qué. La Real Academia Española no diferencia entre lenguaje y lengua, los considera sinónimos. Pero desde el Curso de lingüística general de Saussure se ha hecho la distinción.
Con el tiempo se ha considerado que todo es lenguaje, todo comunica: el vestido, el arreglo del cabello, el lugar que se habita, la gente con la que se convive… En fin, como dice Rilke en la primera elegía de Duino: “Todo era mensaje”. Si todo es mensaje, todo es lenguaje. Consecuentemente, la lengua es una de las muchas formas del lenguaje, no el lenguaje.
La lengua nuestra de cada día es un sistema constituido por muchos elementos. La podemos observar como objeto de estudio o como objeto de nuestra curiosidad de simples hablantes. Es muy común que, al escuchar a nuestros interlocutores —o a dialogantes ajenos—, nos llame la atención algún uso del habla. Un término, la manera de estructurar un enunciado, la peculiaridad al pronunciar, la facilidad de usar giros populares, etcétera, nos alertan los tímpanos y la actitud crítica o por lo menos analítica.
Concluyamos precisando que, de acuerdo con el manual de lingüística que hemos venido mencionando, lengua es sinónimo de código, específicamente “el saber lingüístico acumulado en la mente del hablante (y del oyente)”. Dicho con otras palabras, lengua o código es nuestro idioma, el español.
Y de nuevo siguiendo a la guía —y a Saussure—, la manera en que hablamos, el modo en que realizamos aquel conocimiento lingüístico acumulado en nuestra mente, es el habla. Mi lengua es la española; mi habla es cómo yo la uso. No son lo mismo lenguaje y lengua.