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Más extraño que la bondad. Las rosas son rojas, también la violencia

Podría decirse que este libro del compositor, poeta, actor y cantautor Nick Cave, es antes que nada una autobiografía, aunque una mayormente narrada a través de imágenes que revelan el proceso creativo del artista.

Imagen: Bleddyn Butcher

Imagen: Bleddyn Butcher

YEUDIEL INFANTE

Nick Cave tiene un revólver. Mira con atención hacia un costado y parece que analiza algo en la distancia, estático. A sus espaldas, un paisaje de hierba difusa. Nick tiene un revólver y también un traje de vaquero. El sol matutino hace que las prominentes cejas proyecten una peculiar sombra sobre sus ojos. Nick tiene un revólver, un traje de vaquero y tres años de edad. Es 1960 y la foto la tomó su padre, Colin Cave, un profesor de literatura cristiano anglicano que viste de traje y fuma un cigarrillo a blanco y negro, si damos vuelta a la hoja. Su mirada parece perdida en los ojos de la actriz iowana Sue Lyon, quien nos mira discreta desde la siguiente página, tras sus clásicos lentes con forma de corazón. “La más grande novela de rapto en la ficción moderna”, sentencia la portada. Se trata de Lolita, de Vladimir Nabokov, en la edición de 1980, publicada en Estados Unidos por la editorial del pingüino. Tras la novela se oculta, a doble página, una postal navideña del coro infantil de la catedral de Wangaratta, Australia, donde el pequeño Nick Cave cantó algunos de sus primeros falsetes. 

Lejos de ser una disección de la obra del compositor, poeta, actor y cantautor australiano Nick Cave, Más extraño que la bondad (Sexto Piso, 2022) es una disección del propio artista, que se tiende a sí mismo en la morgue para invitarnos a visitar los espacios indescriptibles donde habitan sus canciones. 

Hace más de cuatro décadas que Cave ha narrado el mundo desde estos lugares. Ahora nos abre la puerta para visitarlos sin guía y sin restricciones. Se trata de una colección de plagios de su intimidad en gran formato. Un autorretrato radiográfico en 273 páginas a color, que incluye fotografías, cartas autógrafas, posters, acuarelas, garabatos poéticos, imágenes religiosas, esculturas de arte sacro, ensayos y objetos hechos a mano por el artista, como una bolsa, una cartera o libros. Nick Cave se refiere al espacio de estos objetos como “la superestructura alucinada y compulsiva que da a luz a la canción”, y lo que encontramos en el libro es una gran colección de artículos personales del poeta, cargados de significado y con el buen gusto de únicamente describir de manera breve lo que aparece en las detalladas fotografías. La lectura de Más extraño que la bondad es, en sí misma, una experiencia creativa.

INTERFERENCIAS CREATIVAS 

Una biblia subrayada por el poeta y actor. Es el Evangelio según San Juan. La oxidación de la celulosa y la acidez del papel impreso en los años ochenta le dan a la página un color parecido al beige. Hay una línea de tinta negra bajo la frase “Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros”. En el margen superior del viejo libro, una nota escrita con bolígrafo negro: “¿por qué la Fe es esencial para la vida eterna?”. Es la letra de Cave. 

En la siguiente página aparece el artista completamente rodeado de libros, revistas y cuadernos apilados en desorden. Es 1985, la ciudad es Yorkstraße, en Berlín Oriental. La fotografía es del inglés Bleddyn Butcher. La cara posterior del papel revela otro libro: una encuadernación hecha a mano por Nick en 1987. Las páginas consecutivas son su interior: recortes de poemas, pinturas, fotografías eróticas, mechones de cabello, ángeles barrocos y una, dos, tres… seis abnegadas Vírgenes Marías con sus respectivos pequeños niños dioses entre los brazos. “Las rosas son rojas, también la violencia”, se lee en una de las páginas. 

Somos antenas de pensamientos creativos, dice el productor Rick Rubin, y uno de los secretos de la creatividad —asegura— consiste en no buscar su señal, sino en generar un espacio despejado y tan libre de interferencias que le permita la entrada. 

Cuando hablamos del origen de la creatividad se piensa con frecuencia en inspiración, sin embargo, las interferencias también son muy importantes. Acaso en ellas reside la huella particular de cada pieza artística. ¿Qué sería de la atención sin distracciones? ¿No se nutre una buena conversación, sobre todo, de desviarse del punto? ¿Qué sería de una canción sin las adversidades que complicaron de manera única su concepción? Si la música se debe a inspiraciones de toda índole, se moldea también a través de interferencias creativas diversas. Si las canciones son constelaciones complejas, se deben a universos complejos que las preceden, universos que se encuentran fuera del control de los artistas. 

AUTOBIOGRAFÍA 

Manuscritos de canciones en hojas de papel que fueron blancas, ahuesadas, amarillas, en libretas a rayas, a cuadros, manuscritos en recortes, con tintas de colores, a mano, a máquina de escribir, tachadas con bolígrafo, manchadas de tierra, manchadas de café. 

De pronto, sin previo aviso, la voz que emerge del libro es de la escritora estadounidense Darcey Steinke, quien matiza el caos con imágenes que nos devuelven perspectiva en mitad de este close up obseso. La redención y la condena en la música de Cave. La “extraña religión” de William Faulkner. La autodestrucción y la degradación; lo humano y lo divino. La muerte del padre de Nick Cave, las imágenes en sus canciones y sus similitudes con los sermones del abuelo luterano de la propia Steinke. Metafísica y teología. Sufrimiento y lucha. Elvis Presley y Johnny Cash. 

La obra de Nick Cave se parece a una parvada nocturna de aves extrañas, de tonalidades oscuras y de diversísimos cantos. De alguna manera, sus libros hechos a mano con imágenes de San Judas Tadeo y mechones de cabello sujetados con cinta adhesiva se parecen mucho a sus canciones desoladas. Hay algo en su poesía que recuerda a sus enloquecidos garabatos. ¿Cómo es eso posible? La explicación escapa a las palabras. Es más cercana a una sensación que sólo puede explicarse cuando es experimentada. Resulta preciso conocer la obra de Cave, quien, además, es un artista consciente de que su trabajo es difícil de clasificar y evita intencionalmente asociar su nombre a géneros, tendencias o marcas. Por eso en 2013, por ejemplo, cuando fue nominado a “Mejor artista masculino” por MTV, renunció anticipadamente a su posible premio con una carta en la que aclaró que su música es única y que no está en competencia con nadie. Enfatizó que no se encuentra en ninguna carrera de caballos y que, aun si así fuera, jamás ataría el suyo a “ese maldito carro de cabezas cortadas y premios brillantes”. 

Cave asegura que las piezas que conforman Más extraño que la bondad no son obras de arte en sí mismas. Advierte que se trata meramente de un “sistema de apoyo de información tangencial y maníaca”. Sin embargo, es evidente que este libro es también una autobiografía, una tan peculiar como la propia música del cantautor australiano. Una que prácticamente carece de texto. Una que narra al mismo tiempo, y con igual detalle, la vivencia del artista y otras innumerables historias que la atraviesan mientras se nutren entre sí de sentido. Una constelación de fragmentos que forman una gran canción para trazar un retrato de cuerpo entero, capaz de mostrar el pasado contenido en el presente del artista.

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Escrito en: Yeudiel Infante Nick Cave Más extraño que la bondad Sexto Piso libro ilustrado

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