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De acuerdo a la Ley de Protección a los Animales de la Ciudad de México, se considera animal de compañía a todo aquel mantenido por un humano para su acompañamiento y que viva bajo sus cuidados y protección.
Desde hace años, algunos de los animales de compañía más comunes han sido los perros y los gatos, aunque en la actualidad otras especies pueden cumplir este rol, tal es el caso de aves, reptiles, roedores e incluso peces. Más allá de brindar simple compañía, cumplen un propósito importante, el cual es brindar ayuda para la salud mental.
BENEFICIOS
La interacción con una mascota puede reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y aumentar la liberación de serotonina y dopamina, neurotransmisores asociados con la sensación de bienestar. El simple hecho de acariciarla, jugar con ella o contar con su compañía, puede ayudar a reducir en gran medida la ansiedad.
También pueden proporcionar alegría a través de su comportamiento juguetón, afectuoso y leal. Su presencia constante puede elevar el estado de ánimo y ayudar a combatir sentimientos como la tristeza y la depresión.
Su presencia puede brindar consuelo y aliviar la sensación de soledad, especialmente para personas que viven solas o tienen dificultades para establecer relaciones sociales.
Asimismo, tener una mascota que requiera ejercicio, como un perro, puede motivar a su dueño a realizar más actividad física y de manera constante. Pasear al perro y jugar con él puede promover el movimiento y mejorar la salud cardiovascular.
Cuidar de una mascota implica establecer una rutina diaria para alimentarla, sacarla a pasear y brindarle atención. Esta rutina puede ser beneficiosa para las personas al proporcionarles una sensación de estructura y propósito en sus vidas. Además, fomenta la responsabilidad y el compromiso.
LOS ESA
Un animal de apoyo emocional (ESA, por sus siglas en inglés) es aquel que proporciona confort a una persona que sufre de trastornos mentales, emocionales o condiciones psicológicas. Los ESA no están entrenados para realizar tareas específicas, pero su presencia y afecto pueden ser terapéuticos para sus dueños.
Por otro lado, un animal de servicio está especialmente entrenado para realizar tareas específicas que pueden ayudar a personas con discapacidades físicas, sensoriales, psicológicas o psiquiátricas. Los animales de servicio están protegidos por la ley y tienen acceso público garantizado en lugares donde generalmente no se permiten mascotas. Ejemplos comunes incluyen perros guía para personas ciegas, perros de alerta médica para pacientes diabéticos y perros de asistencia para quien padece trastorno de estrés postraumático (TEPT).
En conclusión, la diferencia entre un animal de apoyo emocional y uno de servicio radica principalmente en las actividades que desempeña: los de servicio tienen como principal propósito ayudar a su dueño ante alguna dificultad física, mientras que los de apoyo emocional cumplen con su rol al brindar compañía.
CARACTERÍSTICAS
Un ESA puede ser de cualquier especie, no se limita sólo a perros o gatos. Pueden ser aves, conejos, hámsters, tortugas, serpientes, hurones e incluso animales más exóticos como cerdos o caballos miniatura, dependiendo de los requerimientos y preferencias individuales de la persona.
Aunque las necesidades específicas del dueño suelen variar dependiendo del caso, las características generales de un animal de apoyo emocional son:
Calma y tranquilidad. Debe tener una disposición calmada para proporcionar consuelo y estabilidad a su dueño.
Afectividad. Es importante que la mascota sea cariñosa para brindar apoyo emocional. Esto puede incluir que busque contacto físico, como ser acariciada o abrazada.
Empatía. Aunque no se puede entrenar la empatía en los animales, muchos tienen la capacidad natural de sintonizar con las emociones humanas y responder de manera comprensiva.
Confiabilidad. Un animal de apoyo emocional debe ser confiable y predecible en su comportamiento para proporcionar un sentido de seguridad a la persona.
Capacidad para adaptarse a diferentes entornos. Dependiendo de las necesidades de su dueño, un animal de este tipo puede necesitar adaptarse a distintas situaciones, como viajar en transporte público o hacer compañía en sitios con gente desconocida.
Entrenamiento básico. Aunque no se requiere un entrenamiento específico como en el caso de los animales de servicio, es útil que un ESA tenga al menos un nivel básico de obediencia para mantener un comportamiento apropiado en diferentes circunstancias.
CONSEJOS PARA VIAJES
Los ESA también pueden resultar útiles cuando sus dueños salen de viaje. Por tal motivo se deben tener en cuenta algunas recomendaciones y seguir los respectivos pasos según el destino.
Antes de viajar, es importante verificar las políticas de la aerolínea o del lugar de hospedaje con respecto a los animales de apoyo emocional. Algunas aerolíneas y alojamientos pueden tener requisitos específicos o formularios adicionales que deben completarse antes de viajar con un ESA.
Por ejemplo, pueden requerir una carta o certificación de un profesional de la salud mental que indique la necesidad del animal de apoyo emocional para su dueño. Esta carta debe estar firmada y fechada por un profesional con licencia, como un psiquiatra, psicólogo o terapeuta.
Al viajar en avión, es necesario comunicarse directamente con la aerolínea con anticipación para informarles que el vuelo se realizará con un animal de apoyo emocional. Es posible que haya que seguir ciertos procedimientos, como llegar temprano al aeropuerto para el proceso de embarque. Además, es importante asegurarse de que el animal esté cómodo y seguro.
Si el dueño planea quedarse en un hotel u otro tipo de alojamiento, también es importante comunicarse con ellos para informarles del ESA, porque algunos lugares pueden tener políticas específicas o requerir información adicional sobre el animal antes de la llegada.