Ciencia: ¿Cómo surgió la tabla periódica de los elementos?

La tabla periódica es un instrumento que ha servido para clasificar los elementos químicos conocidos. Antes de su aparición, en 1869, varios profesionales de la disciplina hicieron esfuerzos por alcanzar una jerarquía de los elementos, sin que se llegará a una consenso universal.

Como explica el divulgador de la ciencia José Luis de los Ríos, en su libro Químicos y química (Fondo de Cultura Económica, 2011), los investigadores se preguntaban ya desde el siglo XVIII si existía una manera de clasificar los elementos, y estos esfuerzos llevaron al éxito de Dmitri Mendeléiev, cuya disposición permitió incluso predecir la existencia de elementos desconocidos hasta entonces.

Mendeléiev fue un químico ruso nacido en Siberia, como el menor de 16 hermanos. Su padre, director de una escuela, quedó ciego por enfermedad, y a partir de ese momento su madre se hizo cargo de los hijos al instalar una fábrica de vidrio. Años después falleció su padre y la fábrica fue consumida por las llamas, por lo que Dmitri partió junto con su madre a Moscú. Ahí, debido a su acento siberanio, no le permitieron ingresar a la universidad, pero gracias al apoyo de su madre, pudo continuar sus estudios, primero en San Petersburgo y después en Francia y Alemania, en donde obtuvo conocimientos de vanguardia en química y destacó por su brillantez.

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El químico comenzó entonces a dar clases. José Luis de los Ríos narra la manera en que dio con la disposición de los elementos que se conoce hoy.

“Para dar sus clases, Mendeléiev intentó clasificar los 63 elementos químicos conocidos en su época. Escribió en unos cartones sus símbolos e incluyó las propiedades químicas y físicas más significativas. Barajó las tarjetas y las acomodó en orden progresivo con respecto al peso atómico, tomando en cuenta como propiedad importante la capacidad de combinación de cada elemento, es decir, su valencia.

“Pasaba mucho tiempo analizando sus tarjetas; después de muchos intentos, notó que, acomodadas de cierta manera, la valencia de los elementos subía y bajaba en un orden cíclico, 1, 2, 3, 4, 3, 2, 1.

“El orden de los elemento se hizo tan evidente que Mendeléiev no dudó en dejar algunos huecos en su tabla. Audazmente argumentó que se trataba de lugares para elementos químicos aún sin descubrirse”. De estos predijo su peso atómico, densidad y valencia.

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En la primera publicación de la tabla, publicada en 1869 en ruso y traducida de manera inmediata al alemán, los elementos se presentaron de manera vertical, y no horizontal. Los huecos dejados por los elementos todavía sin descubrir fueron representados por signos de interrogación. En años posteriores se cumplieron las predicciones en los elementos faltantes. Un caso consignado por José Luis de los Ríos es el de Paul Émile Lecoq de Boisbaudran al descubrir el Galio, cuyo peso atómico y densidad fueron descritas desde antes por Mendeléiev, en un espacio al que había llamado, de manera provisional, como eka-aluminio.