Consumo de pan (ESPECIAL)
Uno de los alimentos favoritos de miles en el mundo es sin duda alguna el pan, ya que su manera tan sencilla de comerlo, así como sus diversas variaciones, lo vuelven un predilecto en los menús.
El pan, cuyo origen se remonta a la edad neolítica (10000 a. C.) ha acompañado a la humanidad a lo largo de los siglos, reinventándose con el pasar del tiempo a nuevas formas, sabores y texturas.
Pese a que el pan está lleno de nutrientes, fibras y vitaminas al cuerpo humano, e incluso exista una frase que dice 'más bueno que el pan', lo cierto es que el consumo de este primitivo alimento de forma diaria, podría no ser tan recomendable para tu cuerpo.
El consumo en exceso de cualquier alimento no puede dejar nada bueno, algo que sostiene expertos que, según lo han documentado por años, el abuso del pan podría traer graves consecuencias para la salud de las personas que pueden derivar a graves enfermedades como la diabetes.
Y es que el consumo en exceso de pan, sobre todo blanco, puede provocar no sólo el aumento de peso, sino acarrear el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
El pan que contiene aditivos, azúcares refinados, hidratos de carbono refinados y otros ingredientes, también podrían provocar inflamación, malestares estomacales y en los peores casos diabetes o incluso cáncer.
Por supuesto, expertos en salud hacen énfasis en que el consumo de pan es necesario y que éste es una gran fuente de nutrientes, siempre y cuando se opte por opciones saludables de este alimento, es decir aquellos que son integrales o hechos de masa madre.
¿Qué nutrientes aporta el pan?
El pan contiene vitaminas del grupo B, es decir la tiamina (B1), riboflavina (B2), niacina (B3), piridoxina (B6) y también aporta ácido fólico.
En algunos casos el pan también puede contener vitaminas A, C y E.
Minerales como fósforo, magnesio, calcio y potasio también están presentes en el pan, mientras que su versión integral se vuelve más rica en fibras y sales minerales.
