El MUNAL, magnificencia del Porfiriato
El Museo Nacional de Arte (MUNAL) es un edificio de gran relevancia para la cultura mexicana, situado en el número 8 de la calle Tacuba, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Aunque no forma parte de la lista de patrimonio mundial de la UNESCO, este inmueble, propiedad del gobierno federal, es de gran importancia para el país.
De acuerdo con la Secretaría de Cultura, el director del MUNAL es el maestro Héctor Palhares Meza.
Originalmente, el sitio donde se encuentra el museo albergó un Colegio Jesuita fundado en 1615, que posteriormente se convirtió en el Hospital de San Andrés durante el periodo virreinal. Este hospital fue reconocido por sus avances médicos en su época.
Con la llegada del Porfiriato, el hospital fue demolido para dar paso a la construcción del Palacio de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas. Diseñado por el arquitecto italiano Silvio Contri, el edificio, inaugurado en 1911, es un claro ejemplo del estilo ecléctico que caracterizó el progreso arquitectónico del país en ese periodo.
Desde 1982, este edificio funciona como el Museo Nacional de Arte, dedicado a la preservación y promoción del arte mexicano, con un enfoque en las creaciones realizadas entre la época virreinal y la primera mitad del siglo XX. Su acervo incluye aproximadamente seis mil piezas, entre las cuales destacan obras de Diego Rivera, Frida Kahlo, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y José María Velasco.
El MUNAL, además de su invaluable acervo artístico, es conocido por su arquitectura neoclásica y renacentista. En su exterior destaca la estatua ecuestre de Carlos IV de España, conocida popularmente como El Caballito, una obra que se ha convertido en un símbolo del Centro Histórico.
CARACTERÍSTICAS ARQUITECTÓNICAS
El Porfiriato, periodo de gobierno de Porfirio Díaz (1876-1911), fue una etapa de gran transformación para México. Durante este tiempo, el país experimentó un fuerte impulso hacia la modernización, lo que incluyó la construcción de inmuebles que reflejaban la influencia de las grandes potencias europeas, especialmente Francia. La corriente arquitectónica más representativa de este periodo fue el eclecticismo, que consistía en la mezcla y adaptación de diferentes estilos históricos europeos, como el renacimiento francés, el barroco y el neoclasicismo. Esta tendencia era vista como una manera de proyectar el progreso de México y se hizo particularmente popular en las construcciones relacionadas con la administración pública, las instituciones culturales y los espacios urbanos de la élite, como fue el caso del ahora MUNAL.
La planta de este edificio es de forma rectangular y está organizada en torno a un gran patio central que le confiere luminosidad y amplitud. La fachada principal, de piedra, está marcada por columnas jónicas y detalles decorativos que reflejan la influencia de la arquitectura palaciega europea. Las ventanas y balcones están enmarcados con molduras elaboradas que evocan el Renacimiento, mientras que las puertas presentan un diseño sobrio y elegante.
La construcción del Palacio de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas empleó materiales de alta calidad, como mármol de Carrara, piedra caliza y hierro forjado florentino. Uno de sus elementos más sobresalientes es su gran escalinata central, que permite el acceso a los diversos niveles del museo y que, además de ser funcional, ofrece una vista impresionante desde su base hacia las salas del segundo piso. Las paredes interiores están adornadas con molduras de yeso que evocan los estilos del siglo XVII, y los techos cuentan con frescos ornamentales a cargo de la familia italiana Coppedè —encargados de la decoración interior en general—, además de una gran cúpula que permite la entrada de luz natural a través de grandes vitrales.
Las salas están dispuestas en torno a corredores de gran altura, que permiten una circulación fluida y al mismo tiempo brindan el espacio adecuado para apreciar las piezas artísticas. El uso de la luz natural es también un elemento destacado.
CONTROVERSIA
Recientemente, este recinto fue escenario de polémica debido al uso indebido de sus instalaciones. El 10 de diciembre, Martín Alonso Borrego Llorente, quien ocupaba el puesto de Coordinador de Contacto con la Ciudadanía en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, presentó su renuncia, luego de ser señalado en una controversia relacionada con un evento realizado en el Museo Nacional de Arte (MUNAL).
El conflicto surgió a partir de una columna publicada en El Universal por el periodista Claudio Ochoa Huerta. En ella se señaló que Borrego Llorente habría aprovechado un acto diplomático oficial, destinado a conmemorar el 89 aniversario de las relaciones entre México y Rumanía, para organizar una boda privada. Dicho enlace se habría realizado con Ionut Valcu, miembro de la embajada de Rumanía en México.
El evento incluyó la presencia de más de 70 invitados, arreglos florales y un banquete, lo que generó una ola de críticas en redes sociales y cuestionamientos sobre el uso de un recinto cultural público para fines personales.
El MUNAL se inauguró como museo en 1982 y desde entonces ha sido un faro en la historia del arte en México, no sólo por las piezas que alberga, sino también por la relevancia arquitectónica de su sede. La transición hacia su función como museo fue también una respuesta a la necesidad de dar a la población acceso a los bienes culturales y a la vez honrar el patrimonio artístico del país. Su arquitectura monumental y su valiosa colección de obras lo convierten en un emblema tanto cultural como histórico, testigo de la transformación que vivió México en los albores del siglo XX.
